La sociedad anda de prisa y -muchas veces- lo que ocurre a nuestro alrededor, pasa sin que lo advirtamos fácilmente; a veces caminamos abrumados y enloquecidos por la saturación de informaciones que nos llegan desde todos los continentes a través de reporteros carentes de un verdadero periodismo. La intencionalidad subliminal de la comunicación mediática ha sido advertida por intelectuales de la dimensión de Noam Chomsky.

Estamos tan cercados que no nos damos cuenta de que nuestros hijos no se casan, en ocasiones, porque lo que ganan no les da para casarse. Formar su propia familia tiene un costo demasiado alto, que ellos no pueden pagar, aunque sean excelentes profesionales y estén trabajando. El crecimiento del PIB se niega a visitar los hogares de los jóvenes pobres y los de clase media.

Esta semana en una reunión familiar, consulté a mi esposa y a una de mis hijas, quienes trabajan bienes raíces, para abordar el tema de este artículo que didácticamente trato de explicar. Concluimos en que lo mínimo que necesita una pareja de novios para alquilar un modesto apartamento y amueblarlo, es la suma de $418, 000 pesos. Así en número, y no en letras.

La gente no sabe que en una zona residencial de clase media un apartamento de una habitación puede tener un precio de alquiler de quinientos dólares mensuales. Los de dos y tres habitaciones oscilan entre treintaicinco y cincuenta mil pesos. Usted podrá imaginarse cómo les iría a su hijo y a la novia, si ellos nada más ganaran, entre ambos, cuarenta mil pesos y les tocara pagar un alquiler tan caro. ¿Cuánto les faltaría para cubrir un gasto aún mayor con todos los demás aspectos restantes de alimentación y servicios?

En el pasado reciente los hijos alcanzaban un título universitario y con sus ingresos -que eran suficientes para vivir dignamente- podían ayudar a sus padres económicamente. En la actualidad, los padres son los responsables de complementar los ingresos de sus hijos, ayudándoles con la carga económica para cubrir la canasta familiar y otros compromisos que los ahogan cada día. Este problema es un gran tema que el país debe discutir profundamente. Es sencillamente un indicador de empobrecimiento, que lleva varias décadas con un crecimiento en espiral.