A raíz de los dos escritos publicados en Diario libre el 10 de abril del año en curso (La subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, Ilega al país el miércoles y Un análisis necesario de las relaciones USA-RD) me he replanteado la conveniencia de abstenernos en la mayoría de las votaciones en los organismos multilaterales, como fue la práctica en el pasado. Digo en el pasado, antes de que la República Dominicana ocupara un asiento en el Consejo de Seguridad (SC) de las Naciones Unidas, en el periodo 2019-2020. Era la forma fácil de eludir tomar posición en conflictos sin aparente interés para el país.

Recuerdo mi primera invitación por parte de la Misión Permanente de los Estados Unidos ante la ONU, en septiembre del 2018 y unos meses antes de ocupar nuestra curul en el SC, para discutir los temas relevantes y escuchar su parecer al respecto. De entrada, el embajador norteamericano me comentó que nuestros países solo coincidían en un 30%  en las votaciones, a Io que respondí que, dados los tópicos en discusión, la RD podría duplicar ese porcentaje, a Io que los diplomáticos estadounidenses sonrieron con agrado. Este tipo de reuniones se efectuó con cada uno de los miembros permanentes China, Rusia, Francia e lnglaterra, por iniciativa suya, pero el único que aludió al hecho de que no votábamos con ellos fueron los Estados Unidos.

A raíz de esas reuniones, comuniqué tanto al presidente como al canciller de entonces que si nuestro país deseaba ser tomado en cuenta, tendría que comprometer el voto en uno u otro sentido. La abstención debía conllevar explicaciones creíbles y bien razonadas, algo innecesario en el voto a favor o en contra. Mi sugerencia fue acogida y nos abstuvimos muy contadas veces.

La República Dominicana coincidió con los EUA en un 98% de las votaciones; y con la Unión Europea, igual. Las coincidencias obedecieron a similitudes con nuestra política exterior en la mayoría de los casos, pero también por solicitudes de los estadounidenses y europeos. China, con la que solo el año anterior habíamos establecido relaciones diplomáticas, nunca gestionó nuestro voto y tampoco Io hizo Rusia, país con el que nos hemos llevado bien desde la caída de la Unión Soviética.

Siempre me cuidé de informar a nuestro presidente y al canciller que los países del  SC muchas veces votaban por su interés político y económico, siendo el nuestro un voto de principios salvo muy raras excepciones. Les explique que yo entendía que era una oportunidad para que nos escucharan en otros temas además del haitiano, que, como todos saben, nunca ocupó la atención verdadera de los miembros del SC, pese a nuestras  advertencias insistentes de lo que ocurriría una vez se redujera la presencia de la ONU en el vecino país.

Soy de opinión que el voto dominicano en los organismos internacionales debe ir moviéndose poco a poco acorde siempre con el contexto internacional presente y, sobre todo, a partir de nuestro interés nacional más que en nuestros principios del pasado. Tomemos como ejemplo la vigencia del tema haitiano en todos los foros internacionales.

¿Dónde están nuestros aliados, aquellos que nos piden apoyo constantemente? Otro ejemplo es el anuncio del presidente Luis Abinader de que la RD solicitará la exención del visado Schengen para los dominicanos una vez implementemos el pasaporte biométrico.

¿Por qué un aliado tan confiable como la RD para la Unión Europea deba solicitar y no recibir el mismo trato que la mayoría de los países de America Latina a los cuales dejaron fuera, sin mayores condiciones, del requisito del visado? Que conste, en ese listado hay países mas pobres, menos democráticos y con menos inversiones europeas que la RD.

Tal como sugieren las dos notas periodísticas en Diario Libre sobre los temas a tratar este miércoles 12 de abril con la subsecretaria de Estado Wendy Sherman, llegó la hora de preguntar a nuestro principal aliado el porqué la República Dominicana debe alinearse casi ciegamente con ellos si el cariño no es recíproco, como ya  ha  quedado  demostrado en los últimos ańos.

Los hechos hablan más que los piropos que nos lanzan constantemente los EUA. Empezaría por preguntar si después de casi tres años de gobierno del Presidente Biden, cuál ha sido el interés en la República Dominicana, aparte de su voto solidario, cuando ni siquiera han nominado un embajador, como señal mínima de respeto e interés real en este  pedazo  insular de La Española.