Cuando hablamos de desigualdades económicas y sociales, inmediatamente las relacionamos con problemas de pobreza, pues en los análisis que se realizan de forma frecuente esta es una relación que se expresa como indisoluble.

Pero si observamos una joven austriaca de 31 años de nombre Marlene Engelhorn, quien heredó una cuantiosa fortuna por ser descendiente de Friedrich Engelhorn, el cual fue fundador de una de las empresas química y farmacéutica más prospera alemana, cuyas siglas son BASF; pues Marlene decidió donar  el  90% de su fortuna que hereda de su abuela fallecida Traudl Engelhor, cuyo valor se estima según Forbes en unos 4,200 millones de euros,  expresando que no quería ser tan rica y uno de sus argumentos es el nivel de desigualdad de ingresos que existe en el mundo. Denunciando que es una injusticia que la riqueza patrimonial en Austria haya sido desgravada, en otras palabras, no paga impuestos y esta joven se revela en contra de esta situación.

Lo que llama a la atención Engelhorn es que la desigualdad que existe en Austria ha ido en aumento, expresado en términos de lo que se denomina riesgo de pobreza, el cual aumentó hasta 14.8% de la población en el año 2022; esta cifra aun es mayor en menores de 18 años de edad, pues es de 19.2% de dicho segmento de la población. El umbral de pobreza en Austria es 16,706 euros, cuando el ingreso promedio precipita es de 45,270 euros, lo que expresa una gran desigualdad entre los que tienen mayor nivel de ingresos y los que tienen menos ingresos.

El promedio de PIB per cápita de América Latina, de los 32 países que la conforman, de acuerdo con  informaciones de la página Statista, es de 10,344.19 dólares, siendo Puerto Rico que tiene el nivel más alto de 35,208.64 y seguido de Bahamas con 31,458.30 dólares, y en tercer lugar Uruguay, que tiene el PIB per cápita de 20.795 dólares por persona. En el caso de la República Dominicana es de 10,125 dólares, que calculados en euros equivale a 9,100, ocupando el lugar No.15 dentro de los países latinaomericanos. Estas estadísticas nos muestran que 24 países de la región latinoamericana están por debajo del nivel mínimo de riesgo de pobreza de Austria que como señalábamos es de 16,706 euros.

En el caso latinoamericano quienes se encuentran en el quintil 1, los más pobres,  obtienen el 4% del ingreso total, en tanto que los del quintil 5, los mas ricos, que son un reducido grupo de la población, obtienen el 55% del ingreso total, según información del Banco Mundial del año 2022.

Imaginémonos lo que sucede cuando comparamos a un país como la Republica Dominicana con Austria, donde el PIB per cápita de nuestro país, para el año 2023 es de 9.719 €, en tanto que el del segundo es 52.250 €.

Entonces no es lo mismo hablar de desigualdad de ingresos en los países con niveles de renta alta, como es el caso de Austria, donde quienes están en quintil 1, tienen sus problemas básicos de alimentación, salud y educación mínimamente resueltos, que quienes se encuentran en el quintil 1 de un país como la Republica Dominicana, donde la gente sufre de carencias básicas como la alimentación, mas aun en el ámbito de la salud y la educación.

Solo con mencionar los datos recientemente divulgados por la CEPAL, con cifras del año 2023, en donde se evidencia que existe un 29% de pobreza en los países latinoamericanos y si se mide la población de entre 0 y 17 años, los más vulnerables que son los niños, niñas y adolescente, el nivel de pobreza es de un 42.5%.

Es por lo tanto esencial, que quienes dirigen el Estado, sobre todo el presidente y sus principales funcionarios, tracen políticas para afrontar esta situación de deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población y dejen atrás esa practica que vienen aplicando de tratar de confundir la población, con fines electoreros, con informaciones estadísticas que no se corresponden con la realidad que vive la gente, en términos de sus condiciones de vida.