- Algo de contexto
Después de la Revolución de 1965 que buscaba la vuelta a la constitucionalidad de 1963 con el gobierno de Juan Bosch, vino una etapa de represión por parte del gobierno impuesto por los Estados Unidos encabezado por Joaquín Balaguer. Los más afectados fueron los dirigentes de la izquierda y la juventud en general. Lo cierto es que se vivió un período de 12 años de resistencia y confrontación (1966-1978). En este tiempo reinó el temor ante las actuaciones de la policía, los militares y paramilitares, sobre todo en los sectores urbanos populares. Concomitantemente se incrementaba la política asistencialista vía programas como el denominado Cruzada de Amor, dirigido por una hermana del presidente Balaguer.
Con respecto al crecimiento poblacional de Santo Domingo, hay que decir que luego del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo en 1961, se incrementó la migración del campo a la ciudad generando la ocupación progresiva de la periferia del Distrito Nacional. Estos nuevos barrios entraron en un proceso de consolidación y se convirtieron en escenarios donde se manifestaba la resistencia armada y política al régimen de Balaguer. Allí se crearon múltiples clubes culturales y deportivos como estrategia de formación y organización de la juventud.
En América Latina era el período de polarización entre regímenes dictatoriales de derecha y la izquierda revolucionaria impulsora de múltiples focos guerrilleros. Pero en esas décadas de los años 60 y 70 también era el tiempo de la relectura de la doctrina social de la Iglesia católica teniendo como base el Concilio Vaticano II iniciado en 1962. Esto generó la conocida corriente Teología de la Liberación y su expresión territorial comunitaria de vivenciar la fe y el sentir social y político en lo que se llamó Comunidades Eclesiales de Base, CEB. Asimismo, estaba en desarrollo la Educación Popular, como un paradigma pedagógico de formación crítica que junto a la experiencia de las CEB aportaban al surgimiento de nuevas formas organizativas a nivel popular.
Respecto a los procesos socioeducativos, Manuel Mejía plantea: "Desde esa perspectiva, los procesos educativos […] han de ser concebidos en el marco ético político del proyecto de Nación deseada y evaluados conforme a los valores que implica el concepto de nación. Esa fue la tónica del pensamiento educativo latinoamericano de los siglos y décadas señaladas y sostenido por el liderazgo político de ese interregno histórico en que se luchaba por la emancipación de los países de dominación colonial con sus resortes culturales" (1).
Estas experiencias de organización social popular tomaron un mayor auge en la región a partir de 1978, con el inicio de la apertura democrática en Latinoamérica. En el caso dominicano, ese año Balaguer perdió las elecciones y asumió el gobierno el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, de orientación socialdemócrata. Inmediatamente, se da la libertad a los presos políticos y también retornan los exiliados políticos. Ante la apertura democrática empezaron a surgir múltiples formas de organización social con carácter territorial y temático, entre ellas: comités de defensa, comités de lucha popular, juntas de vecinos y ONG de acompañamiento a grupos populares y comunidades.
Así se fue dando el desplazamiento de actores sociales tradicionales como el movimiento obrero y el movimiento campesino, entre otras razones porque el gran cúmulo de migrantes del campo a la ciudad que se estaba dando no lograba ubicarse en las empresas. Entonces, creció enormemente el trabajo informal y los asentamientos precarios en los bordes de cañadas y ríos en la periferia de la ciudad, lo cual venía en línea ascendente desde los años 60. Así adquiere protagonismo un nuevo actor social: los moradores barriales.
- Matriz del movimiento urbano comunitario
En los barrios populares a partir de los años 80 se desarrollan organizaciones sociales con matrices distintas, dentro de las cuales destacan tres:
-La matriz partidaria de izquierda. Aquí pueden identificarse los Comités de Lucha Popular, CLP, el Frente Amplio de Lucha Popular, FALPO, y los Consejos de Unidad Popular, CUP.
-Matriz municipal. En este caso se trata de una iniciativa del Ayuntamiento del Distrito Nacional, desde donde se impulsó la creación de juntas de vecinos, las cuales se han generalizado bajo la rectoría municipal.
-Matriz pedagógica comunitaria. A la base de esta se hallan las experiencias organizativas, comunitarias y reflexivas de la Comunidades Eclesiales de Base y la Educación Popular en Latinoamérica. Como muestra se puede mencionar a COPADEBA y una serie de ONG de educación popular o pastoral que organizaban y acompañaban comunidades en barrios y campos.
En síntesis, avanza un período de surgimiento y reconocimiento de nuevos actores y de ampliación de derechos políticos y sociales vía la movilización reivindicativa. Un hecho emblemático fue la gran protesta de abril de 1984 ante el aumento de precios generado por la firma del país con el Fondo Monetario Internacional. Estos años 80 fueron de ajustes y cambio del modelo económico. Inicia el auge y la hegemonía de las conocidas políticas neoliberales con sus efectos agravantes para los pobres.
Surgimiento de los Derechos Barriales
COPADEBA surgió en 1979 debido a dios razones fundamentales: las amenazas de la familia Vicini de cobrarle dinero a las familias que ocupaban buena parte de los barrios de la zona norte de Santo Domingo y las carencias de servicios básicos. Algunos de los rasgos distintivos de esta organización son: carácter comunitario territorial, institucionalidad organizativa democrática, un enfoque de acción – reflexión – acción y un pensamiento sociopolítico puede verse expresado en la formulación de los Derechos Barriales.
A finales de los años 80 COPADEBA tenía presencia en más de 30 barrios populares. Además del Distrito Nacional, formó comités en Los Alcarrizos y en el sector Sabana Perdida. Asimismo, fundó la ONG Ciudad Alternativa y aprendió del movimiento urbano comunitario latinoamericano, al que también aportó, a través del Frente Continental de Organizaciones Comunales, FCOC, llegando a organizar, en 1992, un encuentro internacional en Santo Domingo.
COPADEBA acostumbraba realizar una ofrenda floral en el Altar de la Patria cada Día de los Derechos Humanos, por lo que en 1989 organizó un taller sobre cuáles son los principales derechos de la gente visto desde el territorio barrial. Durante esta actividad se aplicó una guía de trabajo y reflexionó en grupos, teniendo como resultado un conjunto de aportes que luego fueron organizados, sintetizados y enriquecidos por un equipo de dirigentes.
El contenido de los Derechos Barriales está organizado en cuatro apartados clásicos:
–Derechos Sociales, con énfasis en el derecho a la ciudad. La organización articuló recursos humanos, apoyo internacional y generó, junto a otras instituciones, una ONG capaz de producir en diálogo con los pobladores propuestas alternativas a la política oficial de desarrollo urbano.
*Derechos Políticos, con énfasis en democracia participativa. COPADEBA organizó en 1989 la primera reflexión pública realizada en el país sobre Democracia Participativa. Estos aportes de académicos y dirigentes sociales (Vanna Ianni, Antinoe Fiallo, Marcos Villamán, Manuel Matos Moquete, Guarocuya Batista del Villar, Jorge Cela, Virtudes Alvarez y COPADEBA) aparecen publicados en la revista Estudios Sociales No. 78, Octubre – Diciembre 1989. La organización mantenía un diálogo permanente con la academia, no solo en eventos como el indicado anteriormente sino también desde la cotidianidad. Por ejemplo, en el proceso de fundación de Ciudad Alternativa y el rol de su equipo técnico formulando propuestas de mejoramiento urbano con participación de los moradores barriales, lo cual es un rasgo distintivo de la filosofía de esta institución. *Derechos Económicos, con énfasis en la inclusión económica, economía asociativa y solidaria. Desde esta perspectiva, desde sus primeros años la organización desarrollaba la experiencia Compras Unidas, de gran beneficio para las familias, pues implicaba ahorros y compras conjuntas de productos alimenticios. Además de una vinculación comercial solidaria con productores del campo.
*Derechos Culturales, con énfasis en la reivindicación de la identidad nacional – popular. Generalmente la organización incluía distintas manifestaciones del arte en cada actividad de movilización, en las cuales se reivindicaba dicha identidad.
Luego de la proclama en la Puerta del Conde, se realizó una publicación que tuvo un impacto importante, ya que se trataba de un planteamiento sociopolítico creado colectivamente desde una organización popular comunitaria. Esta acción, entre otras prácticas de la organización, captó la atención de estudiosos de las ciencias sociales nacionales e internacionales. Incluso, estos derechos fueron asumidos por el Frente Continental de Organizaciones Comunales y valorados por la Coalición Internacional para el Hábitat, entidades a las cuales pertenecía COPADEBA.
En síntesis, los Derechos Barriales son el resultado de un proceso pedagógico-político popular que incluye no solo la reflexión crítica participativa, sino la experiencia de COPADEBA en sus primeros diez años. Asimismo, estos derechos constituyen un planteamiento propositivo que ha orientado la agenda de esta organización. Lo cierto es que este proceso de ampliación de derechos forma parte de esa construcción histórica en la que destacan Ciro el Grande, los griegos, los romanos, los independentistas norteamericanos, los revolucionarios franceses, Gandhi, las Naciones Unidas, entre otros actores.
Sin dudas, en el proceso de formulación y socialización de los Derechos Barriales se distinguen elementos como los siguientes:
- Una dinámica organizativa comunitaria a partir de problemas comunes.
- Una práctica de organización y lucha construida colectivamente.
- Un proceso de reflexión sobre la práctica y su contexto.
- Una construcción participativa de un pensamiento creativo y crítico.
- Una proclama sobre el derecho a vivir con dignidad en la ciudad.
- Una estrategia de socialización e incidencia a nivel nacional e internacional.
Hoy, los Derechos Barriales, que no pretendieron ser un planteamiento corporativo, siguen siendo un horizonte anhelado ante la situación de pobreza y exclusión de la gente y la necesidad de reivindicar una vida digna en la ciudad.
(1) Mejía Gómez, Manuel Z., 1995: La Pedagogía de la Educación Popular. Raíces y Retos. Centro Cultural Poveda. Santo Domingo.