El sábado falleció monseñor Agripino Núñez Collado, una persona a quien conocí y admiré, aunque hubo procesos que no estuve de acuerdo. Desde el sábado vengo observando los comentarios en redes sociales y me pregunto: ¿por qué la inquina de tanta gente?

Existen sicarios de la moral cuya vida pareciera ser la más ejemplar en la sociedad, pero que estoy seguro han hecho ningún aporte. Si hoy se puede hablar de él es porque quizá, a diferencia de como hacen muchos, se dedicó a aportar al país, no ha criticar.

Agripino Antonio Núñez Collado fue un dominicano que dedicó su vida al servicio de la Iglesia católica, a la educación, al fortalecimiento de la democracia y, en general, al mejoramiento de la sociedad dominicana.

Desde el 1970 hasta el 2014 se desempeñó como rector de la PUCMM, institución a la que se integró como vicerrector en el año 1963.

Fue licenciado en Filosofía de la UASD y en Teología y Derecho Canónico de la Pontificia Universidad de Salamanca. Obtuvo grado de Maestría en Administración de la Universidad de Puerto Rico.

Como evidencia del importante papel desempeñado por monseñor Núñez Collado en la consolidación de la democracia, se destacan sus grandes esfuerzos para la inclusión de los más diversos sectores de la sociedad dominicana en el proceso de democratización y en la toma de decisiones de interés nacional.

Era considerado como el mediador por excelencia, aceptado por todos los sectores que conforman el escenario político, económico y social. Fue pionero en abrir un espacio de participación a las Iglesias evangélicas entre los miembros de la sociedad civil.

Dan cuenta de la efectividad de su quehacer los reconocimientos nacionales e internacionales que recibió. En agosto de 1990 la Cámara de Diputados lo reconoció por "su demostrado interés por la superación personal y por la capacitación de los legisladores. Así como por sus aportes a la formación y adiestramiento de los mismos, para un desempeño efectivo y provechoso de sus funciones”.

Monseñor Núñez Collado diligenció y obtuvo fondos nacionales e internacionales para establecer cursos de capacitación y apoyo profesional a los legisladores.

En julio de 1993 el Club de Corresponsales de Prensa Extranjera, Inc., lo declaró personaje del año. El certificado que recoge este reconocimiento establece: “Por su relevante papel de mediador en conflictos políticos, económicos y sociales. Como agente confiable de mediación en la búsqueda de solución a los problemas que han afectado a la sociedad dominicana en los últimos años”.

En julio de 1998 el Senado de la República Dominicana por resolución unánime lo declara Gran Maestro de la Concertación, el Diálogo y la Negociación Política“.

También, dentro del orden internacional, se destaca la participación de Monseñor en diversos foros internacionales. En los que se analizan temas referentes al desarrollo con equidad, el liderazgo, la educación y la construcción de procesos de consenso social.

Dentro de este rol tuvo importante participación en eventos convocados por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de Estados Americanos y las diferentes agencias del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo, la educación y la salud.

Núñez Collado pertenecía a varias organizaciones cívicas y de promoción de la educación y el desarrollo del país.

Fue uno de los grandes educadores, humanistas y promotores de la consolidación de la democracia y de la inclusión social de la República Dominicana y de América Latina.

Si lo analizamos sin pasión sus aportes fueron más que sus errores, sus luces más que sus sombras, pero solo queremos resaltar sus errores. ¿Por qué querer matarlo de nuevo?