Fernando Luna Calderón.

Fernando Luna Calderón, rebautizado como “Galeno” por sus compañeros, nació en Santiago de los Caballeros un 23 de noviembre de 1945 en plena dictadura Trujillista, en un ambiente de una juventud generosa, pero rebelde, simbolizada en la valentía de los mártires Panfleteros de Santiago.  Con apenas quince años, ya expresaba su disidencia y repudio al régimen de opresión existente.  En su caminar político se integró como miembro del Movimiento Popular Dominicano (MPD), partido revolucionario y paralelamente se destacó como líder estudiantil en la UASD.

 

Cuando irrumpió la Revolución de Abril del 65, fiel a sus principios políticos y sus conceptualizaciones ideológicas, Galeno tomó el fusil y enfrentó a las botas interventoras norteamericanas en defensa de la dignidad y de la soberanía nacional.

 

Durante la dictadura ilustrada Balaguerista y en toda su vida mantuvo su coherencia política.  Este luchador insobornable, revolucionario, combatiente de abril del 65, se convirtió en médico, biólogo humano, paleopatólogo y psicólogo.  Después de graduarse en la UASD, realizó estudios en el Smithonian  Institutión en Washington sobre antropología física, rama de la Paleontología Ósea y biología humana.

 

Luna Calderón fue ante todo un investigador y un educador.  Comenzó enseñando biología y anatomía en liceos de la ciudad de Santo Domingo, docente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la Universidad  Nacional Pedro Henríquez Ureña.  Fue profesor invitado en la Universidad Central de Venezuela, en la Universidad de Harvard, en la Universidad de Boston (Estados Unidos) y en la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba.

 

Fue invitado en más de una oportunidad a museos y academias en España, Martinica, Venezuela, Haiti, Puerto Rico, Panamá y Cuba como experto, ofreciendo asesorías en intercambios académicos, destacándose como una autoridad en sus especialidades en toda la región.

 

Fue miembro fundador del Museo del Hombre Dominicano, el cual durante 27 años fue el director del Departamento de Investigaciones antropológicas,  director del Departamento de Historia de la UPHU y director del Museo de Historia y Geografía.

 

La antropología ha sido una pasión para investigadores de diversas profesiones sin la  formación académica por la ausencia de su enseñanza durante años en el país; algunos formados  en el exterior y otros como resultado de una carrera universitaria. Aun así, hay contribuciones importantes de estos investigadores, como por ejemplo las de Narciso Alberti Bosch. Fernando Morbán L., Dato Pagán P., Elpidio Ortega, Torres Estrada, Joaquín Priego, José Caro A., Rafael Kasse Acta, Manuel Mañón Arredondo, Marcio Veloz Maggiolo, Manuel García Arévalo, Bernardo Vega, José Guerrero, Harold Olsen, Adolfo López, Renato Rimoli, Gleine Tavarez, José  Gabriel Atiles, Jaime  Chanlate, Sebastián Robiu Lamarche, Alejandro Peguero y Jorge Ulloa Hung.

 

Luna Calderón escribió un “Atlas de Paleología Ósea”,  la “Primera Evidencia de Sífilis en las Antillas”,  artículos en revistas especializadas a nivel nacional e internacional, así como coautor de diversos libros.  Sus investigaciones científicas son realmente aportes trascendentes:

 

  • En la Cucama, en Santo Domingo Este, encontró un enterramiento de un Cacique indígena con su mujer, considerado uno de los pocos sacrificios humanos de los Taínos localizado hasta hoy.
  • En el Soco, San Pedro de Macorís, encontró dos fases en el mismo lugar uno con la presencia de cerámica y otro con la ausencia de la misma.
  • En la Isabela, primera villa de América, Puerto Plata, encontró esqueletos de mujeres polizontes de los viajes españoles a la isla, no encontrados en ningún otro lugar del Caribe.
  • En Pueblo Viejo de Azua, estudió en el presbiterio del templo católico el esqueleto de un aborigen que se creía que era Enriquillo.
  • Estudió las osamentas de los héroes de Constanza Maimón y Estero Hondo y de 67 encontradas, logró la identificación de 42 patriotas.
  • Logró la identificación de Enrique Blanco, Concepción Bona, Fernando Deligne, de los héroes de la Restauración, patriotas compañeros de Sánchez, Padre de la Patria.
  • En el país, reconoció y legitimó los restos del Almirante Cristóbal Colón.
  • En el Ingenio Azucarero de Diego Caballero, San Cristóbal, encontró un esclavo con dedos de los pies mutilados como castigo por huidas en el cimarronaje y en las Ruinas de San Francisco, en la ciudad colonial de Santo Domingo, identificó a un esclavo con grilletes.

 

El trabajo de campo era una pasión y una catarsis, varias veces sufrió lesiones en cuevas, pero bacterias y hongos penetraron mortalmente en su cuerpo. Fue llevado a curarse a Roma en Italia. Vino recuperado, pero la tentación de la investigación de campo pudo más, no paró y murió a los nueve meses de su llegada, un 27 de noviembre del 2005.

El trabajo de campo era una pasión y una catarsis.

Murió como vivió, dignamente, nunca tuvo ostentación ni riquezas a pesar de los diversos cargos públicos y privados desempeñados en su carrera profesional. Antes de partir para Roma me escribió una carta de despedida, tenía el presentimiento o el temor de morir, pidiéndome que siguiera trabando en función del interés del pueblo y del país.

 

Pidió que al morir lo enterraran con una bandera roja con negro, como símbolo de sus ideas políticas.  En una de sus libretas de apuntes le escribió a uno de sus hijos: “Entiérrenme con papá. La vida es una carrera de relevo, tienes que continuar mi ejemplo.  Sabes que fui marxista y muero siendo marxista”.

 

Ese fue Fernando Luna Calderón: patriota, revolucionario, científico, antropólogo, ejemplo, con un lugar en la historia, una presencia en el corazón del pueblo y un espacio en la magnitud de  la patria.  ¡Luna Calderón vive en una lucha contra el olvido!