El Día de Acción de Gracias en Los Estados Unidos se celebra el tercer jueves de noviembre. Es una tradición que se remonta al año 1621, cuando nativos y colonos ingleses recolectaban lo sembrado. Son pocas las cosas- desde mi punto de vita- por las que debemos dar gracias en esta nación.

Este país, Estados Unidos de América, se ha mantenido de espaldas de muchos problemas internos, y, por el contrario, intenta influir en situaciones fuera de sus fronteras, sin prestar atención a muchas cosas que suceden en su propia casa.

Por ejemplo, los miles de millones de dólares invertidos en la guerra entre Rusia y Ucrania, para ayudar a esta última. Lo mismo hace con Israel; para combatir las fuerzas de Hamas.

Mientras que la situación del cercano Haití solo ha dado lugar a reuniones con la ONU, y para que el secretario de Estado Anthony Blinken ofrezca conferencias; sin fijar una política de acción inmediata para ayudar a ese país.

En ese mismo orden, el equipamiento militar aprobado por el congreso estadounidense, de $80 millones de dólares para armar a Taiwán, contrasta con la situación de millones de estadounidenses enfermos de adicción a drogas, muriendo el fentanilo. Y ni qué hablar del aumento de la depresión y los suicidios. En ambos males, EE.UU. ocupa un importante lugar.

La gente está enferma, para beneficio de las farmacéuticas, porque aquí se sobrevive con altos niveles de tensión. La miseria continúa creciendo, se profundizan la desigualdad y la pobreza, con cada vez más desamparados en las esquinas. Cifras de La Oficina del Censo “revelan el aumento de la pobreza infantil”.

Por otro lado, EE.UU. marcha en retroceso en materia de derechos, igualdad, inclusión, el derecho a decidir, al voto etc. Las iniciativas legislativas en esas materias están siendo vetadas por el ala conservadora. Así que, con ese panorama es difícil celebrar una fecha tan simbólica para el norteamericano sin reflexionar sobre cuáles son las verdaderas prioridades de un país con una democracia en franco retroceso.

Pese a todo, la gente sigue celebrando cada año el Día de Acción de Gracias, festividad que al menos sirve a muchos darse una buena comilona y levantarse el siguiente día para aprovechar “las ofertas” del viernes negro.

Y nos hacemos la pregunta ¿tenemos algo por qué agradecer?