Unbelievable es cine basado en un hecho real de violencia machista. Su narrativa se inspira en un reportaje: Unbelievable (Inconcebible), una pasmosa historia de violaciones sexuales. Publicado en 2015 por los periodistas T. Christian Miller y Ken Armstrong, les valió un Premio Pulitzer por "investigar adecuadamente las denuncias de violación y de comprender los efectos traumáticos en sus víctimas" (la versión en español del libro se encuentra en Amazon con el título “Creedme: Premio Pulitzer en la categoría de Reportaje Explicativo en 2016)”.
Sigue una investigación sobre una serie de violaciones y comienza con el caso de Marie Adler. Como piedra angular este caso presenta un informe policial alegando que fue agredida sexualmente por un desconocido en su casa, pero que un pasado difícil y conflictivo de Marie lleva a los investigadores a dudar. Mientras tanto, a cientos de millas de distancia, las detectives Grace Rasmussen y Karen Duvall se encuentran mientras investigan un par de violaciones con idéntico proceder inquietantemente similares para atrapar a un posible violador en serie.
Es fiel a los hechos que “parecen sacados de una película de terror” y uno de los elementos que llama la atención es que las mujeres atacadas y violadas no responden al patrón de “buena hembra” o de cuerpos modélicos. No, son o muy jovencitas y flaquitas (como Marie) o regordetas, ancianas y desmejoradas, lo que evidencia sintomatologías enfermizas verdaderamente oscuras del violador en serie que ataca mujeres solitarias y frágiles.
Los 8 episodios -de 50 minutos cada uno- son construidos como una escalera en la que en cada peldaño hay un nuevo dato que va armando un rompecabezas. Se presume que el logro de la captura del violador se debió en mucho a que las jefaturas de las investigaciones eran llevadas por mujeres policías, y eso se deja explícito en la narrativa donde los papeles se invierten: sus maridos están en casa dando consejos o apoyando o reclamando sutilmente sus entregas dedicadas a resolver el caso, y lo mismo ocurre con todos los personajes masculinos que siempre van un paso atrás de sus colegas femeninas.
Actuaciones memorables, guión idóneo en anexar detalles reales en su lenguaje cinematográfico arrojan luz sobre la lógica de la misoginia y el crédito del testimonio de una mujer abusada donde la verdad, por inconveniente, no se le da crédito pues es parte de mecanismos que históricamente se ha concedido a las mujeres que sufren una violación. En Netflix con ese título.