1.- Escribo de lo que me sale de lo más profundo de mi corazón y de lo que he visto u oído.
2.- No me creo portador de la verdad absoluta. Estoy impedido de decir la mentira y desde niño la detesto, no la resisto, me repugna.
3.- En muchas ocasiones, siendo joven, adulto, y ahora en la tercera edad, me he equivocado, y cuantas veces lo he considerado necesario, voluntariamente y de manera pública así lo he reconocido.
4.- Los distintos temas que abordo con relación a la presencia de los inmigrantes haitianos en el territorio nacional dominicano son lecciones sacadas de experiencias vividas. Nada de fabulaciones.
5.- Con el haitiano, negro y pobre, durante meses he compartido con ellos en los bateyes, y por años en el seno de mi familia, de ahí a ahí, bajo el mismo techo, comiendo en la misma mesa e iguales alimentos.
6.- En el libro que escribí: “Carmen, cáncer y lucha”, nacionales haitianos que durante varios años compartieron conmigo y mi familia dan su testimonio del trato que recibieron en mi casa y la camaradería como nos tratábamos.
7.- Para narrar cómo ha vivido en mi país el brillante intelectual haitiano comunista, el conservador empresario y el bracero analfabeto, no tengo que fabular porque a ellos, durante años, les he tratado en intimidad.
8.- Con el haitiano pobre y negro he hecho causa común en la clandestinidad; en sus centros de trabajo; estando alegres y tristes, y buscándole de urgencia a un médico para salvarle la vida.
9.- Sé lo que es ver al haitiano negro y pobre sentirse deprimido al ser víctima de discriminación por su color, idioma o el olor que emana de su cuerpo.
10.- Para que la comunidad dominicana y la internacional conocieran la vida amarga del haitiano en las labores de corte y tiro de la caña, en los centrales azucareros dominicanos, durante meses hice vida común con ellos, lo que me permitió escribir los libros Inmigración Haitianos y Esclavitud; Migración Caribeña & un Capítulo Haitiano.
11.- Gerard Pierre Charles, sobre la obra Inmigración Haitianos y Esclavitud, escribió: “El estudio del doctor Ramón Antonio Veras sobre la situación de los trabajadores haitianos en la República Dominicana constituye un aporte de excepcional valor al conocimiento de este tema tan trascendental en las relaciones dominicano-haitianas”.
12.- Suzy Castor, refiriéndose al texto Migración Caribeña & un Capítulo Haitiano, expuso: “En efecto, cuando el autor estudia, por ejemplo, los mecanismos de explotación del trabajador emigrado jamaiquino o haitiano en República Dominicana o en Panamá, ilustra con luz meridiana lo que hemos llamado la constelación de la explotación, ya que en el mundo capitalista los países de menos nivel de desarrollo, tienden a reproducir los esquemas de explotación de los países más desarrollados”.
13.- La Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas Dominicanas, en el mes de julio del año 2003, organizó un seminario con el tema: “La frontera: prioridad de la agenda nacional del siglo XXI”. En el mismo participé en el punto “La situación de legalidad e ilegalidad de los haitianos y sus descendientes. Necesidad de esclarecer la interpretación de leyes y acuerdos”. Y concluí diciendo lo que copio a continuación:
a).- En la actualidad los hijos e hijas de nacionales haitianos, ilegales o no, nacidos en el país, son dominicanos; b) Se impone modificar la Constitución dominicana en lo que se refiere a la nacionalidad dominicana y en particular el artículo 11; c) Conviene modificar el Código Civil en su artículo 9.; d) Procede elaborar una nueva Ley de Inmigración que esté acorde con la realidad actual del país y la coyuntura internacional; e) Procede la firma de un acuerdo entre Haití y la República Dominicana, para la entrada de nacionales haitianos al país para el corte y tiro de la caña, u otras labores agrícolas e industriales; f) En el acuerdo se debe estipular, claramente, que cada bracero suscribirá, en creole, francés y español un contrato individual de trabajo antes de trasladarse desde Haití a la República Dominicana. En el contrato se especificará el trabajo a realizar, la jornada diaria de trabajo, el salario a percibir, alojamiento, medios de transporte para el traslado y regreso a su país, garantía de seguridad social, etc. g)- Se debe crear un departamento especial, en nuestro país, para que se ocupe, única y exclusivamente, de los asuntos de los inmigrantes haitianos residentes en el país o que trabajan por temporada en el sector azucarero, en la recogida del algodón, el café, el cacao y otras áreas de la economía nacional; h) Procede realizar un censo, bajo la supervisión de las Naciones Unidas, para determinar el estatuto legal de haitianos-dominicanos que no tienen documentos. El censo puede servir, además, para determinar, real y efectivamente, cuántos nacionales haitianos residen en nuestro país. En las operaciones del censo deben trabajar miembros de las Naciones Unidas, nacionales dominicanos y haitianos civiles; i) Revisar las diferentes leyes dominicanas en las cuales se haga referencia a las palabras tránsito, transeúnte, residente, extranjero, residente legal e ilegal, domicilio permanente y otras que tienen que ver con el ordenamiento constitucional y jurídico; j) Con respecto a la frontera, en lo que se refiere a la parte dominicana, el gobierno central deber darle un tratamiento similar al que se le da a las principales ciudades del país. Hay que convencer a los dominicanos y dominicanas residentes en las zonas fronterizas de que ellos y ellas también son nacionales dominicanos, aunque residan en lugares muy apartados de la ciudad capital. [i]
14.- Nuevamente lo digo: cuantas veces expongo algo relacionado con los inmigrantes haitianos, negros y pobres lo único que hago es decir una verdad del tamaño del Monumento a los Héroes de la Restauración. En ese sentido, reitero dos puntos del artículo: “Haitianos negros y pobres, y la discriminación”.
15.- Los haitianos, negros y pobres, documentados o indocumentados, están moviéndose libremente en el territorio dominicano, porque su fuerza de trabajo barata es indispensable en diferentes áreas de la economía nacional.
16.- La actitud discriminatoria contra el inmigrante haitiano negro y pobre es de dominio y aceptación pública, aunque quiera ser ignorada o disimulada. La realidad está ahí, como testigo de piedra.
Fuente de cita:
Tomado del libro de mi autoría: “Mi parecer sobre la sociedad dominicana de hoy, páginas 127 y 128, tomo II”.