A partir de los 90s era notable como ciertas costumbres provenientes de parajes remotos se iban extrapolando en los pueblos. Toparse con un Perico Ripiao en las lomas, donde tres músicos alegraban la noche, lejos del concreto y del asfalto, se vivía toda una experiencia que nos remontaba al pasado siglo. Pasar un rato, salir de la rutina, olvidar el tránsito, las deudas y el calor citadino era un breve entretenimiento.

Poco a poco los ranchitos donde se armaban los Perico Ripiao se fueron transformando en colmadones, bocinas a volúmenes enfermizos por la estridencia y acordes repetitivos, mala calidad de audio y lo que parecía una competencia para ver quien lograba el mayor volumen, quizás para captar más adeptos para la bacanal, donde Baco, Morfeo y Ezis se mezclaban en un trance orgiástico entre caballeros ensimismados y damas muy ajustadas sin conversaciones ni temas.

Las ondas sonoras se manifiestan como cambios en la presión del aire cuando un cuerpo vibra rápidamente. La frecuencia es el número de vibraciones u oscilaciones completas que efectúan por segundo.

Está comprobada la relación existente entre  la frecuencia del sonido y el efecto en las células de nuestro cuerpo.

En el año 1988, el bioquímico Dr. Glen Rein, comprobó el impacto de diferentes estilos musicales sobre el organismo, al exponer ampollas con ADN humano idéntico a cuatro tipos de música de diferente frecuencia (cantos gregorianos, cantos sánscritos, música clásica y rock), Rein descubrió que la tasa de absorción de luz ultravioleta – función esencial del ADN saludable – aumentaba entre un 5% y un 9% en las muestras expuestas a los cantos gregorianos y sánscritos. Esto indica que la exposición a estos estilos de música pueden tener un efecto sanador en el organismo humano.

Herbert Konig llevó el estudio un paso más allá al estudiar la conexión entre las resonancias Schumann y el cerebro humano, descubriendo que el latido de la tierra coincide con distintos niveles de actividad cerebral humana. Konig notó que las resonancias coincidían con cinco estados diferentes de dichas ondas: delta, theta, alfa, beta y gamma, estados que se producen de forma espontánea durante nuestro día a día, desde el sueño a estados de creación o aprendizaje.

Por otro lado la exposición constante a estridencias y ruidos provocados por la mecánica de vida humana y los excesos, producen agitación respiratoria, aceleración del pulso, aumento de la presión arterial, dolor de cabeza y, ante sonidos extremos y constantes, gastritis, colitis o incluso infartos.

Las concentraciones de ruido comenzaron en las ciudades y algunos pueblos con la instalación de industrias que luego se fueron poblando en sus alrededores, le siguió el tránsito (principal fuente de ruido urbano), tanto terrestre como aéreo que se exacerbó con el crecimiento económico y la migración de costumbres de campos puesto que la música en ambientes abiertos, temperaturas bajas y ninguna restricción física se expande hasta perderse, pero en las ciudades, donde las ondas sonoras chocan contra el cemento y rebota  en todas direcciones.

En la década del 90 recuerdo montarme en un bionico (concho) para ir al trabajo en Santiago de los Caballeros, 6 am, con un musicón y bocinas explotadas, le pedí al chofer que baje un poquito la música a lo que me respondió subiéndolo más. Así mismo manejaba subiéndose en las aceras para rebasar, tocando bocinas sin cesar y frenando bruscamente tarareando las letras.

Luego de esta experiencia al cabo de unos años notaba como la zona oriental de la ciudad capital se iba pareciendo a esta distopía que contrastaba con el resto del tráfico privado, poco  a poco el gran Santo Domingo, dominado por el crecimiento sin control inicio por los planes de cemento y varilla durante la era de Don Elito y continuado por los aprendices revolucionarios y compañeritos.  La migración buscando mejor vida con motores para concho y más carros de transporte públicos que privados han creado un caos sónico, con muchas leyes que no se aplican, y sin importar las repercusiones para la salud.

CONCEPTOS BÁSICOS DEL RUIDO AMBIENTAL.

Se considera contaminación acústica a la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que al contrario de otros sonidos que transmiten información o sensaciones agradables impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente.

Niveles muy elevados pueden provocar sordera o daño temporal o permanente en nuestro oído, pero niveles inferiores pero repetitivos, suponen interferencia en la comunicación humana o en la percepción de nuestro ambiente. Cada vez existe mayor evidencia científica de que la exposición al ruido provoca una respuesta en el organismo que aumenta el riesgo de padecer graves problemas de salud. Los efectos sobre la naturaleza también son relevantes. 

Collage_Ruido
-Tocar bocina en Santo Domingo, camiones, carros, motores es una especie de competencia. -Trabajo en días no laborables

El ruido ambiental Es un factor de estrés ambiental que puede empeorar sustancialmente nuestra calidad de vida.

Los efectos del ruido ambiental sobre las especies silvestres, tanto terrestres como marinas, son también importantes y producen en muchos casos alteraciones en sus comportamientos, reduciendo la calidad de los hábitats naturales que habitan.

La falta de educación y ausencia de aplicación de leyes no solo en los nucleos urbanos sino en las áreas protegidas podemos calificarlo de plagas. Subir al Pico Duarte, ir al rio, la playa o cualquier loma buscando disfrutar de un ambiente que solo es posible allí, suele dañarse porque visitantes individuales o los metidos a tour operadores sin criterio, con sus bocinas para no sé qué rayos escuchar donde la mejor música es el viento rozando los árboles, los ríos fluyendo por sus cauces, las aves con sus cánticos y la madre naturaleza susurrándonos.

Cueva-de-Chicho_1
Cueva de Chicho

En la República Dominicana decir público es sinónimo de hacer lo que les venga en ganas sin importar las molestias causadas.

Según Eulalia Peris, la experta de la Agencia Europea de Medio Ambiente en ruido ambiental, las conclusiones más importantes del informe de la AEMA Environmental noise in Europe — 2020 (El ruido ambiental en Europa)

El informe muestra que el ruido ambiental, y en particular el debido al tráfico rodado, sigue siendo un problema ambiental importante que afecta tanto a la salud como al bienestar de millones de personas en Europa. El 20 % de la población europea, es decir, más de 100 millones de personas, está expuesto a niveles de ruido prolongados que resultan perjudiciales para la salud. Esto es Europa, aquí ni hablar del caos y la incesante costumbre de tocar bocina para todo.

¿Cuáles son las repercusiones concretas del ruido sobre la salud? En comparación con la contaminación atmosférica, por ejemplo, ¿cuál es la magnitud del problema que plantea la contaminación acústica?

La exposición prolongada al ruido puede afectar de distintas formas a la salud, produciendo molestias, trastornos del sueño, efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular y metabólico, deficiencias cognitivas en los niños, Molestia e irritabilidad, Alteraciones del sueño y Estrés fisiológico. Los datos actuales permiten deducir que el ruido ambiental es una de las causas que provocan 48 000 nuevos casos de cardiopatía isquémica al año, así como 12 000 muertes prematuras. También se calcula que 22 millones de personas sufren molestias crónicas importantes y que 6,5 millones de personas padecen alteraciones del sueño graves y crónicas.

Muchas personas no se dan cuenta de que la contaminación acústica es un problema grave que afecta a la salud de todos los seres humanos, incluida la suya. Si bien es cierto que la contaminación atmosférica causa muchas más muertes prematuras que la acústica, parece que el ruido afecta en mayor medida a los indicadores sobre la calidad de vida y la salud mental. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es la segunda causa ambiental de problemas de salud, justo por detrás de la contaminación atmosférica.

¿Cómo afecta la contaminación acústica en la salud mental de las personas?

Además, niveles altos de inmisión sonora pueden provocar trastornos en la salud mental como cefaleas (dolor de cabeza), inestabilidad emocional, irritabilidad, agresividad síntomas de ansiedad y depresión.

¿Cómo afecta el ruido en el cerebro?

Los ruidos fuertes o repetitivos pueden dañar las membranas y los nervios que nos permiten oír y provocar una cascada de problemas en todo el organismo.

¿Cómo causa estrés la contaminación acústica?

Este ruido de menor nivel de decibelios conduce a una activación simpática y endocrina y a varias reacciones de estrés cognitivo y emocional, entre ellas molestias, estados similares a los depresivos y estrés mental caracterizado por niveles elevados de hormonas del estrés y activación del sistema nervioso simpático

La intensidad del sonido se mide en decibelio (dB) que es el nivel de presión sonora o nivel de sonido. El nivel de presión sonora (SPL) se puede describir subjetivamente en función de la escala de decibelios (dB). Un rango de 0 a 40 dB se considera silencioso a muy silencioso, mientras que 60 a 80 dB generalmente se describe como ruidoso. Un nivel de presión sonora de 100 dB se percibe como muy ruidoso, mientras que cualquier valor superior a 120 dB es intolerable.

Aboguemos por que se apliquen las leyes ambientales no por gusto sino por prevención a tener una sociedad enferma y súper costosa para el sistema de salud nacional donde se podría utilizar los recursos usados por gastos clíinicos en asuntos más productivos.

Screenshot_20240907-130841_Sound-Meter-383x728
Muestra de un Domingo  “tranquilo” con el sonómetro del celular, desde mi hogar