Para el Patricio Juan Pablo Duarte y los Trinitarios, el Municipio debía constituirse en la piedra angular del Poder, tanto así que dentro de su propuesta de proyecto constitucional del año 1844, incluyó el Poder Municipal como el cuarto poder de los poderes del Estado Dominicano (Proyecto Constituyente, 1844).

Duarte y los Trinitarios entendían que la municipalidad debía tener “autonomía política” para administrar sus recursos y establecer normas y arbitrios en su demarcación territorial. Como se puede observar, los Trinitarios entendían que “la municipalidad constituía uno de los sectores de poder político más importante” para el desarrollo de la República Dominicana, una vez esta fuera liberada del yugo haitiano.

 

El Proyecto de Constitución de los Trinitarios establecía que “para la mejor y más pronta expedición de los negocios públicos el territorio dominicano, este debía distribuirse de la siguiente manera: (1ro) Poder Municipal; (2do) Poder Legislativo; (3ro) Poder Judicial; y, (4to) Poder Ejecutivo (Proyecto Constituyente, 1844). 

No obstante, el tratadista y filósofo ilustrado del derecho constitucional Barón de Montesquieu se quedó corto al plantear la teoría tripartita de la división del Estado, en la que él consideraba que el Estado debía tener tres Poderes, excluyendo el Poder Municipal por el que propugnaron deliberadamente Duarte y los Trinitarios (texto ilustrado de Montesquieu).

 

Vista la propuesta de Constituyente que concibieron los Trinitarios, los Ayuntamientos y los Distritos Municipales, están llamados a convocar un proceso de Construcción de Social Inclusivo que permita crear las condiciones objetivas y subjetivas para promover el Desarrollo Municipal desde las Bases.

 

Como se conoce, en Brasil y Colombia, los Gobiernos Locales han convocado procesos de Construcción Social en el que han participado la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil y las universidades, cuyos ejercicios han facilitado la coordinación, gestión y transparencia del uso de los recursos públicos. Según las experiencias e Brasil y Colombia, un proceso de Construcción Social conecta a las autoridades locales con las aspiraciones y expectativas de sus munícipes (Informes Municipalidades de Curitiba, Brasil y Cáliz, Colombia, 2019)

En tal sentido, un Proceso de Construcción Social convocado por las autoridades municipales crea las condiciones objetivas y subjetivas para: (1) Elaborar un Plan Estratégico de Desarrollo Municipal que le agregue valor al territorio; (2) organizar y aprovechar los espacios públicos; (3) ordenar el tránsito vial; (4) reducir o mitigar el impacto ambiental; (5) optimizar el uso del suelo urbano;  y, (6) definir las áreas o zonas para el crecimiento urbano y peri-urbano.

Además, (7) fomentar el desarrollo y el empoderamiento del liderazgo local; (8) diseñar estrategias para hacer frente a los impactos del Cambio Climático; y, (9) diseñar y poner en marcha programas, proyectos e iniciativas económicas, educativas, sociales, comunitarias, ecoturísticas y culturales que les agreguen a la gestión municipal en estos tiempos que los munícipes estamos exigiendo creatividad, innovación, transparencia y rendición de cuenta del uso de los recursos públicos.

 

Tal y como lo concibe la sociología, la planificación estratégica, la economía y la psicología social, un Proceso de Construcción Social Inclusivo, las autoridades municipales se constituyen en constructoras y gestoras de procesos económicos, sociales, culturales, comunitarios, participativos y transparentes que permanecerán en el tiempo.

Dedicarse a recoger desechos sólidos (basuras), cobrar los arbitrios, pagar la Nómina Municipal, asistir a eventos y reuniones locales, regionales y nacionales, prometer obras que los Ayuntamientos y los Distritos Municipales no podrán en cuatro años, realizar operativos médicos y odontológicos coyunturales, promover fiestas carnavalescas y, comprar ataúdes para “enterrar a los muertos pobres”, es una gestión municipal insuficiente que debemos cuestionar los munícipes.

No obstante, si los munícipes queremos cambiar el tipo de “gestión municipal” que  realizan las autoridades de los Ayuntamientos y Distritos Municipales, debemos acercarnos a dichas autoridades, en vez de criticarlas y crear barreras. Como se sabe, las autoridades municipales son electas cada cuatro años y, los ciudadanos tenemos el derecho de reelegirlas, si lo hacen bien o, rechazarlas en las urnas, si lo hacen mal.

Quedarnos de brazos cruzados frente a las oportunidades que tienen las autoridades municipales de hacer una gestión local más productiva, creativa, innovadora y transparente, nos hace cómplices de las aberraciones administrativas y financieras que cometen dichas autoridades, sin importar el color del partido político al que estas pertenecen..

Abogar para que las autoridades municipales y distritales convoquen un Proceso de Construcción Social Inclusivo es el mayor desafío que tenemos todos los dominicanos de cara al proceso electoral al que seremos convocados por la Junta Central Electoral (JCE) en el 2024. Elegir a los mejores candidatos/as a alcaldes, alcaldesas y regidores/as de los 158 Municipios, así como a los 235 directores/as de los distritos municipales y sus respectivos vocales en el 2024, es una responsabilidad de jóvenes, hombres y mujeres responsables.

“La Planificación lo es todo” (Dwigth D. Eisenhower).