Por esas oportunidades con las que a veces premia la vida, mi primer contacto con la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (ASONAHORES) se produjo en 1976, en una tarde que llegue a Puerto Plata, que ya se destacaba por sus éxitos en el turismo.

Era entonces una organización tan pequeñita como el turismo. Nuestra oferta en 1980 sumaba 5,394 habitaciones, y hoy tenemos más de 84,723, y para renta corta a turistas existe el doble de esas habitaciones. Además, ese año recibimos 301,070 turistas  por vía aérea y en el 2023 llegamos a 8,058,671.

Para ese año, como periodista, ya había  puesto la mirada en el turismo como una interesante opción de desarrollo, y al llegar al Hotel Caracol en el malecón de Puerto Plata donde tenia una reserva, encontré la primera Exposición Comercial de ASONAHORES. Eran unas seis carpas en el pequeñito parqueo, y unos 10 exhibidores en la terraza interior.

El miércoles de esta semana se inauguró aquí, en el hotel Westin, la edición número 36 de esa feria, con la participación de 166 empresas grandes, medianas y pequeñas, dedicadas a actividades industriales, suplidoras de bienes y servicios; unas grandes, medianas y pequeñas, y otras microempresas, algunas de la cuales existen por estímulos impulsados por programas del Estado.

Siempre he visto esta exposición, la más grande de su tipo en el Caribe, como un termómetro de la incidencia del turismo en la economía. Una vitrina que muestra los vínculos de los hoteles con los sectores industrial, de bienes y servicios y la agropecuaria, que sumados facturaron a los hoteles en el 2022 más de RD$139 mil millones en compras que aportaron recursos millonarios al Estado porque pagaron todos los impuestos vigentes.

El presidente de ASONAHORES, David Llibre, en su discurso para abrir la feria, expuso la preocupación creada por el proyecto de reforma fiscal, citó los altos ingresos que ya aporta el turismo al Estado y el impacto que tiene en la economía. Planteó la necesidad de un diálogo en el que se revisen los aspectos de la ley vigente que pueden ser eliminados, pero sin afectar las políticas que atraen la inversión necesaria para seguir impulsando los efectos positivos este sector y llegar a los 20 millones de turistas el año 2030, para lo que será necesario atraer una cuantiosa inversión de mas de US$20,000 millones de dólares.

David Collado, ministro de Turismo intervino después. Hizo un relato sobre la positiva experiencia que dejó la coordinación Gobierno-Sector Privado que permitió relanzar, en medio de la crisis provocada por la pandemia en los años 2020-2021, esa actividad productiva y apoyarse en ella como palanca para motorizar la economía.

Sabemos, dijo dirigiéndose a los hoteleros y empresa expositoras, “de sus preocupaciones y las vamos a atender, las vamos a escuchar, porque hemos demostrado que sabemos escuchar, trabajar juntos y salir hacia adelante”. Refirió la positiva experiencia de la coordinación público-privada que contribuyó a diseñar la estrategia que para apoyarse en el sector turismo y superar la crisis creada por la pandemia.

Después hablo la vicepresidenta Raquel Peña. Aseguró que el gobierno no castigará al turismo, porque es un importante sector productivo. Refirió su importancia ya que genera un efecto multiplicador en la economía, el empleo y los ingresos del Estado, y aporta el 19% del producto interno bruto.

Las oportunas palabras de David Collado y Raquel Peña Collado fueron un bálsamo en tiempos de dolor. Savias, además, porque abrieron una puerta para el encuentro, que seguro aprovecharán los hoteleros para ofrecer una salida diferente al dilema que plantea “todo o nada”. ¡Bien, comenzó un nuevo episodio que puede aportar buenos resultados para todos!