Con la orientación que dispensa el Ministerio de Educación de enrutar nuevos diseños instruccionales hacia el enfoque dual de aprendizaje técnico, la educación [pública] se prepara a dar un salto gigantesco capaz de hacerle frente a los desafíos propiamente que provoca el desarrollo en un mundo globalizado.  Tanto es así, el diseño instruccional estaría centrado en el estudiante bajo la modalidad de educación 4.0.  Y esto permitiría flexibilizar la ayuda hacia el participante de canalizar y manipular eficientemente los materiales, utensilios y recursos tecnológicos que necesita en el salón de producción.  Eso quiere decir, cuando el diseño académico está orientado en el aprendizaje del alumno evidenciaría automáticamente su estado real de destrezas.

En ese orden, el ministro de Educación, Dr. Roberto Fulcar canalizó la idea central de la política de estado del gobierno de Luis Abinader de transformar la educación tradicional hacia educación 4.0.  Hace alrededor de dos meses el incumbente le reveló a la prensa nacional la nueva modalidad de educación secundaria. De los cuales recogiendo –por el momento- lo más importante de la versión de educación consistente en convertir los liceos del país en politécnicos (4.0).

La misma persigue fundamentalmente ¨reducir la brecha social de aquellos que no tienen acceso a nada¨, (así se expresó el ministro al momento de inaugurar algunos nuevos politécnicos en la provincia de Monte Plata, en el mes de noviembre del año pasado).  De entrada, esta media es útil, porque principalmente ayudaría a frenar la deserción estudiantil de jóvenes de escasos recursos [que ronda en un 3% de la matricula]; y también en ese mismo sentido, los chicos y chicas que se gradúen en dichos centros, podrán trabajar y demostrar sus competencias en el cada vez más complejo y dinámico mercado productivo¨.

De esta manera el avezado Schwab, (2016) da a entender refiriéndose al joven que no se prepara en estos tiempos: él dice, ¨corre un enorme peligro de quedarse fuera del globo de la selección, capacitación y contratación del personal que conforma a las organizaciones 4.0; y también, corre el riesgo como consumidor (ya que viene desarrollándose día por día la cultura del consumidor inteligente denominado ¨prosumer¨).

Es decir, los estándares y desafíos latentes de la cuarta revolución industrial son muy exigente. Por ejemplo: Hoy, el mercado requiere servicios de analistas de datos; de especialistas en aprendizaje autónomo; analista de Big Data; o, transformación digital; en otras complejidades. Entonces la idea central es que por definición, "no son tecnologías superfluas ni emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital¨. Y, visto desde ese ángulo, los estudiantes de bajos recursos económicos no pueden quedarse fuera del sistema.  Por eso, atraviesan un dilema de vida o muerte. Ellos enfrentan los retos del nuevo mundo que les exige una nueva forma de como pensar el abordaje hacia los problemas y la manera como [este] plantea la solución.  Y, para tener éxito en dicha complejidad se necesita la voluntad inquebrantable por parte del Gobierno –y para ello no me cabe la menor duda- de intervenir con políticas públicas robustas de educación 4.0 que sean por si mismas estable y sostenible en el tiempo.

Según Rodrigo Cabral, el perfil del profesional 4.0 –es aquel que ofrece sus servicios utilizando eficientemente los recursos disponibles de la cuarta revolución industrial 4.0 como individuo global que está enlazado.  Dicho de otra manera, en la era cibernética nadie trabaja por sí solo, sino que todos pertenecen a una red de servicios por los cuales todo gravita sobre la interdependencia colectiva de las partes.  Por eso ahora, nadie es indispensable; y a su vez, la suma del todo es imprescindiblemente necesaria.

Ante esta realidad, se recomienda al Ministerio de Educación seguir invirtiendo cada vez más en tecnologías en procura de que la mentalidad de los participantes en el nuevo modelo cambie en esa dirección; entiéndase lo siguiente según el rango de valorización de Roig (2017) al priorizar la configuración del aprendizaje sobre la industria 4.0 en acumular conocimiento de big data, mostrar destreza hacia el internet de las cosas y el comportamiento de adecuación utilizando tecnologías aditivas.  Dicho con otras palabras, es la capacidad por parte del aprendiz a manipular nuevas maquinarias, tener contacto a los recursos tecnológicos y obviamente acceso y disponibilidad ilimitada a carga y descarga de data a través de internet.

También al Ministerio de Educación vale la pena recordarle (lo que ellos ya saben), para que la mencionada versión de educación basada en politécnicos tenga el éxito esperado apliquen: por un lado, la adecuación pertinente a los espacios de enseñanzas, a los centros de innovación y emprendimientos, a laboratorios, talleres digitales, etcétera con la finalidad de que el discente pueda pensar, diseñar y actuar con autonomía.  Y por el otro, aplicar diseños instruccionales orientado en la educación 4.0 capaz de robustecer la personalización del aprendizaje a través de plataformas amigables como Renzulli Learning, para citar un ejemplo de las tantas más de las que sugiere el profesor Javier Tourón.  El sostiene que de esa manera el centro educativo optimizaría con mayor celeridad el desarrollo del aprendizaje a través del acompañamiento y utilización de las plataformas indicadas más arriba.

Pero, independientemente de su desenvolvimiento, las mismas implicarían indefectiblemente un cargo adicional a los bolsillos de los usuarios por usabilidad del servicio. Y, por simple lógica, la mayoría de los estudiantes de escuelas públicas a sus padres se la hace casi imposible cargar con dichos costos financieros; por lo tanto, el socorro debe llegar directamente de los brazos operativos del Ministerio de Educación. Aun así, no podemos negar ni simular lo que ocurre en el mundo exterior.  No podemos seguir viviendo de espaldas a la realidad, a la que estamos conminado a abordar con éxito.  La cuarta revolución industrial 4.0 es un hecho. Por eso hay que tener en cuenta que a partir del año 2011 con la Feria de Hannover en Alemania, el mundo giró 360 hacia dicha industria digital dejando atrás los procesos mecánicos.

Entonces, desde luego, la realidad es la que tenemos por delante: construcción de nuevos espacios de aprendizaje entre el maestro y los estudiantes. Con el zumo cuidado de que, de una forma u otra, ellos conforman el vértice hacia una cada vez más eficiente dinámica de conocimiento y operaciones laborales imbuidos por sistemas cibernéticos y poseídos por el infinito. Y por eso, en República Dominicana celebramos efusivamente la enorme y transcendental decisión del Ministerio de Educación de transformar la instrucción educacional de liceos en politécnicos [4.0 a cualquier costo]