I

Nos acercamos a un punto de viraje. El pueblo dominicano se encamina a concurrir a la decimoquinta elección general después de la guerra civil de 1965.

A pesar de los avatares experimentados en estos 58 años, la democracia dominicana se afianza cada día, aunque subsisten profundas carencias económicas (el 1%  de la población gana el 30% de los ingresos nacionales), sociales (la tasa de pobreza extrema pasó de 3.51% a 3.06% y la de pobreza general de 23.36% a 23.85%. Datos del MEPyD) y políticas, particularmente desde el ángulo institucional, un litoral que todavía no acabamos de darle consistencia a la separación de poderes, al “checks and balances”, por la preeminencia del poder ejecutivo y la persistencia de la cultura del caudillismo que arrastramos desde la época de la independencia.

En consecuencia, a pesar de que la economía de la Republica Dominicana se sitúa en el 7mo lugar de América Latina en el ranking de crecimiento, el mismo contrasta con el verdadero rostro de la realidad social dominicana al nivel de los sectores vulnerables,

II

En efecto, a menos de un año de las elecciones municipales y de 11 meses de las generales, las fuerzas políticas organizadas delinean sus tácticas y establecen sus estrategias. La administración actual para continuar y la oposición para pretender retornar al poder.

Continuidad versus retroceso. He ahí el dilema.

En los hechos, en la coyuntura actual, solo tres fuerzas políticas están en capacidad de competir electoralmente: PRM, PLD, FP.

No existe una cuarta fuerza. Los numerosos pequeños grupos que subsisten, aun si se unieran, no aportarían los votos suficientes para vencer en las próximas elecciones. La tendencia que se observa es que se mantendrán como grupos bisagras alrededor de los tres partidos que se disputan el poder.

III

Comencemos introduciendo el bisturí de la investigación en PLD, por ejemplo. Conforme a la reciente medición de la encuesta Gallup, las intenciones de voto de su candidato, Abel Martínez, al día de hoy obtendría un tercer lugar con un 18.2 % en primera ronda y un 19.9% en una hipotética segunda ronda.

Esta fotografía actual es la consecuencia natural de representar un gobierno que fue desalojado del poder por un tsunami de indignación popular harta de corrupción e impunidad, con algunos de sus principales funcionarios, hoy sometidos a la justicia, además de una sangría de dirigentes de todo nivel abandonando sus filas. Y un candidato con ausencia de luces programáticas, o por lo menos, incapaz de “conceptualizar”, parafraseando la célebre expresión de un dirigente político del patio.

Sin embargo, en política nada es lineal, y justo es reconocer que el PLD tiene una estructura partidaria fuerte, labrada en base a una consolidada clientela. Cuenta con hábiles dirigentes y colaboradores que amasaron fortunas inmensas al amparo del gobierno y, por tanto, con una base social muy amplia blindada por 16 años en el poder.

IV

La otra organización, la Fuerza del Pueblo, (FP) en contrapartida, emergido de la división del PLD en el 2019 se ha aprovechado de la crisis del PLD y su candidato aparece en la encuesta Gallup con un 25.9% en una primera ronda y con un 27.9 % en una segunda ronda. Pero, adolece de una debilidad congénita: no tiene una base estructurada a nivel nacional y su supuesto crecimiento ha sido a costa de los tránsfugas del PLD y del culto al líder de la organización que fue ya presidente, pero que dejó a su sucesor en el 2012 una economía, conforme a estimaciones del FMI, con un déficit de 200,000 millones, y que el propio Danilo Medina reconoció públicamente que había recibido “un maletín lleno de facturas y sin dinero”. Es decir, este partido no tiene nada nuevo que ofrecer a la población.

O sea, ninguno de estas dos organizaciones, si las elecciones fueran celebradas hoy, ganaría los comicios, aun se unieran, en una hipotética segunda ronda.

Pero, las elecciones no son hoy. Hay que esperar y estos dos grupos juegan al tiempo y al desgaste del gobierno. Naturalmente, como es lógico estratégicamente hablando, apuestan a sacarse dos premios de lotería: uno, que la inflación y la inseguridad ciudadana se vuelvan inmanejables; dos, que el gobierno de Luis Abinader y sus funcionarios cometan yerros de peso que haga bascular la opinión pública en su contra. Por tanto, están montados en dos imponderables mientras que sazonan sus denuncias al gobierno con la letanía de que “no saben gobernar”.

V

Tenemos finalmente al PRM. En el poder. Hay que sacarle su comida aparte. Con sus virtudes y defectos.

Veamos. El equipo gobernante, amparado por una estructura solida implantada a nivel nacional pudo sortear con éxito los embates de la Pandemia y el reflujo de la guerra de Ucrania y en los dos años y medio de gestión ha pasado el examen con buenas notas. Esto lo confirma el FMI y el examen concreto de su gestión.

(Ver mis artículos: “Picazos, realizaciones y Lista de espera”, parte I, II y III. Acento.com.opinion)

Los puntos fuertes del gobierno se pueden resumir en los siguientes:

1.-La continuidad de Estado (este gobierno ha continuado las obras públicas dejadas por anteriores gobiernos (Metro, escuelas, presas, etc.). Con esa decisión rompe con la charlatanería de anteriores administraciones de dejar en banda las obras inconclusas.

2.- Índices macroeconómicos sólidos (PIB, Reservas, Remesas, inversión extranjera, Recaudaciones, tasa de cambio, etc.).

3.- Un equipo gobernante integrado y sin fisuras;

4.- Unidad partidaria en un 95%;

5.- Relaciones armoniosas con los llamados sectores fácticos (empresarios, iglesia, fuerzas armadas, gobierno norteamericano)

6.- Alianza de hecho con los sectores medios, sectores que encabezaron en el 2019 la marcha verde y que votaron abrumadoramente por Luis Abinader. Hasta este momento nada permite augurar que estos sectores apoyarían la vuelta al poder del PLD y mucho menos de Leonel Fernández.

7.- Resultados concretos de la demanda de la sociedad de castigo a la corrupción y el cese a la impunidad. Las operaciones, Tucanos,( en Apelación)  Antipulpo, Coral, Médusa, Operación 13, Calamar (además Odebrecht que sigue en Justicia) reflejan una voluntad firme del Estado en ponerle freno a la delincuencia de cualquier nivel. El PLD, la FP en coordinación con algunos influencers han arremetido contra el ministerio público y el gobierno acusándolos de “persecución política” cuestionando la independencia del Ministerio Publico. Sin embargo, la actual Procuradora General de la Justicia Miriam German ha actuado basada en el art. 17 de la Ley Orgánica del Ministerio PublicoNo.133-11 que establece:

el Ministerio Publico desarrollará sus atribuciones con independencia funcional de los demás órganos del Estado a los cuales no estará subordinado. En consecuencia, no podrá ser Impedido, coartado u obstaculizado por ninguna otra autoridad con excepción de jueces y tribunales de justicia en el ámbito exclusivo de su competencia”

 

En consecuencia, salvo que ocurran acontecimientos fuera del control del gobierno o que cometa errores mayúsculos la continuidad en el poder del PRM será un hecho.

VI

Sin embargo, dormirse en sus laureles es un mal consejero. Hay estrategias que deben ser consideradas seriamente por el PRM si hay la voluntad firme de continuar en el poder.

En primer lugar, cuidarse del triunfalismo del ¡ya estamos ganados! o , “ ¡cuatro años más y después hablamos! En la planificación estratégica no hay espacio al descuido. Las encuestas son simples fotografías del momento y acostarse a dormir confiando que los resultados favorables de las mismas son permanentes es un tremendo error que en ocasiones ha producido derrotas electorales a todo nivel.

En segundo lugar, reorganizar la alianza con los sectores democráticos haciéndoles concesiones que respondan a demandas objetivas de la población y que estos sectores reivindican en el cuadro de la lucha contra el retroceso.

En tercer lugar, para las elecciones municipales y congresuales se impone estimular la presentación de candidatos honestos, desligados de prácticas corruptas, y sobre todo, de todo que huela a narcotráfico.

En cuarto lugar, sostener firmemente la bandera de las tres causales, demanda sostenida durante años por el sector progresista de la sociedad dominicana.

En quinto lugar, impulsar la incorporación de más mujeres en la administración del Estado y en la dirección del PRM (en los 23 ministerios actuales, solo hay 2 mujeres) llevando a la practica la igualdad de género a todos los niveles.

En quinto lugar, neutralizar la frustración de una parte de las bases del PRM que no ha podido ser integrada incorporándola a los planes del gobierno.

En sexto lugar, hacer realidad las promesas de campaña del 2019, que resultado de la pandemia y la guerra de Ucrania no han podido cumplirse contemplando e insertando nuevas metas  surgidas de las realidades actuales para configurar el programa de gobierno 2024-2028.

En séptimo lugar, mejorar la comunicación de modo que el pueblo dominicano reciba del gobierno y el partido en el poder las orientaciones básicas evitando que sean las redes sociales, en las cuales, en numerosas ocasiones se filtran “fake news” que distorsionan la realidad, las que marquen las tendencias.

Siete objetivos estratégicos. Su cumplimiento garantiza el triunfo del PRM.

Y se evitaría el retroceso. No hay de otra.