Nos complace sinceramente la designación de un nuevo director en el Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal). Sin embargo, resulta preocupante que hasta el momento no se conozcan sus antecedentes en las áreas que, según el decreto presidencial 404-24, serán de su responsabilidad.

No obstante, al revisar el contenido del decreto, observamos que el designado posee una sólida formación profesional, especialmente en un campo tan especializado como la evaluación sísmica y la vulnerabilidad de infraestructuras y edificaciones. En este ámbito, existe un reglamento vigente —el Reglamento para el Análisis y Diseño Sísmico de Estructuras, R001, Decreto 201-11— que, en términos generales, no se aplica con el rigor técnico exigido (ver: El Dinero. Sismos, escuelas, incumplimientos y retos (1 de 3), 14 de febrero de 2019; Acento Digital. Escuelas, terremotos y diseño sísmico de estructuras, 9 de febrero de 2019).

Dominar la sismología, una ciencia que estudia la propagación de las ondas sísmicas en el interior de la Tierra para comprender su estructura interna, y ser ingeniero civil especializado en reglamentación técnica en esa área, junto con otras vinculadas al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, es sin duda un valioso bagaje. Además, haber completado una maestría en Física, un máster en Ingeniería Sísmica y un diplomado en Desarrollo Nacional y Economía refuerza el perfil académico de este joven profesional.

Debemos enfatizar aquí que las áreas que conforman la misión del Indocal requieren años de estudios especializados y una profunda comprensión de la metrología, con su terminología particular. Son también esenciales conocimientos en normalización y expertise en la evaluación de la conformidad —demostración de que los requisitos específicos relativos a un producto, sistema, proceso, persona u organismo se cumplen, según la ISO/IEC 17000—.

Es decisiva la capacidad de interpretar ensayos y pruebas de laboratorio, así como conocer la estructura de las normas internacionales y su proceso de adopción nacional. Asimismo, la proyección regional e internacional del director, hasta los niveles más altos de las organizaciones que integran la infraestructura mundial de la calidad, es fundamental.

¿Qué es el Indocal? ¿No debería ser de entendimiento generalizado que su misión es garantizar que los productos, procesos y servicios cumplan con estándares internacionales, y que a través de esta actividad se proteja a los consumidores, se mejore la competitividad del país en el mercado global y se promueva el desarrollo sostenible?

Hasta ahora, estos temas han sido solo objeto de discursos altisonantes, a pesar de que la sola función del Indocal como Instituto Nacional de Metrología subraya su trascendencia social, económica y tecnológica: asegurar la precisión en mediciones esenciales para la industria y el comercio, lo cual es vital para la transparencia y la confianza en las transacciones económicas.

Transcurridos 12 años desde la fundación del instituto, esta competencia técnica desafiante y costosa sigue siendo una tarea pendiente en sus vertientes fundamentales (ver: Z Digital. Organismos técnicos relevantes, nombramientos políticos y el caso del Indocal, 7 de agosto de 2024; Acento Digital. El sistema nacional para la calidad: ¿puede ayudar a la innovación? (1 de 2), 29 de julio de 2024).

Por estas razones, creemos que se debe respetar lo dispuesto en la Ley núm. 166-12, que redactamos, sobre la elección de este importante funcionario. Su artículo 43 establece la celebración de un concurso público para elegirlo, la convocatoria a una reunión plenaria del Consejo Dominicano de Calidad (Codoca) para la conformación de dos ternas —una del sector privado y otra del sector gubernamental—, y la remisión de estas ternas al Poder Ejecutivo para que el presidente realice el nombramiento correspondiente.

Lamentablemente, los tres últimos concursos celebrados desde 2016 han sido antítesis de lo que establece la normativa. Los candidatos fueron seleccionados de antemano, y las promesas de los decretos correspondientes se hicieron mucho antes de que fueran emitidos formalmente.

Por ejemplo, en la elección de 2020, en plena pandemia, el candidato favorecido ya se presentaba como el nuevo director en las oficinas del instituto antes de que se celebrara el concurso. En el proceso de selección más reciente, en julio de 2024, no se convocó formalmente al Codoca para conformar las ternas, y la designación del director se realizó en un ámbito estrictamente político, con una marcada discrecionalidad y siguiendo recomendaciones de terceros.

En cuanto a la elección en 2020 del director ejecutivo del Organismo Dominicano de Acreditación (ODAC), pilar fundamental de la confianza en el Sidocal, la situación fue aún más preocupante: el seleccionado no solo desconocía la ubicación del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), que preside el Codoca, sino que también carecía de los conocimientos más elementales en materia de acreditación de competencias de organismos de evaluación de la conformidad.

Estas acciones perpetúan las prácticas de clientelismo, cuya erradicación debería ser uno de los principales y más desafiantes objetivos del Gobierno del Cambio, que ha despertado tantas esperanzas en la conciencia nacional.