Algo más sobre la democracia
Además de las luchas de los de abajo, Atenas, vivió la circunstancia de tener que librar las guerras médicas contra el imperio persa, y las del Peloponeso, contra Esparta y necesitó del pueblo como ejército.
El pueblo no era entonces todo el cuerpo social de la ciudad, sino solo las personas que no pertenecían a la aristocracia. En Grecia existía una casta aristocrática, por decir, los ricos. Y todos los que no pertenecían a esa casta de ricos, eran del pueblo. Por ahí podría estar que la necesidad de contar con masas para las guerras condujera a esta aristocracia a darle participación directa en el gobierno a ese pueblo. Era una necesidad de las condiciones políticas y sociales. Una cuestión práctica.
A Pericles (Años 495- 429 antes de Cristo), la historia le atribuye el haber aprovechado un acto de homenaje a los caídos en el primer año (421 AC) de la guerra del Peloponeso para exaltar los valores de democracia que caracterizaban la ciudad, y mediante ese recurso animar al pueblo a combatir. Su idea fue, si Atenas es una ciudad democrática, en la que el pueblo mismo gobierna, entonces vale la pena combatir y hasta morir por ella en una guerra dura y larga como aquella.
Un aspecto de singular importancia en la exaltación a la ciudad democrática que hace Pericles, es el lugar que da a la educación en la misma. La educación ateniense se dirigía a formar un hombre integral (Hoy corresponde decir, un ser humano integral, hombre y mujer, MS), con formación en cualquier ámbito del saber, pero también en valores y virtudes, lo que los griegos de la antigüedad consideraban un hombre excelente.
Asocia la educación a la ciudad democrática; al régimen democrático, y este a la participación directa en el gobierno. La libertad, como un valor de la democracia la asocia a la educación y la participación democrática. La democracia sería tal, si garantiza educación y participación cimentadas en la libertad.
Han pasado siglos desde ese discurso de Pericles, y es de destacar en el mismo la importancia que da a la educación en el propósito de formar seres humanos (hombres decía en aquel tiempo) con competencias prácticas para cualquier ámbito de la vida, pero también dotados de valores del humanismo como la amistad, el sacrificio, la libertad entre otros.
Precisamente, la ofensiva neoliberal en el área de la educación ha sido dirigida a desmontar del currículo la enseñanza de la humanística para dejarlo en la formación de seres humanos centrados en el empleo para el mercado.
La educación en la Atenas antigua era una necesidad de la democracia, de la libertad y del espíritu de combate del pueblo, de su disposición a morir en defensa de su ciudad democrática.
Aquí hay un atisbo, naturalmente en las circunstancias sociales y políticas de la antigüedad, del concepto de libertad; entendido este, hoy en la filosofía marxista, como conocimiento de causa de los fenómenos que ocurren, que cimenta la actuación libre, que no en libertinaje, de los seres humanos en los procesos políticos y sociales. Sería como decir, que son libres y ejercen derechos con libertad, las personas con conocimiento de causa y efecto de los hechos que los impactan.