1.- Durante mucho tiempo a lo que se identifica como pueblo dominicano le será difícil alcanzar su liberación, quitándose de encima el odioso dominio de la minoría nacional y los intereses monopolistas norteamericanos.
2.- La gente pobre de nuestro país no cuenta con aliados en condiciones de modificar el actual orden social que, por descansar en la desigualdad de oportunidades, es injusto por entero.
3.- Las mujeres y los hombres más activos en el quehacer político nacional, en su gran mayoría no son otra cosa que atrabancos, que están para beneficiarse de su accionar, estorbando el desarrollo de la lucha popular y el progreso social.
4.- En estos momentos el ambiente político nacional está bajo la influencia ideológica del mamalón de la politiquería, ese que solo se preocupa de sí mismo, y a los demás, que se jodan, que se los lleve el mismo diablo.
5.- Porque actualmente estamos en la etapa preparatoria para moldear el cerebro de los futuros votantes, es de utilidad la figura que hace de venenoso vocinglero para intoxicar al dócil elector.
6.- No se lee un periódico, como tampoco se ve o escucha por televisión, a un comunicador haciendo labor de civismo para bien educar al ciudadano o la ciudadana al momento de sufragar.
7.- Nunca, jamás, ni cuando las ranas críen pelos, vamos a ver u oír, orientar desde las alturas del poder del Estado dominicano, para que el pueblo elija con conocimiento de su propia causa e interés.
8.- Debemos estar convencidos de que las electoras y los electores están siendo acondicionados en nuestro país para ejercer su derecho al voto, pero sin explicarles nada relacionado con el ordenamiento económico y social causante de todos los males que dañan a nuestra patria. El objetivo es mantener sobre este tema, ignaro al votante.
9.- A los grupos dueños del poder del Estado dominicano, les es de su conveniencia económica y política, que aquel que vaya a un colegio electoral a votar sea un ciudadano con una formación rústica, ausente de conciencia cívica, por ser víctima sistémica.
10.- La falta de conocimiento de lo que se esconde detrás del voto, hace a la mayoría del sufragante dominicano un instrumento favorable a la continuación del régimen social que mantiene hundido en la pobreza, al pueblo de a pie, a los nadies, a los que aquí comen a veces.
11.- Sin darse cuenta, muchas personas buenas, de sanos sentimientos, con su voto, están favoreciendo que el hambre siga golpeando a millones de sus coterráneos que viven al margen del progreso, como marginados sociales.
12.- A los futuros electores dominicanos, a quienes están preparando para que vayan a las urnas en condición de borregos, debieran de aclararles que al votar están prolongando un modelo económico que cada vez hace más pobre al pobre y más rico al ricachón.
13.- Los que aquí se han adueñado del poder político, económico y social, precisan que su Estado y gobierno, estén debidamente legitimados, y para tal fin necesitan que ciudadanas y ciudadanos tranquilos, sin protestar, dócilmente vayan a votar para hacer posible que sigan las lacras sistémicas.
14.- Lo más conveniente en un proceso electoral a efectuarse en un país dominado por la desigualdad, privilegios, pobreza, corrupción, criminalidad, narcotráfico y demás taras sociales, es que electoras y electores decidan sufragar conforme a la decencia.
15.- Si en la República Dominicana queremos comenzar a adecentar la vida pública, debemos iniciar el aseo por medio de la limpia orientación, en el sentido de no votar para que siga la fuente desde la cual emanan todas las porquerías que ensucian la vida nacional dominicana.
16.- Cada persona limpia de cuerpo y alma que decida sufragar en las próximas votaciones, que se haga la pregunta de si lo está haciendo para fomentar, apoyar, que todo siga igual como ha estado desde siempre, o para que cambie la base social actual.
17.- Cómo es posible que un ser humano inteligente, sea manejado de tal forma que le engañen siempre con la misma maniobra; igual sutileza e idéntico medio de persuasión. Pues, precisamente, a nuestro pueblo le han embaucado vilmente en todos los procesos electorales.
18.- La trampa que los grupos dominantes hacen a los dominicanos y dominicanas, es que les ponen a votar siempre idénticamente por el mismo sistema; igualmente, en toda ocasión, por el modelo económico que atrasa, ni más, ni menos.
19.- Los electores y las electoras dominicanos deben decir claramente que ya se cansaron de sufragar por el sistema que les ha puesto a sufrir; que ya no aguantan más infortunios.
20.- Aunque en el país no existe tradición de que los sufragantes tengan la opción de elegir el régimen social de su preferencia, nada quita que surja un movimiento de ciudadanos y ciudadanas de pensamiento libre, que levanten su voz para no continuar votando por el mismo orden social añejo, injusto y totalmente deshumanizado. Escoger otro modo de vida en nuestro país es necesario y posible.