Durante todo el transcurrir de nuestra historia republicana, la sociedad dominicana ha sido testigo de numerosos procesos electorales cuya cuestionada ejecución y gestión han contribuido al debilitamiento de la imagen de nuestro órgano electoral, afectando así la legitimidad y la confianza en los resultados derivados de dichos procesos.
Aunque por lo general no lo solemos destacar al momento de analizar las oportunidades de mejoras de nuestros procesos electorales, los descuadres en las actas o relaciones de votación han sido persistentes, proceso tras proceso. En algunos casos, estos han estado presentes hasta en el 45% y 47% de todas las relaciones de votación del nivel de diputados y regidores, respectivamente, ya que, entre otras cosas, el conteo para estos niveles resulta más complejo y demandante debido al voto preferencial, el número de candidatos y partidos, y a las diferentes casuísticas que deben ser tomadas en cuenta durante el proceso de conteo y asentamiento de los resultados para estos niveles. Además, como consecuencia de éstos, en cada certamen las Juntas Electorales Municipales se constituyen en el espacio de identificación de las inconsistencias, de la gestión de las soluciones, así como el campo de batalla donde se dirimen los conflictos, que en más de un caso han escalado peligrosamente y cuestionado los resultados.
El descuadre en su definición pura supone una inconsistencia aritmética la cual, en nuestro contexto actual condicionado por el voto y el escrutinio manual, solo puede ser atribuido al factor humano responsable de la gestión del proceso en cada colegio electoral, incluidos los actores políticos. En términos concretos, una inconsistencia aritmética es una discrepancia o error numérico que se produce en el proceso de conteo de votos o en la sumatoria de los resultados electorales. Estas inconsistencias pueden manifestarse de diversas formas, como la suma incorrecta de votos, la existencia de más votos contados que votantes registrados, la presencia de votos inválidos no contabilizados, entre otros.
El descuadre en las actas o relaciones de votación puede deberse a diversas causas, pudiendo enumerar las siguientes: debilidades en la capacitación de los funcionarios electorales y los delegados políticos sobre el proceso de conteo de votos o escrutinio; errores humanos en el conteo manual derivados de la fatiga provocada por la duración extensa de la jornada electoral; y, por último, la intervención malintencionada orientada a la manipulación de los resultados.
Sin importar la causa raíz del descuadre, estos pueden tener efectos negativos significativos, ya que generan incertidumbre en el proceso electoral, erosionan la confianza de los ciudadanos en el sistema y pueden dar lugar a disputas y controversias sobre los resultados. Además, se puede afirmar sin duda alguna que, en los casos donde el voto no es contado o asentado correctamente en las relaciones de votación, se produce una afectación a los derechos fundamentales tanto del votante como de los candidatos a puestos de elección popular.
Lo anteriormente planteado representa un importante desafío para la calidad de nuestros procesos electorales y la democracia en nuestro país. La eliminación de los descuadres en las actas o relaciones de votación es esencial y obligatoria para fortalecer los procesos y garantizar resultados confiables. Conscientes de esta necesidad y considerando los precedentes existentes, el actual Pleno de la JCE, del cual formo parte, ha propuesto, socializado y acordado con los partidos, agrupaciones y movimientos políticos, la implementación de una solución tecnológica ajustada a nuestra realidad y contexto actual, con el objetivo de eliminar los descuadres. Mediante la Resolución núm. 10-2023, se dispuso la instalación de un Equipo de Digitalización, Escaneo y Transmisión de resultados (EDET) en cada colegio electoral durante el proceso electoral del 2024.
Con esta tecnología, se busca eliminar los descuadres de las relaciones de votación que han sido una preocupación constante en nuestros procesos electorales, generando de manera reiterada desasosiego en las Juntas Electorales Municipales, en los actores políticos y la ciudadanía en general. Mediante la utilización de las EDET, para digitar, imprimir, escanear y transmitir las relaciones de votación, se eliminarán los errores derivados del conteo y asentamiento manual de los datos y, se aumentará la confiabilidad y precisión de los resultados, ya que esta tecnología permitirá identificar y subsanar cualquier discrepancia en tiempo real en el propio colegio electoral, lo que facilitará la corrección oportuna de posibles errores en presencia de los actores involucrados en el proceso de escrutinio y, evitará que los descuadres afecten la calidad de los resultados finales. Asimismo, esta solución posibilitará una transmisión segura y rápida de los datos, evitando demoras y asegurando la integridad de la información.
Para asegurar la eficacia y fiabilidad de esta solución, se tiene contemplado llevar a cabo rigurosas auditorías de sistemas y equipos, tomando como referencia las experiencias pasadas y las recomendaciones realizadas por organismos expertos en elecciones, tales como OEA, IFES y UNIORE. El acompañamiento y respaldo de estos cuerpos especializados a nuestro experimentado cuerpo técnico, el cual se encuentra en constante consulta con los actores políticos, nos permitirá elevar las garantías de que los EDET utilizados en cada colegio electoral funcionen correctamente y estén debidamente configurados para evitar posibles problemas técnicos que pudieran afectar la precisión de los datos. Esta colaboración con organismos reconocidos en el ámbito electoral fortalece aún más la confianza en el proceso, asegurando que la implementación de la tecnología sea llevada a cabo de manera óptima y confiable.
En conclusión, la implementación de la solución tecnológica propuesta por el Pleno de la JCE representa un paso significativo hacia la eliminación de los descuadres en las actas y la mejora de la integridad de nuestros procesos electorales. La utilización de los EDET, respaldada por amplias pruebas, auditorías de sistemas y equipos, sumado al acompañamiento de organismos expertos, nos permitirá fortalecer la confianza de los actores del sistema en el proceso electoral y reafirmará la legitimidad de los resultados obtenidos. Es momento de dar un paso decidido hacia la modernización de nuestros procesos, apoyándonos en la correcta aplicación de la tecnología, para con esto garantizar la transparencia y la confiabilidad en cada etapa del proceso electoral, asegurando así la confianza de la ciudadanía en la democracia dominicana.