Continuamos con el resumen de la teoría Criminología Biosocial, expuesta en el libro Principios de Criminología de Garrido y Redondo.
En lo que respecta a la interacción biología y ambiente, Raine afirma, según los autores, que puede haber asuntos de carácter social en una variable biológica y cita el ejemplo de un traumatismo en el cerebro provocado por el ambiente; y asuntos de carácter biológico en variables sociales, indicando el caso de predisposición genética y el modo de crianza negativo de padres.
En relación con lo antedicho, el caso de un hijo de padre biológico delincuente adoptado, cuyo comportamiento negativo incide en una crianza errática por parte de los padres adoptivos, a lo que Raine, citado por los autores, denomina canal de transmisión. Con relación a un factor biológico provocado por el ambiente, se puede tomar como ejemplo, el caso de una persona que sufre un accidente y este afecta la corteza prefrontal del cerebro, provocando un cambio radical sobre su conducta. Un ejemplo paradigmático, muy analizado en los campos de la Criminología y Psicología, es el caso de Phineas Gage.
Para enfatizar la interacción de la genética con el ambiente, los autores mencionan el estudio de Cloninger et at. (1982) sobre niños adoptados, divididos entre los que se daba o no predisposición genética y factor ambiental de riesgo (estilo de crianza por parte de los padres adoptivos), o uno de ellos, arrojando los siguientes resultados:
- Presentes tanto la predisposición genética (padres biológicos delincuentes) y factor ambiental (ambiente negativo), el 40% de los niños se convirtieron en delincuentes.
- Solo predisposición genética, el 12%.
- Solo factor ambiental, el 6.7%.
- Ninguno de los dos, el 2.9%.
Esto ilustra el grado de incidencia sobre la conducta antisocial, de la confluencia de un factor de riesgo ambiental y uno biológico. En este escenario, el 40% de los niños se convirtieron en delincuentes.
Por otro lado, se mencionan los estudios sobre gemelos en los que se encuentra que la influencia de la genética es mayor en aquellos que procedían de un medio socioeconómico alto, concluyendo que se obtiene una mayor influencia genética en contextos donde no hay mayor influencia ambiental. En efecto, cuando está presente la variable ambiente, tiende a solapar el factor biológico.
También tratan la psicofisiología, como predisponente de la conducta antisocial. Se estudian el efecto moderador de los hogares benignos, las interacciones entre factores de riesgo psicofisiológicos y sociales, y los factores de protección.
Efecto moderador de hogares benignos
Expresan que, aunque, por lo general, el nivel de la tasa cardiaca de los delincuentes es más bajo, dicha asociación es más fuerte en individuos de clases altas. Sobre esta cuestión señalan que “diversos estudios han mostrado que el efecto de los factores psicofisiológicos sobre el delito es mayor en los ambientes más benignos”. En este sentido, lo que parece argumentar, dado que expone casos en comparación con aquellos provenientes de hogares defectuosos, que hay una agravación del factor psicofiosiológico en casos en que provienen de hogares benignos.
A dicho fenómeno lo conoce como “empujón social” que establece que “en los chicos en los que no hay factores de riesgo sociales que les empujen hacia el delito, la expresión de la violencia se canalizaría por la biología”. En este orden, ante la ausencia de una explicación en la que el ambiente aporte las respuestas, se recurre a la explicación biológica para entender la conducta antisocial.
Interacciones entre los factores de riesgo psicofisiológicos y sociales
Para explicar esta interacción proceden a mencionar los estudios de Farrington (1997) quien pudo constatar que aquellos individuos que tenían un nivel bajo de tasa cardiaca tenían mayores probabilidades de convertirse en delincuente si provenía de una familia numerosa y no tenían buena relación con ella.
De manera que, se produce la interacción cuando se combinan un factor de riesgo psicofiosiológico (tasa cardiaca baja) y un factor de riesgo ambiental (familia numerosa), incrementando las posibilidades de conducta antisocial.
Factores de protección
Los autores refieren que una activación elevada del sistema nervioso autónomo (SNA) constituye un factor de protección biológico. Para aclarar este punto, ponen de ejemplo el estudio de Brennan et al. (1997) quienes verificaron que algunos chicos, con padres delincuentes, y que no se convirtieron en delincuentes, reflejaban una respuesta electrodérmica y cardiaca mayor que aquellos con padres delincuentes y que se convirtieron en delincuentes. En efecto, encontraron que sus reacciones psicofisiológicas eran mayores que la de personas no delincuentes con padres que tampoco lo fueron.
En contraste, una baja activación del sistema nervioso autónomo constituye un factor de riesgo. En este caso formula la pregunta de por qué una baja activación se constituye en un factor de riesgo, y pasan a exponer las teorías comentadas por Adrian Raine para explicar el fenómeno.
Dichas teorías son:
- La teoría de la ausencia de miedo. Una baja activación es un indicador de que el individuo no siente con intensidad el miedo.
- La teoría de la búsqueda de sensaciones. Baja activación del SNA ocasiona un efecto no placentero. Esto hace que recurran a conductas de riesgos para estimular su sistema nervioso.
En síntesis, hemos observado cómo esta teoría explica la conducta antisocial con componentes biológicos y ambientales. Notamos que cuando se combinan ambos factores, el riesgo de delincuencia es alto. Y que en aquellos casos en los que no se da un factor de naturaleza ambiental, el factor biológico es fundamental para comprender la conducta antisocial.
Asimismo, vimos cómo, dependiendo del nivel de activación del sistema nervioso autónomo, puede servir de riesgo o protección, pues una baja activación tiende a elevar el riesgo de conducta antisocial, planteándose dos hipótesis para explicarlo: la ausencia de miedo y la búsqueda de sensaciones. Y, por otra parte, una activación elevada puede constituirse en un factor de protección, en especial, cuando procede de un ambiente negativo.