La pasada semana la prensa local reportó con gran despliegue un “tradeshow” que patrocinó el MITUR en Miami. Fue el segundo evento de ese tipo en esa ciudad con el propósito de incentivar el flujo de visitantes hacia nuestro destino turístico. A pesar de sus noble fin y el éxito alcanzado, sin embargo, varias situaciones cuestionan la pertinencia y justificación del costoso esfuerzo.

Los “tradeshows” de turismo constituyen una feria comercial. Son “reuniones en las que los líderes de la industria, las empresas y las organizaciones clave muestran sus ofertas, servicios y productos a los participantes.” Sirven para presentar la imagen de un destino, establecer contactos (“networking”), intercambiar conocimientos y propiciar transacciones comerciales. Los compradores son agentes de viajes y turoperadores, mientras los oferentes son hoteles, líneas aéreas y de cruceros y otros agentes económicos del sector.

El “roadshow”, por su parte, es un evento que promociona la imagen global del destino y sus diferentes ofertas. La diferencia entre un “tradeshow” y un “roadshow” de los que hace el MITUR en el exterior es que en el segundo no hay coexpositores ni transacciones comerciales. En términos genéricos pueden abarcar varios lugares (de una “carretera”), pero los que hace el MITUR por lo general se realizan en un solo lugar. Y de ahí que el ministro y su staff viajen cada vez a diferentes lugares del exterior. El primer tradeshow del MITUR en Miami se celebró en abril del pasado año.Captura-de-Pantalla-2024-04-07-a-las-7.54.36-p.-m.-714x728

Este último “tradeshow” del MITUR fue celebrado el miércoles 3 de marzo durante un solo día en el Hotel JW Marriott Marquis de Miami. Se invitaron a unos 400 –aunque en otro reporte de prensa fueron 600– agentes de viajes, turoperadores, líneas aéreas y de cruceros de todo el continente americano. A estos el MITUR les pagó el boleto aéreo y el hotel. También asistió un contingente de operadores turísticos desde nuestro país.

Según la prensa la noche del martes se celebró un “roadshow” con unos 550 invitados, a quienes se le pago una cena de gala. La audiencia incluyo a hoteleros, banqueros y empresarios del pais y agentes de viaje, turoperadores y representantes de aerolíneas y líneas de cruceros de diferentes paises del continente. El “tradeshow” finalizó a las 5:30 p.m. que desde las 9 a.m. incluyó “bailes típicos, diablos cojuelos, café recién hecho, chocolate orgánico y una barra de pequeños platillos con sabor de Quisqueya.”

El tradeshow reunió a “70 empresas del pais con agentes de viaje y tour operadores” y se sostuvieron más de 1,000 reuniones entre actores del sector turístico” Un total de 42 acuerdos por más de US$20 millones con empresas de Canadá, EEUU y Latinoamérica para garantizar la llegada de más de 4.6 millones de visitantes.” El MITUR espera que los “acuerdos” –que no son mas que contratos mediante los cuales el ministerio aporta una suma para que el operador promocione al destino—se aumente el numero de visitantes en 1.2 millones, llegando a 11 millones de visitantes durante el año. ¿Serán esos tradicionales acuerdos los responsables de las reservaciones y las visitas?

Tambien se hicieron varios anuncios importantes en materia de inversion hotelera. Se citó el caso de que el Grupo Martigñón desarrollara un hotel de 300 habitaciones y un Parque acuático en Punta Bergantín. También que Santo Domingo tiene 5 hoteles en proceso que aportaran a la ciudad unas 1,500 habitaciones adicionales.

Según reportes informales a la referida convocatoria del MITUR asistieron más de la mitad de los invitados extranjeros. Esos reportes también destacaron la excelente organización y coordinación de los eventos y que la calidad de los asistentes fue sobresaliente, especialmente entre los que provinieron de EEUU y Canadá, los dos mercados emisores más importantes para nuestro destino (con casi un 70%).

Pero el primer cuestionamiento que salta a la vista es si ese evento fue el adecuado.  Hacía tiempo que algunos analistas habían sugerido atender a los dos principales mercados emisores del pais con un evento como ese. Pero otros alegan que más importante es que una delegación criolla asista a la feria de ASTA, la asociación de asesores de  viajes de los EEUU  o a alguna feria de las de Canadá, tal como la de Vancouver. Es posible que el MITUR prefiera asistir a ANATO de Colombia en vez de a los eventos de EEUU y Canadá por el problema del idioma, el cual deberá superarse con un staff que domine el inglés.

Es también posible cuestionar la pertinencia del evento de Miami porque ya existe un evento anual en Punta Cana –el DATE de ASONAHORES—que junta a los potenciales compradores con los vendedores. ¿Es necesario complementar ese evento con otro en Miami? ¿Será que el DATE, al ser del gremio de los hoteleros, no proyecta al MITUR y su ministro como hace el de Miami? Además, nuestro destino esta siempre bien proyectado –tanto por los representantes del sector público como del privado– en las ferias internacionales principales: ITB Berlin, Top Resa, FITUR y el World Travel Market de Londres. Esas ferias son “tradeshows” donde se hacen transacciones de compra y venta.

En el “tradeshow” del MITUR participaron gustosamente los hoteleros de nuestro patio. Eso es positivo y de seguro que a ellos le complació los US$20 millones que comprometió el MITUR en los famosos “acuerdos de cooperación” para que se promueva el pais como destino. Pero, aunque todavía se justifica que el MITUR haga un modesto gasto promocional en el exterior, ya hace tiempo que la promoción internacional no debe estar entre sus prioridades. Ya son los hoteleros y demás empresarios del sector quienes deben cargar con esa promoción casi totalmente.

Si los “tradeshows” a los que asiste regularmente el MITUR no es suficiente, habría que cuestionar también la justificación del evento de Miami cuando, a nivel mundial, de antemano se sabía que el turismo batirá todos los récords en este año. ¿Porqué MITUR debe dar la prioridad a la promoción cuando el flujo de visitantes se materializaría sin prácticamente ninguna promoción estatal? Para probarlo ahí está el vigoroso incremento del flujo de turistas en estos dos últimos años de recuperación de la pandemia y la duplicación del volumen de cruceristas en el 2023. ¿Se justifica que anualmente se haga ese tradeshow en Miami como se propone el MITUR?

Por todo lo anterior habría que concluir que el evento marras no fue necesario, aunque haya brillado por sus logros y su impecable organización. Un estimado grueso fijaría en unos US$2 millones su costo y no se conoce de ningún aporte que hayan hecho los privados para llenarles sus hoteles. ¿No sería más provechoso políticamente para el ministro que las noticias de su accionar sean aquellas que reporten un mejoramiento de nuestro producto turístico y no la promoción? Después de todo, el MITUR no es responsable de la vigorosa recuperación y crecimiento del flujo porque ese protagonismo le pertenece a los operadores privados y su propia promoción.

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