La conmemoración del aniversario de la heroica batalla a muerte de los Palmeros será el 12 de enero, como siempre.
Guardando la distancia en el tiempo, dado que su gesta patria es imperecedera, ya está marcada en la historia del siglo 20, igual, figuran las epopeyas de los próceres dominicano durante los siglos 19, 18, 17 y más atrás.
Lo que importa es “el número de estrellas en la frente”, una proclama ya inscrita en los registros del acontecer histórico del país.
Siempre recordaremos las palabras de doña Manuela ante el acribillado cadáver de su hijo Amaury, quien utilizó el pseudónimo “Gerardo Sánchez”, en uno de sus viajes al exilio en países extranjero. Cada uno de sus compañeros, por razones de seguridad utilizaba su nombre falso de algún modo.
(Presentando excusas por la inmodestia, a quien escribe, le tocó llamarse Ramiro del Valle en determinado momento de mi exilio en Cuba. Mientras estudiaba en el Instituto José Martí, mis condiscípulos me llamaban “Dominica”.
La inmortal Aniana Vargas y el brillante intelectual Dr. José Espaillat Rodríguez, quien marcó sus huellas y escritos en el exilio, redactaron un breve libro con esta imborrable sentencia histórica: “Los héroes nunca mueren”
Virgilio Eugenio Perdomo Pérez, heredó la valentía de su querido padre, Eugenio Perdomo, y se enfrentó por un momento mientras Amaury subía desde la cueva.
Confieso que por una ligera ruptura en mi brazo derecho no puedo agregar el protagonismo de Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y de Ulises Cerón Polanco
Lamento mucho lo breve de este escrito. Me resigno con pensar en las contadas palabras que registran las lápidas de los históricos próceres del pueblo dominicano.
Vivan los Palmeros: Ulises, La Chuta, Amaury y Virgilio.
Vamos a recordar su heroísmo el próximo 12 de enero, “día de la rebeldía patriótica”.