Con Gaza y el Líbano en el corazón

Muchas veces, en nuestra consulta, nos encontramos con casos en que los pacientes presentan una carga de patrones conductuales nocivos, agravada por una sobreinformación inadecuada, llena de medias verdades. Durante el proceso de diagnóstico y las entrevistas clínicas es fundamental implementar una metodología que ayude a modificar estos patrones de comportamiento, ya que están lastrando o empeorando su estado emocional.

Cada vez es más frecuente observar lo difícil que es para los pacientes ser conscientes de estas circunstancias, o comprender que dichas conductas inciden directamente en su malestar. La sobreinformación a que estamos expuestos y el acceso sin precaución a ella hacen que muchos conceptos repetidos una y otra vez acaben siendo aceptados como verdades. Estas “verdades” se incorporan a nuestras rutinas, lo que hace aún más importante que la información provenga de fuentes confiables y bien documentadas.

El círculo de pensamientos en personas con enfermedades afectivas, fobias o dificultades para socializar y mantener relaciones afectivas con sus seres queridos es amplio. A menudo, estos casos no llegan a ser graves, pero son justamente los más susceptibles de ser víctimas de conceptos erróneos o superficiales. En muchos de estos, esto puede cronificar la situación y empeorar la sintomatología.

Es esencial que los pacientes entiendan que no es un proceso de aprendizaje lineal y que, al igual que las emociones, tienen fluctuaciones y cambios; lo que puede funcionar para una persona, no necesariamente será efectivo para otra. Esta particularidad, entre otras circunstancias, es lo que complica el alivio de los sufrimientos psíquicos. Por ello, es fundamental contar con la asesoría de profesionales cualificados y con las licencias adecuadas para el ejercicio de esta difícil profesión.

Si sientes que algo en tu interior no está funcionando correctamente, busca ayuda profesional. Esto es lo mejor que puedes hacer para tener una vida libre y satisfactoria, tanto para ti como para tu familia y tu círculo afectivo. Reflexiona: si necesitas una operación, acudes a un cirujano, del mismo modo, si tus sentimientos te impiden ser libre, busca el apoyo de psicólogos y psiquiatras.