El índice de conectividad aérea de manera muy simple trata de medir que tan bien conectado por este medio está un país . Sin embargo, es importante destacar que este índice se ha venido tratando de definir por diferentes organismos internacionales, como IATA, Banco Mundial, CEPAL, OACI, entre otros, de la manera mas idónea, ya que al mismo deberán integrarse factores que directa o indirectamente están relacionados con el tráfico aéreo y por tanto su medición resulta bastante compleja por los muchos indicadores que deben tomarse en cuenta y se podría decir que el mismo no está totalmente definido y todavía no se ha llegado a un consenso general.
Particularmente, el Banco Mundial, organismo que ha avanzado mucho en la definición de este índice, señala que el mismo debe contemplar no solo el transporte de pasajeros, sino además el transporte de carga, ya que este debe medir de igual manera el grado de integración de los países a la red global del transporte.
En el caso específico de la República Dominicana, la conectividad aérea resulta de vital importancia por sus características de país receptor turístico, sector que aporta un porcentaje muy significativo al PIB y de igual manera tiene gran importancia para el transporte de carga dado el potencial de exportación de productos del agro perecederos y otros industrializados.
Si damos una mirada al panorama mundial de la conectividad aérea, se llega a la conclusión, que los países de América Latina y El Caribe aunque en las últimas décadas han experimentado avances significativos, no son los mas conectados y además señalar que los que ocupan las posiciones cimeras se caracterizan por tener un gran número de líneas aéreas nacionales fuertes, indicios probables de que hay una relación directamente proporcional entre el desarrollo de la aviación civil de los países y sus índices de conectividad aérea.
Para tratar de ser justos, se podría señalar que en los últimos años se han estado haciendo esfuerzos por parte del sector privado del país, con miras a mejorar la participación de la aviación civil nacional dentro del mercado aéreo de pasajeros, esto sin contar con el apoyo de los gobiernos de turno lo que resulta muy cuesta arriba, en un negocio tan complejo y competido como es la aviación comercial. En cuanto al transporte aéreo de carga, no se ha hecho nada y dependemos prácticamente de líneas aéreas extranjeras lo que definitivamente va en detrimento de la competitividad de las exportaciones de nuestros productos.
No obstante, para fines comparativos es importante indicar que ya en el año 1985 solo la Compañía Dominicana de Aviación(CDA), transportó 739,447 pasajeros en sus diferentes destinos correspondientes a vuelos regulares hacia y desde New York, Miami, San Juan Puerto Rico, Caracas Venezuela, Panamá, Curazao, Aruba y Haití y a vuelos charters desde y hacia Milán en Italia, Madrid en España, Toronto y Montreal en Canadá y Dallas, ST. Louis Missouri y Boston en Estados Unidos de Norte América. Esta cifra representó el 51% de los pasajeros totales que ingresaron y salieron del país por vía aérea.(“Turismo en cifras octubre 1986”, páginas 20 y 21, Secretaría de Turismo), destacándose además que fue en ese año la aerolínea que mas turistas trajo al país. El transporte aéreo de carga también fue impulsado por la CDA, con tarifas subvencionadas que eran aprovechadas por nuestros exportadores de vegetales principalmente.
Resulta que, 37 años mas tarde, es decir, en el año 2022, entre todas las aerolíneas dominicanas transportaron un total de 250,000 pasajeros, o sea apenas un 33.8 % de lo que transportó una sola línea Nacional en el 1985 y tan solo el 1.6% del total de pasajeros que se transportaron en el recién terminado año 2022 que fueron 15,982,122(estimados en base a las informaciones incluidas en la publicación Dominicana en Cifras ,ONE, correspondientes al periodo 2015-2019).
Al ponderar estas cifras, se aprecia que el retroceso que ha sufrido la Aviación Civil Nacional ha sido de tal magnitud que parece imposible de creer y su recuperación entendemos que requerirá de muchos años y del apoyo “bien ponderado” de los actores del sector.
En la próxima entrega concluiremos este artículo con la ponderación del proyecto de ley que envió el poder ejecutivo al senado de la República, para el fomento y competitividad de la Aviación Civil Nacional, además del análisis de algunas de las consecuencias que se desprenden del hecho real de depender de prácticamente de aerolíneas extranjeras para el transporte de los dominicanos, de los turistas que nos visitan y de nuestros productos de exportación; y por supuesto algunas consideraciones sobre el futuro de nuestro índice de conectividad aérea.