Este mes se cumplen siete años de la promulgación de la Ley 63/17 y los avances en seguridad vial son escasos. Cada vez que ocurre algún accidente de cierta envergadura, en el que pierden la vida varias personas, se habla mucho del tema, pero después todo vuelve a la rutina de siempre.

La Ley 63/17, junto con el Plan Estratégico Nacional para la Seguridad Vial 2021-2030, debieran servir de guía para las actuaciones de los funcionarios del MOPC y el INTRANT, pero, sobre todo los primeros, siguen cometiendo atentados muy graves contra la seguridad vial.

El Artículo 4, numeral 1, dice que: “El Estado no se limitará solamente a la construcción de nuevas estructuras viales, sino también mejorará el mantenimiento, conservación y el uso eficiente de las existentes.” El numeral 6 del mismo artículo, nos dice que: “El Estado garantizará la seguridad vial de todas las personas que decidan desplazarse en los medios y modalidades de transporta disponibles, interviniendo sobre los factores de riesgo y atendiendo de forma especial a los grupos de riesgo y usuarios vulnerables.” Por último, el numeral 9 del mencionado artículo, nos dice que “El Estado fomentará el adecuado conocimiento de esta ley y sus reglamentos, mediante la orientación y su correspondiente difusión pública.”

Todo lo anterior, la imaginación quisiera aceptarlo como posible, pero la realidad  nos convence a los ciudadanos de que es algo imposible. Los motivos son muchos, pero intentaré resumirlos:

  • Faltan reglamentos, siendo el de Señalización Horizontal y Vertical el más importante para todo lo relacionado con la seguridad vial. A falta de este reglamento, se debieran seguir las especificaciones de manuales internacionales, tal como dice el Artículo 9, numeral 29. Ni una cosa ni la otra, el MOPC se rige por reglamentos desconocidos.
  • No se controlan los pesos de los vehículos de carga, tal como exige el Artículo 122. Vehículos sobrecargados destruyen rápido los firmes de las vías.
  • Márgenes de las vías muy peligrosas, debido a que están llenas de obstáculos fijos, tales como postes, árboles de diámetros elevados, taludes muy verticales, etc. Una ley prohíbe postes en la zona del derecho de vía y, a pesar de haberse denunciado ante las instituciones responsables, ni siquiera tienen la cortesía de responder o tomar alguna medida. Utilizan el silencio para evadir responsabilidades y demostrar su falta de conocimiento de determinados temas.
  • Falta de protección en obras de paso de las vías. Esa situación se presentó a finales de noviembre pasado, en la cañada de Quita Miedo de Haina, y el único responsable fue el conductor del vehículo, siendo que el lugar no tenía sistema de contención de vehículos. De todas formas, lo más alarmante es que el MOPC reconoció su error y colocó barrera de protección, pero lo hizo muy mal, incumpliendo con cualquier reglamento internacional sobre el tema.
  • Medianas de autopistas muy peligrosas. Faltan en muchos tramos sistemas de contención de vehículos y no se toman medidas.
  • Sistemas de control del tránsito desconocidos por los reglamentos de países líderes en seguridad vial y de nuestro entorno. Los reductores de velocidad que se han colocado en toda la geografía del país son un sistema imperfecto, que no consigue las metas deseadas. Solo logra destruir los vehículos y maltratar a los usuarios.
  • Diseños de intersecciones arcaicos. Se siguen diseñando intersecciones como a principios del siglo pasado. Tenemos muchos ejemplos, pero uno de los más llamativos es la rotonda de la intersección de la Autopista del Coral con el Bulevar del Este. Adicional, las intersecciones del Bulevar del Este se han cobrado la vida de cientos de ciudadanos, pero a nadie se le piden responsabilidades. En general, siempre se dice que la culpa de todo es de los conductores, aunque no sea cierto.
  • Falta de mantenimiento. Transitar por las vías del país resulta lamentable. La zona del derecho de vía debiera estar siempre desbrozada y en muchos lugares parece una zona selvática. Eso hace muy inseguras las vías, ya que ante la irrupción de un animal en la vía se necesita una distancia mínima de visibilidad y no se tiene.
  • Pavimentos de concreto asfáltico, colocados hace año y medio de promedio, y que están muy deteriorados. Los motivos del deterioro pueden ser por falta de saneamiento de las zonas que presentaban problemas en el pavimento antiguo, mala calidad de la mezcla asfáltica, colocación inadecuada, pesos excesivos de los vehículos de carga, etc.
  • Diseño geométrico de vías incompatible con el tipo de tránsito que se permite circule por las mismas. Un caso alarmante de esta situación es la presentada por las vías Casabito –Constanza y Jarabacoa-Constanza, donde permiten circular vehículos de grandes dimensiones (patanas), no aptos para el trazado que presentan, teniendo que invadir los carriles contrarios cuando se desplazan por las curvas. Está denunciado hace más de año y medio, pero responsables del MOPC estarán esperando a un accidente muy grave, para justificar lo injustificable.
  • Índices de calidad de los pavimentos muy bajos. En la mayoría de ocasiones, el IRI (Índice de Rugosidad Internacional) es poco apto, incluso en pavimentos colocados hace poco tiempo. Situación similar ocurre con el IFI (Índice de Fricción Internacional). Con índices de baja calidad, la seguridad de los vehículos que circulan por ellos baja considerablemente.

Para concluir, se necesita un control policial eficiente y usando técnicas modernas. No pueden seguir controlando la velocidad con sistemas de finales del siglo pasado. Hoy en día se debe controlar la velocidad con sistemas modernos (radares fijos y móviles, vehículos camuflados, etc.) que mandan la información a una central. Los agentes de la policía deben utilizarse en otro tipo de funciones, tales como controlar alcoholemia, utilización de sustancias prohibidas, uso de cinturones de seguridad, etc.