El objetivo de erigir un busto es distinto en cada caso. El busto tratado en este apunte tiene dos objetivos muy peculiares: “petrificar” la caída del único régimen totalitario visible del que una vez fue víctima la República Dominicana y rendir homenaje a nuestros Héroes del 30 de Mayo de 1961.
Se trata del “busto caído” y que representa el cese del terror que impuso el dictador Rafael Leónidas Trujillo.
La petrificación de esa funesta historia quedó plasmada en este kamikáz busto y que uno quisiera ver plasmado “en arena” para no lastimar las heridas de tales experiencias de presión social, pero que es necesario que permanezca erigido en el tiempo para no olvidar.
Con escritura discontinua trato de “balbucear” lo que siento, ya que debo “guardar la distancia” con los expertos historiadores del tema; sin embargo, en uno de los paseos de los andenes de la vida me acerqué a este “busto” y experimenté el avanzado grado de deterioro que a simple vista registra hoy día.
Si no se le pone atención con prontitud será inminente su desplome dejándose de presenciar el “mal necesario” fondo de esta grotesca imagen del terror de la Av. 30 de Mayo.