Educar para la paz supone adoptar un modelo educativo en el que se le da importancia al desarrollo socioafectivo desde relaciones paz-positivas en el manejo de conflictos como bien señalan distintos autores (Jares 1999).
La educación musical es una disciplina fundamental en un modelo educativo sustentado en educar para la paz, logra a través de la vivencia impactar en actitudes y comportamientos de niños y niñas desde su desarrollo socioafectivo y su identidad.
Una de las actividades fundamentales de una educación musical que fomente la educación para la paz es la actividad coral. En distintos estudios se muestra que el canto en un coro favorece el cambio de conductas en niños, niñas, adolescentes y jóvenes. (Marin 1976, Quilaqueo y Rapiman 2006, Touriñan 2007) hacia comportamientos de mayor integración social, sensibilidad, solidaridad y sentido de pertenencia a grupos.
Erradicar la violencia desde la niñez, adolescencia y juventud es una tarea que debe involucrar a todos los sectores en nuestra sociedad.
Estudios cuasi experimentales realizados con coros universitarios en Estados Unidos evidencian que los coros desarrollan capacidad inclusiva en sus integrantes (Sichivitsa 2003). En un coro sus integrantes aprenden a : escuchar a sus compañeros, esperar, comenzar en el momento oportuno, con una dinámica-frecuencia (tono), expresan sentimientos y emociones en forma compacta y por tanto se conectan desde estos sentimientos y emociones entre sí.
Muchos programas de educación para la paz o de fomento de una cultura de paz en países latinoamericanos y de otras regiones incluyen la formación de coros como una de sus actividades fundamentales. El Programa interdisciplinario por la No Violencia que se desarrolla en México por ConArte tiene como sus ejes fundamentales el desarrollo de herramientas de convivencia en la diversidad y educación intercultural. Estas herramientas incluyen el canto comunitario a través de coros de niños, niñas, adolescentes y adultos, los cuales con el coro recuperan la memoria musical, el patrimonio cultural de sus comunidades, fomentan el vínculo intergeneracional, canalizan emociones, sentimientos y generan nuevas formas de convivencia basadas en el respeto, tolerancia y el sentido de pertenencia.
Los integrantes de coros (independientemente de su edad) adquieren autoestima, seguridad y confianza en sí mismos, disciplina, paciencia, constancia, solidaridad, compromiso y responsabilidad. Esto valores son fundamentales para una educación para la paz, además del trabajo en equipo.
Erradicar la violencia desde la niñez, adolescencia y juventud es una tarea que debe involucrar a todos los sectores en nuestra sociedad. El desarrollo de coros en todos los municipios, centros educativos públicos y privados, barrios y comunidades rurales de todo el país puede ser una excelente estrategia educativa para generar cambios hacia una cultura de paz. Es una responsabilidad de todos los sectores de nuestra sociedad tanto desde el Estado como del sector privado-empresarial.
Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY