Ante una posible barrida electoral en las próximas elecciones presidenciales por parte del Partido Revolucionario Moderno, como indicarían los recientes resultados de las elecciones municipales, es oportuno relevar algunas diferencias en los gobiernos los últimos tres presidentes de esta nación.

Para iniciar, el gobierno de Luís Abinader se ha caracterizado realizar importantes esfuerzos para restituir la perdida institucionalidad democrática durante los gobiernos peledeistas. Recordar que Leonel Fernández convirtió al Partido de la Liberación Dominicana, PLD en una corporación, al cooptar todos los organismos de arbitraje de la institucionalidad democrática, como son las Altas Cortes, la Cámara de Cuentas, la Procuraduría General de la República y la Junta Central Electoral. El Comité Político del PLD se convirtió en el órgano de decisión del Estado dominicano, situación que duró hasta el enfrentamiento entre Leonel Fernández y Danilo Medina y la salida del primero de dicho partido.

En estos últimos 4 años, además de designar una Procuradora General de la República independiente, haciendo realidad la separación de poderes entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, se garantizó la elección de unos miembros de la Junta Central Electoral, que consiguieron devolverle la confianza a la sociedad dominicana.

Por otro lado, desde la actual gestión gubernamental se ha puesto un alto al uso de los recursos del Estado con fines electorales. Los números finales de la ejecución presupuestaria del 2024 dictarán una gran distancia con el enorme déficit fiscal que denunciara Danilo Medina al llegar a la Presidencia. Todos sabemos que fue, debido a la pandemia del covid 19, que el déficit fiscal no fue mayor en el año 2020. Los enormes tentáculos de Juán Alexis Medina, hermano de Danilo Medina, llegaron a casi todas las instituciones del Estado, convirtiéndose en uno de los más importantes recaudadores de las campañas del ex Presidente. Y qué decir del ex Presidente Fernández, cuya caja recaudadora está ubicada en la Fundación Global Democracia y Desarrollo, entidad beneficiada por las “donaciones realizadas libremente” por los proveedores del Estado durante su gestión de gobierno.

Los colores del mapa electoral han cambiado varias veces en la historia reciente de la República Dominicana. La diferencia está en que en esta ocasión Luís Abinader no intentó, ni intentará aprovechar el resultado de la democracia electoral para secuestrar al Estado dominicano, como ocurrió durante los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina.