Media docena de espectáculos en el Teatro Nacional, mayormente con artistas internacionales, otro tanto en grandes hoteles y no faltan festivales masivos en el Estadio Olímpico a casa llena. Aun así, nos quejamos.
Los restaurantes siguen abarrotados de gente los fines de semana y nunca faltan clientes en los días laborables. Mientras más caro, más gente asiste. Y así nos quejamos.
La deuda con tarjetas de crédito sigue aumentando y los especiales en las tiendas siempre tienen un motivo. El día de reyes, el día de la amistas o del amor, el día de las secretarias, el día de las madres, el día del padre, los regalos a los maestros al finalizar el año escolar y los famosos viernes negro que se convierten en dos semanas de especiales. Después la navidad cierra el circulo anual con Santa Claus llegando a los hogares de clase media. Peo aun así se siguen quejando.
A mediados de año comienzan los viajes al exterior por las de vacaciones de verano, o envían a los niños a campamentos caro por uno o dos meses. En los fines de semanas largos, los hoteles del este, del norte y del sur se llenan y las ocupaciones alcanzan hasta un 80% mayormente de turistas locales. Pero las quejas no fallan.
Estamos hablando de un sector de clase media con poder adquisitivo que se endeuda cada vez mas para para disfrutar de la buena comida, de buenos espectáculos y de vacaciones en cruceros o tours por Europa. El problema es que este sector de clase media es el que mas grita de que todo and mal. Y no solo aquí.
El problema es que la cultura del ahorro es precaria en nuestro país excepto la que se genera en los fondos de pensiones. Pero la cultura del endeudamiento aumenta. Obviamente hay muchas economías en Latinoamérica y el Caribe donde la situación del ahorro es mas grave y la del endeudamiento privado también.
La deuda privada en el 2005 era de 18.7% del PIB pasando al 28% del PIB en el 2021.
Es un buen momento para ahorrar ya que las tasas pasivas han subido y superan el 9% anual. También los bonos de Hacienda y el BCRD sobre el 10%, dependiendo plazos y montos.
En la mayoría de las economías el gasto de consumo en bienes y servicios es el principal componente del PIB representando entre un 70% y 80%. Nosotros estamos en un 78%. De manera que si el consumo baja la economía pierde dinamismo. Pero si parte de ese consumo se invierte entonces el impacto en el crecimiento es más dinámico y con un efecto multiplicador más extenso. Pero para invertir hay que ahorrar.
Invertir en un negocio o en una propiedad inmobiliaria, le puede garantizar un mejor futuro que gastarse todo el dinero en restaurantes, hoteles y viajes, cambiando vehículos cada tres años o teniendo 30 o 40 pares de zapatos de los cuales solo usa 5.
La clave para tener unas finanzas personales sanas consiste en ahorrar y luego gastar lo que sobra en vez de gastar y luego ahorrar lo que sobra. Esto último nunca da resultados. Esta diferencia de orden, aparentemente pequeña, es la clave para acumular un patrimonio que a la larga produzca un ingreso adicional en el hogar.
La educación es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Su rentabilidad supera a la de cualquier otra inversión y por eso muchas personas crean fondo o fideicomisos para ahorrar el dinero que tus hijos necesitaran en el futuro para su educación.
También la salud es importante. Ni con un buen seguro te salvas de necesitar de mucho dinero para solventar una deuda hospitalaria por una enfermedad grave.
En fin, el consumismo es peligroso y endeudarse para no bajar la calidad vida que la da ese consumismo, es mucho mas grave.
Los únicos que tienen derecho a quejarse son aquellos cuyos ingresos apenas les alcanza para cubrir el costo de la canasta básica, sin hablar de alquileres, luz, educción, vestimenta, etc. Y los casi 2.7 millones de pobres que existen en República Dominicana.