El dinero móvil ha emergido como un pilar esencial de los servicios financieros en numerosos países. Acelerado por la pandemia de COVID-19, el sector ha experimentado un rápido aumento en la adopción entre millones de personas en países de ingresos bajos y medios.
En 2022, incluso tras la disminución del impacto pandémico, la industria del dinero móvil continuó creciendo a un ritmo superior al observado en la era pre-COVID. Este incremento demuestra la madurez cada vez mayor del sector, que ahora se expande más rápidamente en términos de actividad en lugar de nuevos registros.
El Informe sobre el estado de la industria del dinero móvil 2023, publicado por la GSMA, destaca el robusto crecimiento post-pandémico. Según los datos recopilados, tanto las cuentas registradas como las cuentas activas durante los últimos 30 días han superado las expectativas desde 2019.
Se calcula que la pandemia contribuyó al registro de 400 millones de cuentas adicionales entre 2019 y 2022, superando las proyecciones iniciales en al menos un 30%.
Las limitaciones en la movilidad durante la pandemia aceleraron la adopción de pagos digitales. Este mismo informe ofrece un análisis exhaustivo de este crecimiento, subrayando el aumento en el número de cuentas activas y en el volumen de transacciones.
En África subsahariana, y particularmente en países como Nigeria y Etiopía, la adopción ha sido especialmente significativa. Globalmente, el valor de las transacciones creció un 22% año tras año, de 1 billón de dólares en 2021 a aproximadamente 1,26 billones de dólares en 2022.
Las transacciones en efectivo están cediendo terreno a las operaciones digitales, destacándose el aumento en la relevancia de las transferencias bancarias interoperables y los pagos de facturas.
Sin embargo, existe una brecha de género notable en la adopción del dinero móvil, especialmente en países como Nigeria y Pakistán. La falta de propiedad de dispositivos móviles entre las mujeres sigue siendo un obstáculo significativo para cerrar esta brecha.
Los pagos de facturas y las remesas internacionales también experimentaron un crecimiento considerable en 2022, mostrando un aumento del 28% en línea con la tendencia observada durante la pandemia.
Las transacciones interoperables con bancos locales están en alza, reflejando una mayor integración entre los proveedores de dinero móvil y el sistema financiero tradicional. Además, el dinero móvil se está estableciendo como un canal de ahorro relevante.
Desde el punto de vista regulatorio, los desafíos incluyen la imposición de tasas y la prevención del fraude. La respuesta ha sido enfocarse en sistemas de pago tanto eficientes como seguros, sin inhibir la innovación.
En el contexto nacional, se espera que el valor total de las transacciones digitales alcance los 4.26 mil millones de dólares este año, de acuerdo con el informe de Economía Digital de la firma Tabuga.
Este mismo informe proyecta una tasa de crecimiento anual (CAGR 2023-2027) del 12,15%, lo que resultaría en un valor total de 6,74 mil millones de dólares para 2027. En este panorama, el comercio digital se presenta como el segmento más grande, con transacciones valoradas en 2.450 millones de dólares para 2023.
El dinero móvil ha experimentado un crecimiento y diversificación excepcionales, también se presenta desafíos importantes que deben ser abordados para garantizar su impacto y adopción a nivel global. Como pilar de la economía digital, es crucial cerrar la brecha en la capacidad de las organizaciones para integrar tecnologías de datos avanzadas.
Este es un aspecto del nuevo crecimiento en nuestro país que merece atención y cuidado continuos.
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