La trata de personas es un delito grave de violación de los derechos humanos que degrada a la persona a su comercialización. Cada año, miles de hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes caen en las manos de tratantes, ya sea en sus propios países o en el extranjero, a fines de ser explotados en cualquier modalidad.

 

De conformidad a nuestra ley 137-03 y lo establecido en el Protocolo de Palermo para prevenir, reprimir y sancionar la trata, se entiende por trata de personas la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza, a la fuerza, a la coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder, o situaciones de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación, para que ejerza cualquier forma de explotación sexual, pornografía, servidumbre por deudas, trabajos o servicios forzados, matrimonio servil, adopción irregular, esclavitud y/o prácticas análogas a ésta, o a la extracción de órganos.

 

Los orígenes de la trata de personas se remontan a tiempos atrás, y prácticamente hoy día todos los países del mundo están afectados por este delito. Por esta razón, la Asamblea General de Naciones Unidas procedió a proclamar el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas, mediante Resolución A/RES/68/192 de fecha 18 de diciembre de 2013, a modo de hacer un llamado, recordatorio y reflexión a los países del mundo a no cesar en la lucha contra este mal.

 

Desde entonces, la comunidad internacional conmemora ese día a través de campañas a favor de las víctimas y rechazo total a este delito.

 

Este año, la campaña para el Día Mundial contra la Trata de Personas es “llegar a todas las víctimas de la trata de personas sin dejar a nadie atrás”, la cual tiene como objetivo principal: “sensibilizar sobre los alarmantes acontecimientos y amenazas identificados por el último Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC-, y hace un llamamiento a los gobiernos, las fuerzas policiales, los servicios públicos y la sociedad civil para evaluar y mejorar sus esfuerzos en el fortalecimiento de la prevención, identificación y apoyo a las víctimas, poniendo fin a la impunidad”.

 

En el contexto de la trata, dejar atrás a las personas significa “no poner fin a la explotación de las víctimas de trata, no apoyar a las víctimas supervivientes una vez liberadas de sus tratantes, y dejar a determinados grupos vulnerables en manos de los tratantes”.

 

Este año, la República Dominicana fue degradada al Nivel 2 Lista de Vigilancia en el reporte Trafficking in Persons -TIP- que emite cada año el Departamento de Estado de los Estados Unidos, sobre el abordaje de cada país frente al delito de la trata de personas. Esta clasificación constituye una advertencia al país de que debe mejorar la protección a víctimas, la persecución del delito y sus políticas públicas de prevención, ya que su no observación puede traer como consecuencia ser degradada al nivel 3, que significa no recibir ayuda económica de los E.U. en muchos aspectos relevantes para el país.

Entre los considerandos del reporte que condujeron a posicionar al país en este nivel, está la falta de respuesta efectiva otorgada por el gobierno a las víctimas de trata y a los grupos vulnerables de este delito. Específicamente, en el reporte se destaca que “el gobierno sistemática y persistentemente no evaluó de manera equitativa a las poblaciones vulnerables de inmigrantes o indocumentados, no refirió a las víctimas identificadas a los servicios y no brindó justicia a estos grupos en los delitos de trata, ya que decidían no dar persecución a los tratantes y protección a víctimas cuando se trataba de nacionales haitianos, descendientes de haitianos o indocumentados”.

 

La consideración anterior constituye una realidad y un serio problema en el país que no podemos obviar. Por lo general, las víctimas de la trata de personas siguen sin ser detectadas, más aún cuando hablamos de posibles víctimas de la trata transfronteriza. Factores como el género, la edad, la educación, la discapacidad, la falta de documentación legal, el origen étnico, la cultura y la religión, así como su procedencia nacional y social y las barreras del idioma, pueden conducir a que estas personas sean vulnerables a la trata, aumentando el riesgo de su explotación, discriminación y violencia por parte de los tratantes.

 

Para acabar con la trata, debemos rechazar en su totalidad la explotación de otras personas en cualquier modalidad, así como los problemas socioeconómicos y culturales subyacentes que propician la trata. Debemos nosotros ser sensibles a este delito que daña y destruye la dignidad de la persona y procurar que no suceda más. Sobre todo, provoquemos dirigir la atención de este delito a nuestros altos dirigentes, quienes pueden marcar la diferencia en términos de cambio de políticas y gestión de recursos nacionales en su lucha, combate y protección de víctimas.

 

Hoy que conmemoramos el día mundial contra la trata de personas seamos conscientes de este delito, recordando lo que implica: explotación de la dignidad humana de todas sus víctimas, sin excepción. No sigamos tolerando su ocurrencia y mucho menos la justifiquemos. “No dejar a nadie atrás" es la promesa principal y de transformación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que engloba y requiere el compromiso de todos los países del mundo para lograrlo. Seamos nosotros también propicio de ello.

 

Sonia Hernández es abogada penalista, socia del despacho legal Global District Law, exprocuradora fiscal de la provincia Santo Domingo y consultora experta en materia de trata de personas para Misión Internacional de Justicia, República Dominicana (IJM). Tiene una maestría en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid, España, y una especialidad en Derecho Procesal Penal por la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

https://www.state.gov/reports/2023-trafficking-in-persons-report/dominican-republic/

https://www.un.org/es/observances/end-human-trafficking-day