El decreto que crea una comisión para estudiar la posible fusión de los ministerios de Educación y Educación Superior, Ciencia y Tecnología, me parece una medida sabia, prudente y súper-acertada del presidente Abinader.
Probablemente en estos 6 meses se va a diluir la disparatada iniciativa del autor de esa idea de fusionar dos ministerios que manejan áreas totalmente distintas en lo que se refiere a la educación.
Todos los que pasaron por el cargo de cabezas de ese ministerio, empezando por el creador de la semilla que se llamó CONES, que fui yo, pegamos el grito al cielo para que se detuviera esa torpe iniciativa.
Hace unos meses conversaba con la actual Embajadora de España ante la Santa Sede, la cual fue Ministra de Educación en su país antes de ser Embajadora. En su gestión el Ministerio de Educación de España abarcaba las Escuelas en general y las Universidades, y al final logró que se separaran en dos ministerios.
En 1985 fui invitado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos a un programa de recorrer 10 universidades norteamericanas con una duración de un mes.
A esa actividad fueron invitados unas 60 cabezas de Educación Superior del mundo que incluía países que, en ese tiempo, eran parte de la Unión Soviética y China.
En las intervenciones de cada uno de nosotros se ponía en evidencia la relación que había entre ese Ministerio y la política de Ciencia, Tecnología, Investigación, Recursos Humanos y prioridades en pos del desarrollo del país,
Espero que estos especialistas en educación superior, que no están en el decreto que nombra esa comisión, hagan sentir su voz sobre el disparate de la fusión propuesta.
La fusión parece acertada, tal y como yo mismo expuse en un artículo en un artículo que publiqué en ACENTO hace unos meses, en el caso de los Ministerios de la Juventud, de la Mujer, el CONANI y el Departamento de envejecientes, que deberían fundirse en el Ministerio de la FAMILIA, como sucede en muchos países del mundo.