Arthur Travers Harris, conocido como “El Carnicero Harris”, fue comandante en jefe del Comando de Bombarderos de la Real Fuerza Aérea Británica durante la última mitad de la Segunda Guerra Mundial, y planificador y ejecutor de uno de los genocidios más atroz y espeluznantes acaecido en el marco de dicho conflicto bélico.

El bombardero Harris, como también se le conocía, planificó la destrucción de la ciudad alemana de Dresde un objetivo no militar, cuando el Tercer Reich tenía sus días contados por el acoso y cerco que el Ejército Rojo, dirigido por Zhukov y Konev, habían tendido sobre Berlín y el búnker de Adolf Hitler en la cancillería alemana.

El 13 y 15 de febrero de 1945 faltando 73 días  para que Hitler se quitara la vida, junto a su amante Eva Braun, (el 30 de abril) y 75  días  para la rendición total de la Alemania nazi, (2 de Mayo), 1,000 bombarderos de la Real Fuerza Aérea Británica y de los Estados Unidos, dirigidos  por Arthur Harris, lanzaron sobre el centro de la ciudad de Dresde más de 5,000 toneladas de bombas de alto poder explosivo y más de 100 mil  incendiarias desatando un verdadero infierno de fuego que asoló la ciudad, calcinando más de 25 mil ciudadanos, la gran mayoría mujeres, niños y ancianos que no pudieron escapar a la pira colectiva en que se convirtió la ciudad.

La condición de vencedor de Gran Bretaña fue suficiente para que ese genocidio quedara impune y este asesino en masa fuera visto por los incautos, manipulados por una propaganda bien orquestada como un héroe de la mayor conflagración bélica de la humanidad.

Hoy 78 años después, Benjamín Netanyahu, actuando con la misma ferocidad y sin ningún reparo, ha desatado sobre la ciudad Palestina de Gaza una acción de destrucción masiva de la misma, causando las muertes de miles de indefensos ciudadanos, sobre todo mujeres, niños(7,729) y ancianos, que sobrepasan los 20 mil, muy semejantes a lo sucedido en Dresde, sin que haya una real reacción de la comunidad internacional para parar esta barbarie.

Entre Arthur Harris y Benjamín Netanyahu no hay ninguna diferencia. Son dos genocidas y criminales de miles de mujeres, niños y ancianos indefensos caídos por los planes orquestados por estas dos figuras diabólicas y siniestras, que ambos merecen ser condenados por crímenes de lesa humanidad.

Las imágenes de la ciudad de Dresde reducida a escombros por Harris y la de Gaza por Netanyahu, son tan similares, que es muy difícil distinguir una de otra.

Hoy es Palestina, tal vez mañana será Líbano, quizás Siria o Jordania, para luego pretender a Egipto porque el sionismo es partidario de la teoría hitleriana del llamado "Espacio Vital".

La humanidad y los ciudadanos honestos de Israel no pueden hacer del criminal de Netanyahu, un héroe del pueblo hebreo como hicieron las potencias occidentales de Arthur Harris, al final de la Segunda Guerra Mundial.

Es hora de levantarnos contra los planes del sionismo israelita de exterminio de la población palestina y anexión de su territorio al estado de Israel.

“Alto al genocidio del pueblo palestino”