José Nicolás Gómez Portes nació en Santiago en el año 1872, hijo de José Joaquín Gómez y Cayetana Portes, murió el 2 de noviembre de 1958 en Santiago. Él nació en la calle 30 de marzo, entre la Máximo Gómez y la Beller, donde ahora está el edificio de la Asociación de ahorros.

José Nicolás Gómez Portes tuvo 23 hijos, de 2 matrimonios; Carlita Gómez, su prima, y Graciela Cerda, ambas de Santiago.

En su juventud fue un hacendado, productor de tabaco, vivió muchos años en La Canela, jurisdicción de Santiago. De ahí hacia negocios en varias provincias del noroeste del país.

Fue un guerrillero, perteneció al partido Rojo, que llamaban “Los Rabuses”, o “coludos”, que lucharon frente a los “bolos”, expresiones que vienen de las colas de los gallos. Simpatizantes de Horario Vásquez y Ramon Cáceres. El Partido Rojo fue disuelto en 1930 después del golpe de Estado de Rafael Leónidas Trujillo.

 

Conversando con papá le pregunté; Porqué muchos de sus amigos, lo llaman “General”, ¿fue usted militar?. El me explico; “En aquella época, había dos tipos de generales, los que estaban en las filas militares, y otros que eran personas que reclutan grupos de hombres, se alzaban, el los mantenía, y los otros los llamaban “General”. ¡Yo fui un general para los “rabuses”! Sostenía económicamente a un grupo de hombres de guerra.

 

José Nicolás Gómez Portes, encabezó una delegación de cinco hombres, que fueron en caballos desde Santiago a Santo Domingo, para conversar de política con el presidente Horario Vásquez. El trayecto de Santiago a Santo Domingo era de tres días, en caballos.

 

José Nicolás Gómez Portes, tuvo 23 hijos; José Nicolás (Pulo), Sully, Aleyda, Lalo, Esthervina, Eligio, Lolita, Celeste, Margarita (Nego), Sergio, Nancy, José Joaquín, Donaldo, Clara, Franklin, otros fallecieron muy jóvenes, en esa época de mortalidad infantil era muy alta… Los nietos son por decenas.

Cuando José Nicolás Gómez Portes, (Papá) se unió a Graciela Cerda,  (Mamá) él tenía 56 años y ella 21 años de edad.

 

En el año 1943, la familia Gómez Cerda, su mudó al barrio Baracoa, en Santiago, calle Arté número 28. Ahí vivíamos José Nicolás Gómez Portes, y Graciela Cerda, nuestros padres; Nancy, José Joaquín y Donaldo Gómez Cerda, luego nacieron ahí mis hermanos; Clara Luz y Franklin.

 

En una conversación con papá, le pregunté sobre sus relaciones con el expresidente de México, Emilio Portes Gil, cuando visita la Republica Dominicana.

Emilio Portes Gil, un abogado y escritor, fue presidente de México, del 1 de diciembre de 1928 al 4 de febrero de 1930.  Emilio Portes Gil nació en Ciudad Victoria, en el estado de Tamaulipas, el día 3 de octubre de 1890.

 

A principios de la década de los 40, del pasado siglo, José Nicolás Gómez Portes, se reunió en “El Casino Central de La Vega”, con el expresidente de México, Emilio Portes Gil, en una reunión familiar. También se reunieron en Santiago, en la Gobernación.

 

La madre de José Nicolás Gómez Portes, Cayetana Portes, mi abuela, era prima de Simón Portes, abuelo del expresidente de México, Emilio Portes Gil, quien vino al país a conocer sus familiares.  Simón Portes y Cayetana Portes, nacieron ambos en Santiago de los Caballeros.

 

José Nicolás Gómez Portes fue un hombre religioso. Cada domingo íbamos toda la familia a la Iglesia San José, que estaba cerca a nuestra residencia. Todos pertenecíamos a las diversas asociaciones que tenía la iglesia, en el barrio “Baracoa”. ¡Ahí aprendimos el valor de la religión cristiana!

 

En una de las conversaciones que tuve con mi papá, le pregunté: Porque usted tuvo tantos hijos, 23…  Como era posible mantener tantos hijos.  El me respondió; En la época de mi juventud, la situación era muy diferente. Ahora lo que cuesta mucho, es lo que gastamos en alimentación, educación, vestidos, transporte y vivienda.

 

En aquella época, teníamos casas amplias, con patios grandes, donde se podía sembrar todo lo necesario para nuestra alimentación, criábamos animales, como vacas, cerdos, gallinas; en mi caso lo único que compraba era aceite de oliva; en educación a los hijos se les enseñaba a leer, escribir y contar; los vestidos eran limitados, los hombres teníamos 2 remudas, las mujeres tenían 3, pero las teñían varias veces y parecían muchas, el transporte era caminar a pie, para transportar algo eran los burros y para pasear los caballos; las viviendas se hacían con maderas sembradas en la misma residencia y el techo era de yagua.

 

En esa época, no existían los radios, ni televisión, no había ningún entretenimiento de fuera, en las noches, la familia permanecía en su casa, y lo mejor era… fabricar hijos.

 

José Nicolás Gómez Portes tuvo buenos amigos, entre ellos Carlos Bello, español, productor de vino, residente en Bella Vista; Cristóbal (Toba), marido de Antonia (La larga), que vivía en la Calle Arte No. 2, en Baracoa, quien, en su juventud, era “Bolo”, contrario a Papá, que era de los “Rabuses”; Pedro Tineo, padre de Perucho, Jaime (uno de los panfleteros de Santiago), y Paula; con sus amigos hablaban contra la dictadura de Trujillo, en privado, y en voz muy baja.

 

José Nicolás Gómez Portes leyó muy poco, los libros que siempre me refería eran; “La Guerra de los Mundo”, una novela de ciencia ficción escrita por H. G. Wells y “Los miserables”, novela del poeta y escritor francés Víctor Hugo. Tenia una buena caligrafía, que en su tiempo era algo muy importante.

 

Le gustaba el mabí de bohuco indio, o bejuco, tipo seibano, que el mismo preparaba, y brindaba a sus amigos.

Los hijos de José Nicolás Gómez Portes, siempre visitaban nuestra residencia, Pulo, Eligio, Aleyda, Celeste, Nego, algunos de ellos, como Sergio y Sully vivían en la calle 19 de marzo, en Baracoa, eran vecinos, Lolita, otra hija de Papá, vivía en la avenida Generalísimo Trujillo, (ahora Hermanas Mirabal).

 

Sergio Gómez, hijo de José Nicolás Gómez Portes, era propietario de la línea de transporte publico interurbano “La Altagracia”, situada en la calle 30 de Marzo, cerca de la Salvador Cucurulo, era un transporte de carros que iban a buscar a los pasajeros en su residencia y lo llegaban a Santo Domingo, al lugar donde iban, y viceversa; Sully, otro hijo de Papá, tenía una fábrica y venta de hielo, en la calle 30 de marzo, casi esquina Máximo Gómez. Lolita, otra hija suya, tuvo 24 hijos…

Graciela Cerda, nuestra madre, nos inculcó con su ejemplo, la religión. Todos los días rezaba por lo menos dos horas, rogaba por toda la familia y sus amistades. Cuando ya no podía caminar, de la Iglesia San José le enviaban a nuestra residencia todos los domingos, la comunión: Ella murió de 105 años, en su casa, en Santiago.

Papá nunca salió a la calle en “cuerpo de camisa”, siempre andaba con saco, corbata, y su sombrero.

Aunque Papá murió cuando yo estaba cerca de los 20 años, recordar sus conversaciones con él me acerca más a lo que realmente es… la familia.