El anuncio hecho por las autoridades monetarias del país que indica que el crecimiento de la economía dominicana durante el año 2021, recién finalizado fue de 12.7%, luego de un año 2020, matizado por los efectos de la pandemia de la COVID-19, con un resultado negativo de un 6.7%(único descrecimiento de la economía dominicana en los últimos 10 años), resulta impactante si se toma en cuenta el historial de crecimiento de la economía dominicana en los últimos diez años, que tuvo el siguiente comportamiento durante el periodo 2012-2021:
Año Crecimiento anual (%)
2012 2.6
2013 4.8
2014 7.3
2015 6.9
2016 6.7
2017 4.7
2018 7.0
2019 5.1
2020 -6.7
2021 12.7
Fuente: Dpto. Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas del Banco Central de la República Dominicana (BCRD).
El crecimiento de la economía dominicana, en los últimos años ha estado muy por encima del experimentado por los países de América Latina ya que, de acuerdo con la CEPAL, en la región en los últimos seis años (2014-2019) el promedio ha sido de tan solo un 0.3% anual y en el caso dominicano de las cifras anteriores se obtiene para este período un promedio simple de un 6.28% anual, inclusive la CEPAL proyecta que el crecimiento promedio para América Latina en el 2021 sería de un 5.2% y la República Dominicana de acuerdo con lo indicado fue de un 12.7%, es decir más del doble del promedio regional.
El crecimiento indicado de la economía dominicana, al igual que lo que ha venido sucediendo en todo el mundo y mayormente en América Latina, no ha tenido los efectos esperados en la reducción de la pobreza y tampoco en una mejor distribución de la riqueza que supuestamente producen estos crecimientos.
Es importante destacar que a finales del siglo pasado y todavía en la primera década del siglo 21, se interpretaba que los elevados niveles de inequidad en América Latina, se debían fundamentalmente al hecho de que en la mayoría de los países de la región, el crecimiento de la economía estaba por debajo del crecimiento poblacional, entonces se generaba una población en exceso que quedaba fuera de los derrames positivos que supuestamente se producían, como son las oportunidades de trabajo y al final del día este exceso poblacional se añadiría a la pobreza.
Todas las proyecciones, objetivos y metas de los organismos internacionales referentes a la reducción de la pobreza y la desigualdad social en América Latina, no han podido alcanzarse y por el contrario la riqueza se ha ido concentrando en menos manos. Lo cierto es que se han realizado grandes esfuerzos encaminados a la disminución de la pobreza y se han experimentado diversas políticas económicas y sociales y habría que asumir que estos esfuerzos fueron mal orientados, o los recursos no han sido usados de la manera más adecuada o no han sido suficientes.
Aunque el crecimiento económico de los países de América Latina se ha determinado que no ha cumplido con las expectativas de reducir los índices de pobreza e inequidad, habría que dar una mirada a los países asiáticos, en especial a los llamados “Tigres Asiáticos”( Corea, Hong Kong, Singapur y Taiwán), que habiendo partido de condiciones peores a los de América Latina, los crecimientos de sus economías han contribuido en gran manera a abatir la pobreza. Particularmente, nosotros entendemos que gran parte de estos éxitos se deben a las grandes inversiones que se han realizado y se continúan en educación, investigación y desarrollo.
En el caso de la República Dominicana, habría que destacar que los elevados crecimientos de su economía a lo largo de los últimos diez años poco han contribuido a reducir la pobreza y a una mejor distribución de la riqueza. En el año 2018 el índice de Gini (Que mide la desigualdad de los habitantes de una población) estaba situado en 43.7 y en el 2020 se degradó a 45.3, o sea que la desigualdad creció en 1.60.
Debemos señalar finalmente que la República Dominicana requiere reestructurar totalmente los programas educativos actuales, ya que somos de opinión que la educación es el pilar más importante con derrames en prácticamente todas las actividades que realiza el ser humano y los resultados de lo que actualmente se está haciendo hablan por si solos, manifestado en nuestra sociedad y refrendados por las evaluaciones internacionales que se realizan.