Andrés Merejo (AM): En el plano de mi investigación filosófica, científica y tecnológica sobre la cibernética, lo digital e IA, parto de un enfoque sistémico complejo, en el que no me reduzco a saber disciplinar para estudiar la totalidad de lo que es conceptualizado como cibermundo, el cual ha sido forjado por sujetos cibernéticos. En cuanto al enfoque que le doy al cibermundo caracterizado por el control y poder virtual, considero que es importante tener en cuenta que la tecnología y la ciencia no son neutrales, sino que están imbuidas de valores y perspectivas culturales. Por lo tanto, es fundamental analizar críticamente cómo se están utilizando las tecnologías digitales y la IA en la actualidad, y cómo estas prácticas están afectando a la sociedad en su conjunto.

Ahora bien, ¿Qué enfoque le da usted, en esta tercera década del siglo XXI, al cibermundo caracterizado por el control y poder virtual? dada su experiencia de investigador en todas estas áreas del saber, ¿estamos ante un nuevo paradigma filosófico -tecnocientífico?

Rafael Capurro.

Rafael Capurro (RC):

Ciertamente. La tecnología es decir la posibilidad de crear instrumentos con fines determinados y no previos al modo de ser de un ente, es algo que es propio, por lo que sabemos, al modo de ser humano, de tal modo que una visión simplista de la tecnología como instrumentos se queda muy corta con respecto a la dimensión que esos ‘instrumentos’ tienen en la vida humana en su totalidad. Pensarlos (y usarlos) en categorías de medio-fin es olvidar esta dimensión que nos afecta a nosotros mismos en una forma de ser-en-el-mundo a diferencia de una visión utilitarista de la técnica propia de la modernidad.

Es entonces desde una visión de conjunto del ser humano enfrentado al mundo en su totalidad en todas sus dimensiones en donde una reflexión (y una acción) sobre (desde y más allá) de ‘la’ técnica (o ‘las’ técnicas) desde donde puede surgir una repuesta responsable a todos esos ‘impactos’ de la acción ‘artificial’ humana. La interpretación instrumentalista de la técnica se queda muy corta en vistas a estas complejas interacciones cuyos resultados son en muchos casos imprevisibles en particular en la sociedad, pero también en forma cada vez más visible en los procesos naturales. Los seres humanos somos parte del problema y no sólo de la solución.

Lo dicho vale también para una visión tecnicista de los ‘órganos’ (termino griego que significa instrumento) humanos en toda su dimensión existencial e individual que no es sólo la de un instrumento en vistas a un fin determinado. La medicina se ha dado cuenta cada vez mas de esta dimensión existencial de las enfermedades orgánicas no separables de lo que solíamos decir respecto a enfermedades ‘psíquicas’.

El concepto mismo de ‘enfermedad’ es así muy estrecho como el de instrumento en el caso de técnicas ‘exteriores’ al cuerpo humano. En toda esta terminología y forma de pensar y actuar se ve claramente la necesidad de un análisis crítico como el realizado por el psicólogo suizo Medard Boss en su libro: Fundamentos de la medicina y la psicología. (ver:http://www.capurro.de/analisisexistencial.html).

(AM): El filósofo tecnocientífico e innovador Javier Echeverría en su ensayo sobre “La Inteligencias Artificiales Colectivas: Un Enfoque Europeo” (2023, Pp. 1-18. inédito), en estos debates sobre IA, se debe ir por una “filosofía de la acción inteligente, más que en una filosofía del Ser Inteligente (supuesto que haya una entidad así)”.

Javier Echeverría y Andrés Merejo.

Aquí entra como primer plano, más que una repetición de lo ya sabido y concebido, cierta crítica a ese enfoque reiterativo y epistémico de la IA, porque como lo señala Echeverría, no hace mención alguna a la inteligencia animal, “siendo así que, como saben los etólogos, muchos comportamientos animales muestran una clara capacidad de entender lo que sucede en el entorno y decidir qué conviene hacer en tal o cual situación, individual o colectivamente. El antropocentrismo es un defecto originario de la IA desde su origen, incluidos Turing, McCarthy, Minsky, Shannon y demás pioneros” (p.6).

El enfoque epistémico de la IA desde su inicio fue muy diferente al enfoque filosófico cibernético, que se preocupó en el plano de la IA, robótica y la computación en el plano de epistémico de conceptos como control, regulación y funcionamiento entre los seres vivos y las máquinas. No se quedó en el reduccionismo antropocéntrico de IA e inteligencia humana.

(RC): Concuerdo en muchos aspectos con sus reflexiones y las de Javier Echeverría sobre todo en lo que respecta al enfoque epistémico de la IA que reduce el concepto de inteligencia al ámbito humano siendo así que los comportamientos animales (y también los humanos) implican un tipo de inteligencia práctica que los griegos atribuían a la diosa Metis, que se puede traducir con el término de astucia y que yo analizo en este texto: https://informatio.fic.edu.uy/index.php/informatio/article/view/246/249.

La filosofía clásica, especialmente desde Platón, le da la primacía a la inteligencia humana basada en el ‘logos’ y rechaza así el concepto mítico de ‘metis’. Aristóteles toma una postura menos dualista como lo expongo en la publicación que mencionaba recién.

(AM). En un diálogo filosófico tecnológico con mi amigo Javier Echeverría, luego de algunos intercambios de ideas me envió este interesante ensayo que he citado y que escribió recientemente, y que se encuentra inédito. ¿No se puede caer en un reduccionismo sobre la IA con relación a sólo compararla con la inteligencia humana y excluir el animal?

(RC): Así es. Creo que lo que necesitamos es un análisis complejo y amplio del concepto de agentes inteligentes como lo expongo en un texto publicado en la revista AI & Society (https://link.springer.com/article/10.1007/s00146-011-0334-6 y que es accesible en traducción castellano en Factotum. Revista de Filosofía (2010):  https://dialnet.unirioja.es/revista/11872/A/2010 , donde trato en especial el tipo (o, mejor dicho: los tipos) de inteligencia en agentes artificiales.

Este análisis desde una perspectiva práctica, es decir desde modos de acción en determinados contextos y con objetivos o ‘fines’ dados de antemano en el caso de los agentes naturales o ‘pro-gramados’ en base, actualmente, a la tecnología digital, es algo que creo coincide, como lo decía al comienzo, con sus reflexiones y las de Echeverría. Es por esta razón también, que prefiero usar el plural ‘inteligencias artificiales’ que amplía el termino de ‘inteligencias naturales’ (humanas y no humanas).

Mi pensamiento concerniente a los comienzos de lo que se suele llamar filosofía de la información han cambiado también de perspectiva cuando aludo a los procesos comunicacionales que implican diversas formas de mensajeros y de mensajes a la que mi colega John Holgate (Australia) y yo dedicamos este estudio interdisciplinario Messages and Messengers – Angeletics as an Approach to the Phenomenology of Communication, (R. Capurro – J. Holgate, eds). Munich 2011 .  (trad. Mensajes y Mensajeros – Angeletics como un Enfoque a la Fenomenología de la Comunicación).

AM: Parto de un discurso filosófico crítico-reflexivo, de compresión y explicación sobre las policrisis y la permacrisis en el cibermundo transido. Asumo una filosofía cibernética e innovadora, que no se encierra en sí misma, porque entra lo dialógico la interacción con otras disciplinas y saberes. La temática que se estudia no se limita a describir o analizar los acontecimientos del presente en el mundo y el mundo cibernético, sino que además va más en contra de lo que es determinismo, pesimismo o fatalismo. Presenciamos en esta tercera década del siglo XXI, una multiplicidad de crisis que afectan al planeta Tierra, tales crisis son ecológica, económica, tecnológicas, social, política, cultural y ética. Estas crisis entran en lo que es el término policrisis, ya que interrelacionan y se retroalimentan, además de que tienen tendencia a permanecer y no a esfumarse, lo que sería el vivir en una permacrisis, en un manto de incertidumbre y riesgo no sólo para la humanidad sino para el propio planeta Tierra (Ver, ensayo completo: https://labarcadeteseo.org/index.php/revista/article/view/1/9).

(RC): Su trabajo descubre las diversas crisis en las que nos encontramos cuando hemos perdido un compás, por así decirlo, que nos permita cuestionar los fundamentos de estas crisis, es decir, lo que ellas ocultan, en la mayoría de los casos sin saberlo o querer saberlo. Ese fundamento concierne no sólo a los entes mismos en su diversidad, sino también a los entes en su totalidad (omnitudo realitatis).

Esto último tiende a fijarse en una perspectiva determinada como la que Ud. describe y por eso la tarea del pensar es cuestionar esa tendencia del pensar y existir humanos a fijar metafísicamente una posibilidad de interpretar a la realidad desde una perspectiva para asegurarnos así aparentemente una seguridad de la que carece la existencia humana finita y abierta a diversos horizontes de ‘ver’ a la realidad en su totalidad.

En la era actual, ese horizonte es lo digital (o al ser de los entes como digitalizable) y las consecuencias son las que Ud. describe. La crisis concierne entonces a los entes en su totalidad que se ve amenazada por las tecnologías atómicas (ya ‘actualizadas’ en Hiroshima y Nagasaki) combinadas con la digitalidad globalizada. No se trata entonces de demonizar lo digital o la visión atómica de la realidad (física cuántica etc.) sino de desabsolutizarlas mediante un pensamiento (y una acción) que deje lugar para otros horizontes de existir en el mundo a los que Ud. alude.

(AM): El filósofo Yuk Hui, en el libro “Recursividad y Contingencia” (2022), busca replantear la forma en que pensamos sobre la tecnología y la cultura cibernética. La introducción del texto se titula: Un devenir psicodélico. Desde el inicio traza la ruta al señalar: “La presente obra es principalmente un tratado sobre la cibernética. Su objetivo es comprender la evolución de los sistemas en general y el surgimiento de los sistemas técnicos en particular, mediante una interrogación del concepto de lo orgánico, concepto que marca una ruptura con la visión mecanicista del mundo predominante en la modernidad temprana” (p .11).

Yuk Hui.

A partir de esta afirmación comienza su vuelo hacia una conceptualización de lo orgánico relacionado con la recursividad y la contingencia, que se va extendiendo sobre la crítica a los fundamentos filosóficos de lo metafísico: la causa primera, lo absoluto, el primer motor inmóvil aristotélico, Dios, la sustancia y el ser. Sugiere comprender la organología no solo como estudio sistemático de la relación ser humano-máquina, sino que además debe estudiar cómo interactúan las culturas y las técnicas, es decir, cómo diferentes culturas, por ejemplo, la china, india, europea, amazónica, podrían ser capaces de producir nuevos pensamientos que integren la tecnología moderna en sus tradiciones y transformen estas tradiciones para reabrir la tecnodiversidad, que está dominada por la imaginación transhumanista de la singularidad tecnológica. (p.46). (Ver: https://acento.com.do/amp/opinion/yuk-hui-un-filosofo-para-tiempos-ciberneticos-2-de-4-9281902.html).

(RC): Tode esto es muy interesante, sobre todo interpretar a la cibernética en el horizonte de la contingencia, aunque creo que algunos cibernéticos (de primero o segundo orden) se van a oponer a esto porque le quita poder y especialmente ese ‘poder’ de ‘gobernar’ (kybernein) que la distingue desde sus comienzos hasta los proyectos de la inteligencia artificial como algo que ‘supere’ a la inteligencia humana finita. Es un desafío también filosófico que la acercaría a la libertad contingente humana.