Los progenitores de la raza humana datan de más de 5 millones de años, hasta la aparición del Homo sapiens, han coexistido con los conflictos y las enfermedades. La organización tribal más primitiva describe grupos que la caza y la recolección, explican la bipedestación, el desarrollo de los colmillos para rasgar las carnes de los animales. Las continuas luchas por la sobrevivencia y el tiempo inclemente acortaron las expectativas de vida. Se han encontrado osamentas con lesiones traumáticas y enfermedades, además, de las de los animales que cazaban. Posteriormente, la confección de herramientas, el descubrimiento del fuego y los asentamientos humanos permitió el desarrollo de la agricultura y la ganadería, y el sedentarismo.

Los estudios de paleogenética, paleopatología y arqueología determinan la aparición de los conflictos en las sociedades antiguas, por las formas de los enterramientos y por presencia de lesiones traumáticas en huesos del cráneo y huesos largos. El descubrimiento de herramientas para trepanar y de cráneos con orificios con callos óseos demuestran la intención de curar enfermedades y de la supervivencia. El papiro de Ebers, documento egipcio del 1,500 AC, unos de los tratados médicos y de farmacopea más antiguos describe todo un compendio de enfermedades infecciosas y sus tratamientos.

Desde la edad Antigüedad hasta mediados del siglo XX, las guerras, hambrunas, junto a la esclavitud, hacinamiento y la convivencia con animales transmisores/reservorios de enfermedades dieron origen a epidemias, luego a endemias, y al globalizarse la sociedad, a pandemias. La desaparición de las poblaciones aborígenes del Caribe insular fue el resultado de la introducción de enfermedades con los conquistadores españoles y no sólo al trabajo forzado y la esclavitud (Cfr., Noble David Cook et al; Disease and Depopulation of Hispaniola, 1492-1518. Colonial Latin – American Review 2 (1993).). El surgimiento de sistemas políticos como la democracia, socialismo o dictadura, el desarrollo del sistema capitalista y de los sistemas sanitarios de salud e higiene, junto a la invención de la penicilina y de las vacunas, dieron al traste con las enfermedades infectocontagiosas, traduciéndose en aumento de la expectativa de vida y aparición de nuevas enfermedades relacionadas con el estilo de vida inadecuado.

El siglo XX se caracterizó por ser el más violento de toda la historia de la humanidad: dos guerras mundiales y 7 imperios desaparecidos, guerras civiles en todos los continentes, según lo destaca el historiador británico Eric Hobsbawm en Historia del siglo XX (Cfr., Hobsbawm Eric: Historia del Siglo XX. Crítica (Grijalbo Mondadori). Buenos Aires, 1999). El siglo XX se distinguió por el desarrollo del sistema capitalista, gran crecimiento económico, globalización, neoliberalismo, aparición del internet y por el inicio de la inteligencia artificial. También el aumento de las desigualdades sociales y de la distribución de riquezas, mayor inequidad y aumento del colonialismo económico.

La pandemia más mortífera en la humanidad fue la mal llamada gripe española causada por virus H1N1 de origen aviar (Cfr., Belser, J. A. et al. The 1918 flu, 100 years later: Sciencie. 2018, Vol 359, 6373), que se inició en los EUA en el 1918/19 y rápidamente se extendió a toda Europa y el mundo a través de las tropas americanas que participaron en la primera guerra mundial, alrededor de 50 millones de personas murieron (Cfr. Pandemia de 1918. CDC Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. 2019). La guerra y la pandemia provocaron millones de muertes por hambrunas. La expectativa de vida para el 1918 era de 40.5 años, con una tasa de natalidad de 28/1,000 y una tasa de mortalidad de 13/1,000 para una población estimada de 1,800 millones de habitantes (Cfr. Mata, S (2017). Cómo el Ejército Americano Contagió Al Mundo la Gripe Española. Madrid, Amanecer).

El siguiente gráfico muestra las muertes por guerras más sangrientas en el siglo XX:

Una infografía presentada por David McCandles en la exposición Death: A Self-Portrait de Richard Harris Colection (2012) (Cfr., McCandless, David: Death a Self-Portrait – The Richard Harris Collection. Nov 2012) las principales causas de muerte en el siglo XX fueron: enfermedades no transmisibles 1,970 M, de los cuales 1,246 M corresponden a enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y metabolicas (ECNM), 1,680 M corresponden a enfermedades infecciosas (EI), 980 M producidas por “Humanity” que son las muertes producidas por accidentes, guerras, asesinatos, drogas, contaminación del aire y por ideologías, sigue el cáncer con 530 M.

Las EI fueron mas impotantes en la primera mitad del siglo XX, algunas se erradicaron como la viruela, el sarampión y tosferina, otras se convirtieron en endémicas como la tuberculosis y las mediadas por transmisores del mosquito como el dengue, Zika, Chikunguya y de la orina del ratón como la leptopirosis, otras han reaparecido como el cólera introducido en Haiti por tropas ONU. El virus del SAR-COV2 ha producido estragos irreparables en todo el mundo, al cerrarse ciudades y países enteros, deteniéndose todas las actividades económicas y generando un pánico colectivo. Ninguna pandemia ha sido de tal magnitud, a la fecha han fallecido alrrededor de 6 M, aunque existen grandes cuestionamientos sobre las causas de muerte adjudicadas al virus. La vacunación ha tenido su impacto positivo, aunque las vacunas de ARN mensajero han sido asociadas a muertes cardiacas, cerebrales y de auto inmunidad.

Las curvas de mortalidad en el siglo XX en los EUA y resto del mundo muestran un predominio de las ECNM, que por mas de un siglo han permanecido como la primera causa de muerte, morbilidad, hospitalización, discapacidad y mayor carga económica para los individuos, familias, gobiernos y estados.  Estas enfermedades han matado mas personas que todos los conflictos armados y enfermedades de la humanidad. El aumento en la longevidad de las poblaciones ha aumentado la incidencia de cáncer.

La obesidad y el sobrepeso a finales del siglo pasado emergió como una “pandemia mundial”, provocando un aumento  de la prevalencia de diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias y de la mortalidad total. Se revirtió el descenso de la curva de mortalidad en los EUA y se acentuó el incremento en el resto del mundo. Mas de 2,000 M de obesos/sobrepeso existen en el mundo con una mortalidad anual de 4 M (Cfr., Registro Worldometers, mayo 27, 2020), se ha triplicado la prevalencia en los ultimos 25 años. La población mundial estimada para el 2016 fue de 7,433 M, con una tasa de natalidad de 8.8/1,000, una tasa de mortalidad de 7.7/1,000 y una esperanza de vida de 72 años (Cfr., Bloom, David et al: Estado de la población mundial 2016.UNFPA. Fondo de Población de los Estados Unidos, 2016).

Gráfico de las principales causas de muerte en los EUA correspondiente a 2019-2020 (Cfr., Mortalidad en los Estados Unidos, 2020, NCHS Data Brief No. 427, Hyattsville, MD: Centro Nacional de Estadísticas de Salud. 2021).

Los organismos internacionales como la OMS-OPS, BM, FMI, FAO concentrados en la pandemia de la COVID-19, tendrán que reinventarse, cambiar su paradigma de salud curativa por el de educación, promoción de salud y prevención, recomendando a los países miembros a priorizar sus recursos para educar mejor a su población, como la única garantía de poder hacerle frente a la “pandemia más asesina y generalizada de la humanidad” que son las ECNM.