El pueblo dominicano generalmente necesita algún tema que le mantenga entretenido y lo encuentra en cualquier banalidad, sobre todo cuando se trata del tema haitiano y el mito de la fusión que inventó Balaguer.

El nuevo plan de fusionar la isla es el uniforme del equipo que nos va a representar en el Clásico Mundial de Béisbol porque, según la experta sociedad dominicana, ese uniforme se parece a la bandera haitiana.

Hablé con un experto en diseño, que es mi amigo Misael Rincón, y él me explicaba que el problema ha estado en que se hizo una degradación de dos colores: el azul y el rojo, y que al degradarse el color se vuelve más oscuro.

La sugerencia que hace Misael es que no se debería degradar justamente para evitar este tipo de confusiones. Pese a esa aclaración hay gente que continúa con su tesis y va más allá pues cuestiona que por qué degradaron el rojo y el azul y no el blanco, o sea hasta debemos trazarle directrices a los creativos.

No me imagino a los directivos del equipo diciéndole a los creadores “queremos que, por favor, se parezca a la bandera haitiana porque estamos trabajando en la fusión”. O quizá al revés, los creativos que ganaron la licitación para hacer el diseño de los uniformes presentándoles su idea a los organizadores del evento: “hemos querido degradar los colores rojos y azul porque de esta manera se parece más a la bandera haitiana que a la dominicana y ustedes saben que está el plan de fusionar la isla” ¿En serio?

Como diría el doctor en sociología Leopoldo Artiles ¡eso de la “fusión “no resiste ni el más elemental análisis de ingeniería política!

Si se planteara eso desde una perspectiva de intervencionismo "internacional" de Naciones Unidas, de ONGs y de quinientas, lo primero a considerar es que eso debiera pasar por una consulta a los respectivos pueblos o estados.

Si se preguntara hoy a los haitianos: ¿desearía usted que el estado haitiano y el dominicano se fusionaran? ¡¡¡Ellos dirían que no!!!

Y si se le hiciera esa pregunta al pueblo dominicano la respuesta obviamente sería también ¡no!

Si se contemplara una fusión por vía de la imposición militar violenta de cualesquiera nación poderosa, esta o estas tendrían que admitir la destrucción de los principios fundamentales del derecho internacional, lo cual conduciría al caos total en el mundo.

Las potencias son potencias porque son "inteligentes" y nunca admitirían esa idea tan absurda de la "fusión de la isla".

Quienes usan esa expresión se engañan a sí mismos porque una isla no se fusiona, y dos pedazos de tierra aislados no constituyen una isla.

La expresión correcta sería la fusión de dos estados, en el caso nuestro imposible. Insto a quienes crean esto a que se lean "La Isla al Revés" del Dr. Joaquín Balaguer para que se lleven una gran sorpresa por el hombre que efectivamente creó la versión de la supuesta conspiración de potencias mundiales para fusionar los dos estados.

Dicho esto, lo que sí tiene visos de verdad es que algunas potencias desean que nuestro país sea el que más se ocupe de asistir a Haití, y en eso sí es verdad que nuestro Estado debe poner en claro sus intereses soberanos, sin que por eso se entienda que no debamos, por nuestro propio interés, ayudar en la medida de nuestras posibilidades, junto con otros Estados, a apoyar iniciativas de solución del problema que agobia a la nación vecina.