Como se sabe, la mayoría de los seres humanos pensamos que la Juventud es Eterna, actitud que no nos permite aceptar las etapas o los ciclos naturales de la vida, especialmente, el proceso de envejecimiento y la ancianidad.

Por su parte, los estudios realizados sobre salud mental refieren que, “la actitud de las personas frente a los ciclos de la vida no tiene fronteras, ya que los seres humanos actuamos como si no nos fuéramos a enfermar y/o a envejecer” (Reportes de los especialistas en neuropsicología, psicología social y gerontología de la Organización Mundial de la Salud (OMS publicados en el año 2019).

En tal sentido, los especialistas en higiene y salud mental estamos preocupados por los casos de estrés, ansiedad y depresión diagnosticada en personas de mediana edad, quienes en las consultas profesionales ambulatorias expresan que sienten mucho temor a envejecer.

No obstante, estudios realizados por expertos en salud mental de la universidad de Harvard refieren que, “las personas iniciamos nuestro proceso de envejecimiento a partir de los 35 años, cuyos impactos son más visibles entre los 50 y los 55 años de edad, período en el que la mayoría de los seres humanos, deberíamos estar preparados para iniciar conscientemente el proceso de vejez y de ancianidad” (Reportes estudios de HARVARD, 2023).

De su lado, los datos globales revisados por nosotros refieren que, “a partir de los 55 años, los seres humanos nos preocuparnos por preservar la salud física y mental y, al mismo tiempo, sentimos nostalgia e incertidumbre, frente aquellas cosas que aún no hemos logrado” (Reportes de los expertos de la OMS-OPS, 2011-2023).

Asimismo, otros estudios realizados por la OMS refieren que, “las mujeres entre los 45 y los 55 años de edad tienden a deprimirse más que los hombres, ya que éstas se preocupan más por su salud y figura física, su calidad de vida y el estatus económico y social que han logrado, lo que afecta su salud física y mental” (Reportes resultados estudios realizados por la OMS, 2003-2023).

También dichos estudios refieren que, “la soledad, la falta de pareja y el abandono por parte de los hijos afectan significativamente la salud mental de las personas a partir de 55 años de edad, lo que impide que los cincuentones no disfruten su vida a plenitud” (Tratado de Psicología Social de la Universidad, LAVAL, Quebec, Canadá, revisado y actualizado en el año 2010).

Por su parte, un dato relevante descubierto hace poco por la neuropsicología refiere que, “a mediana edad, tanto hombres como mujeres, establecen relaciones sentimentales con desconocidos/as a través de las redes sociales que, en la mayoría de los casos, resultan ser catastróficas psicológica y emocionalmente para los cincuentones y sesentones” (Reportes de los estudios comparativos realizados por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011-2023).

En tal sentido se sabe que, entre los 45 y los 55 años, “la crisis de salud mental se acentúa debido a que, tanto hombres como mujeres, ya saben qué les hace ser feliz y qué les hace ser infeliz, lo que genera una crisis existencial difícil de manejar por los especialistas en higiene y salud mental” (Informe del Departamento de Economía de la Universidad de Dartmouth, 1987-2019, los USA).

De su lado, los datos referidos en el párrafo anterior refieren que, “a mediana edad, las personas experimentamos procesos complejos de estrés, ansiedad e incertidumbre que nos generan miedo, inseguridad y depresión, con razón o sin razón, lo afecta significativa su salud mental” (Estudios comparativos de las universidades de Harvard y Dartmouth, 2017-2023).

No obstante, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que la mayoría de las crisis de salud mental a mediana edad ocurren por diversas causas, entre otras: (1) Divorcios o separaciones mal manejadas; (2) el nido vacío; (3) despido laboral y/o desempleo de uno o de ambos conyugues; (4) infidelidades de uno y/o de ambos conyugues; (5) consumo excesivo de alcohol y tabaco; (6) dependencia de sustancias prohibidas.

Asimismo, (7) enfermedades catastróficas, tales como diabetes, cáncer, hipertensión arterial de uno o de ambos conyugues; (8) quiebra de una empresa o la actividad comercial que permitía el sustento seguro del hogar; y, (9) uso inadecuado del teléfono inteligente y las redes sociales por uno o por ambos conyugues.

Como usted ha podido observar en el cuerpo de este artículo, son muchos los factores que inciden para que se produzcan los trastornos de salud mental a mediana edad, incluyendo factores hereditarios, enfermedades catastróficas no aceptadas y/o mal manejadas, problemas económicos, sociales y ambientales, entre otros.

En tal sentido, sea la causa que fuere, las personas de mediana edad con trastornos de salud mental, deben ser asistidas por un especialista en higiene y salud mental desde que sus familiares detecten cualquier síntoma anormal en su alimentación, ciclos del sueño, su estado anímico, aseos, relaciones interpersonales, aislamiento y otros síntomas que requieren apoyo de un profesional en higiene y salud mental.

“Un día perdido en recibir atención psicológica por un trastorno de salud mental a mediana edad, equivale a años de cronicidad de dicho trastorno” (DTGM, 2024).