Cónclave, película dirigida por Edward Berger, es una pieza magistral que muestra lo que se esconde en el oscuro mundo del Vaticano, soberanamente gobernado por la figura hegemónica de una persona. Toda la trama, detalla la invisibilidad en el ritual de elección de un nuevo pontífice, tras el deceso de quien en esos momentos ocupaba el denominado Trono de Pedro.
La película recorre y va más allá, al exponer el drama existencial de los cardenales en torno a quién será el próximo papa, el líder de una de las más antiguas instituciones del mundo cristiano: la iglesia católica.
Su director exhibe aspectos que solo correspondían a nuestra imaginación, la ambición de cada uno de los potenciales sucesores, seguida del elaborado escrutinio para hurgar en el pasado de los potenciales candidatos.
Y es cuando la producción logra enfocarse en el tormento que condiciona a quienes idealizan la mística figura de esos religiosos; bajo la construcción sacrosanta y puritana de todas las expectativas tejidas en torno a la imagen del potencial sumo pontífice. La magia que nos transporta a la intimidad de los espacios más remotos del vaticano, es alucinante. Ya que cada lugar cuenta una execrable historia de crueles sucesos en nombre de la fe.
Así como las almas de los atormentados presentes, escondiendo la voraz muestra de la corrupción del ser humano, coaccionada al sistema inquisitorio de quienes se adjudican el derecho de formar parte de ellos. Berger, nos pasea por las confrontaciones humanas entre lo divino y lo material y casi de forma dantesca; los cuece en el infierno terrenal vestido de hipocresía. Los personajes son frívolos y déspotas del sistema que ellos mismo representan.
Cada escena finamente lograda, nos transporto a uno de los procesos de elección que teje tanta pasión como conjeturas y donde los intereses de cada individuo allí presentes se consolidan bajo la expresión en Latín “habemus papa”. La bien lograda producción, nos ofrece una mirada a lo interno del símbolo de Roma y la sede central de 1,390 millones de católicos según el Anuario Pontificio 2024 editados por la Oficina Central de Estadísticas de la Iglesia.
Conclave, nos ofrece un viaje virtual en la “máquina del tiempo” al pasado que recorre la lucha de intereses, la corrupción, la sexualidad de quienes lideran las instituciones religiosas. Nos transporta al presente sobre la necesidad de una reforma espiritual que expulse los dogmas que han mantenido la fe como un instrumento de manipulación al servicio de grupos facineroso.
La producción nos hace pensar sobre el papel de la religión y que sus líderes necesitan conectarse con la realidad del mundo que ellos “representan” y poner en prácticas aspectos más humanos y menos doctrinarios; para beneficio de los fieles. En una era donde el papel de la fe aun no recibe los cuestionamientos necesarios ante el desempeño de quienes están frente a las iglesias.
No porque no existan argumentos que nos lleve a cuestionar la fe. Cónclave, es una producción que refresca esta era de la cinematografía de Los reruns o repeticiones de historias ya contadas y que no aportan más que decepción. Aportando la calidad que se necesita en momentos donde todo orbita en torno a las redes.