Según conoce a nivel mundial, “los trastornos mentales son un conjunto de síntomas clínicos que si no son tratados a tiempo, podrían ser incapacitante” (Estudios de la OMS, la OPS, 1974-2006).

En tal sentido, “los trastornos mentales se caracterizan por una alteración clínica del estado cognitivo, emocional y conductual que refleja una disfunción psicológica del paciente en sus relaciones con sus pares” (DSM-V, 2018).

Por su parte, los estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) refieren que, el origen de la mayoría de los trastornos mentales están asociados/as “a la herencia genética transmitida de padres a hijos, así como a las influencias ambientales en las nacen, crecen y viven las personas” (OMS, 1991-20018 y DSM, 2018).

De su lado, la epidemiología de los trastornos mentales “determina con exactitud, la naturaleza de las enfermedades que afectan la psiquis, las emociones, la conducta y el comportamiento de cada persona en particular” (DSM IV y OMS, 2012).

A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que, “hasta la fecha se conocen 400 tipos de trastornos y patologías de salud mental, cuyos síntomas clínicos son revisados y actualizados cada cinco años por psiquiatras y psicólogos de renombre mundial” (DSM-V, 2018 y OMS, 2023).

De su lado, los estudios de la OMS refieren que los principales trastornos mentales son, entre otros: (1) La depresión; (2) la angustia; (3) el trastorno de oposición desafiante; (4) el trastorno de la conducta; (5) el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH); (6) el trastorno obsesivo-compulsivo; (7) el trastorno por estrés postraumático; y, (8) el estrés (OMS, OPS, DSM-V, 20118).

Según la OMS,  “la depresión es el trastorno de salud mental que ocurre con mayor frecuencia a nivel mundial”. Los datos de la OMS de enero del año 2023 indican que, anualmente se suicida alrededor de un millón de personas a nivel global que habían sido diagnosticadas con depresión moderada y aguda (OMS, OPS, 2019).

Por su parte, la psiquiatría y la psicología “saben que, una persona con un trastorno mental agudo, manifiesta pensamientos, emociones, estados de ánimo, reacciones y conductas generadoras de sufrimiento, malestar, bloqueos e incapacidad para manejar personalmente su condición mental” (DSM-V, 2018).

Según las estadísticas ofrecidas en marzo del 2023 por la OMS y la OPS, los países con los más altos índices de discapacidad por trastornos mentales son, entre otros: Islandia, Finlandia, Francia, Israel, Chile, Malta, Luxemburgo, México, Noruega, Suiza y los Estados Unidos de América, entre otros (Estudios de la OMS, OPS y ONU, 1977-2019).

De su lado, la Psicología y la Psiquiatría saben que, “el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), es la enfermedad mental más grave”, según los datos de los últimos estudios globales realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS y escuelas de medicinas de las universidades de Harvard y Cambridge, 2018).

Los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, “el TLP se caracteriza por la inestabilidad del estado de ánimo y la conducta, lo que afecta las relaciones familiares, sociales, comunitarias, educativas, laborales y afectivas del paciente con su entorno” (DSM-IV y V, 2014 y 2018).

Según se conoce, “las personas con TLP presentan una autoimagen o sentido de identidad distorsionado e inestable, manifestando comportamientos impulsivos, tales como: compras excesivas, tener sexo sin protección, consumir alcohol y sustancias prohibidas, conducir de forma temeraria, así como comer compulsivamente” (DSM-V, 2018).

Por otra parte, una persona con trastorno de ansiedad presenta con frecuencia “preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes, cuyas manifestaciones deben ser tratadas a tiempo, por un especialista en higiene y salud mental” (OMS y OPS, 2011).

De su lado, los trastornos de estrés postraumáticos podrían desencadenar, entre otros, “problemas de depresión, dificultad para conciliar el sueño, pesadillas y problemas angustiosos, falta de emociones positivas, miedo o tristeza intensa y continua” (DSM, V, 2018).

Según se sabe, la persona con “un trastorno de la conducta irrespeta los derechos básicos de los otros, las normas, las reglas sociales y las leyes, agrediendo a las personas, destrucción de la propiedad, engaños o robos e incumplimiento grave de las normas establecidas” (DTGM).

En tanto que, “los trastornos compulsivos-obsesivos detonan pensamientos, impulsos o imágenes mentales no deseados que ocurren repetidamente, causante de ansiedad, angustia desesperante y agresividad fuera de control” (DSM II, II, IV y V).

Finalmente, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que “un episodio de angustia, miedo, ansiedad o pánico, puede provocar una enfermedad física y/o mental leve, moderada o catastrófica incapacitante” (OIT, 2017; eestudios de la OMS, OPS y DSM-III).

“La tristeza no siempre es un síntoma de un trastorno depresivo, muchas veces es un aviso de que debemos revisarnos crítica y responsablemente” (DTGM).