Clara llegó a la oficina un lunes por la mañana y, como de costumbre, abrió su correo para revisar los pendientes. Lo inesperado fue que la primera “nota de su jefe” que encontró no venía de una persona, sino de un sistema automatizado de IA que analizaba su rendimiento semanal. No había saludo ni comprensión, sólo datos, gráficos y una recomendación fría de mejorar ciertos indicadores. ¿Te imaginas tener un “jefe” que no es humano? Cada día más empresas están implementando la inteligencia artificial (IA) para dirigir equipos y tomar decisiones estratégicas. Pero, ¿qué significa realmente tener a la tecnología en un rol de liderazgo?. Hoy analizaremos cómo este cambio puede transformar el trabajo como lo conocemos y los desafíos que trae consigo.

El Foro Económico Mundial estima que un 60% de las empresas globales están explorando el uso de IA en roles de supervisión y toma de decisiones. De hecho, Gartner proyecta que para 2030, la IA podría asumir hasta el 20% de los cargos de liderazgo en grandes compañías. Japón ya es pionero en este camino: la empresa de seguros Fukoku Mutual Life sustituyó a 34 empleados de gestión de reclamaciones con una IA de IBM Watson, lo que le ahorró aproximadamente un millón de dólares al año en costos operativos. La IA analiza, decide y permite que los empleados humanos se concentren en tareas más complejas. Sin embargo, ¿puede una máquina ofrecer el mismo tipo de liderazgo que un humano?.

Aunque la IA es extremadamente eficiente, carece de cualidades humanas como la empatía y el juicio moral. Un estudio de PwC encontró que el 72% de los empleados prefiere trabajar bajo la supervisión de un líder humano. La razón es sencilla: los empleados confían más en alguien que pueda entender sus emociones, necesidades y que, en algún momento, les dé un respaldo real.

¿Podría realmente una IA comprender que un mal día no define tu rendimiento general?.

Al observar empresas que ya han implementado la IA en liderazgo, vemos resultados contrastantes. Google, por ejemplo, utiliza algoritmos para asignar proyectos a sus ingenieros, asegurando que cada persona trabaje en lo que mejor sabe hacer. Este enfoque ha demostrado ser eficaz, aumentando tanto la productividad como la satisfacción de los empleados. Aquí, la IA no reemplaza al liderazgo humano, sino que actúa como una herramienta de apoyo.

Por otro lado, Amazon ha enfrentado críticas intensas. Su IA gestiona los turnos y el rendimiento de los empleados en sus almacenes, pero esta tecnología ha sido señalada por su dureza y falta de flexibilidad. Los trabajadores afirman que el sistema de IA penaliza errores menores sin considerar el contexto y les genera un estrés constante. Como comenta uno de los empleados, "la IA es implacable, no le importa si tienes un mal día". ¿Estamos preparados para un entorno donde las máquinas no perdonen ni entiendan?.

Si bien una IA en el liderazgo puede parecer ideal para evaluar el rendimiento de manera imparcial, esta “objetividad” tiene un lado inquietante. Según PwC, el 70% de los empleados siente una incomodidad creciente con el monitoreo constante de sus actividades. Algunos temen que la IA pueda convertirse en una herramienta de vigilancia, que en lugar de mejorar el rendimiento, coarte su libertad de acción. ¿Es posible que, en la búsqueda de la eficiencia, estemos perdiendo lo esencial de las relaciones laborales?.

Imaginemos que estamos en una reunión semanal y que nuestro “jefe” es una IA. No te está preguntando cómo estás ni dando un discurso motivacional; simplemente analiza tu rendimiento, hace recomendaciones basadas en datos y podría ofrecer promociones o sanciones sin una pizca de empatía. ¿Este es el tipo de liderazgo que buscamos?. La IA no entiende, solo ejecuta, y esta falta de calidez es uno de los mayores temores de los empleados.

Para algunos, el futuro ideal es el liderazgo colaborativo entre humanos e IA. En Microsoft, por ejemplo, la IA se utiliza para ofrecer datos analíticos y recomendaciones, pero son los líderes humanos quienes gestionan y motivan a los equipos. Este modelo aprovecha lo mejor de ambos mundos: la precisión de la IA y la capacidad humana de inspirar. El psicólogo organizacional Adam Grant lo resume bien: "Las empresas deben recordar que el propósito del liderazgo es inspirar, no sólo dirigir". Un jefe humano puede ver las fortalezas en las dificultades de su equipo, algo que una IA aún no es capaz de hacer.

La AI Index 2023 de la Universidad de Stanford muestra que el uso de IA en el trabajo aumentó un 25% en el último año, y no hay señales de desaceleración. Sin embargo, el debate sobre si la IA debería tener autoridad real en un entorno de trabajo es cada vez más intenso. ¿Debería la IA liderar equipos humanos o su lugar está en el respaldo de decisiones estratégicas?.

Al final del día, un buen jefe es alguien que no solo toma decisiones informadas, sino que también comprende y conecta con su equipo. Quizás el camino hacia el liderazgo del futuro esté en el equilibrio, en el que humanos e IA trabajen juntos para ofrecer lo mejor de cada uno: la eficiencia precisa de la tecnología y la empatía insustituible de una mente y corazón humanos. ¿Estamos listos para este cambio?. Tal vez la pregunta no sea si estamos preparados para “tener a una IA como jefe”, sino si realmente queremos perder la humanidad en nuestros espacios de trabajo.