Tras la salida forzada de Jean-Claude Duvalier-Baby Doc- en febrero de1986, Haití vio desfilar alrededor de seis presidentes hasta llegar al democráticamente electo Jean-Bertrand Aristide.

En 1990, se organizan elecciones bajo la supervisión de la ONU. Jean-Bertrand Aristide gana los comicios de la mano de su partido político Fami Lavalas. Llega la esperanza.

Aristide se convirtió en el primer presidente haitiano democráticamente electo, concitando un masivo apoyo de los más desfavorecidos, quienes, cifraron en él todas sus esperanzas de cambio que, eventualmente traería estabilidad política y socioeconómica.

Sin embargo, ese anhelo de una parte del pueblo haitiano terminaría con el primer derrocamiento de titid, y se instala una Junta militar encabezada por el teniente general Raoul Cedras el 30 de septiembre de 1991, quien a la sazón era el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Haití.

¡Vuelve la esperanza!  Con los Acuerdos de Governor’s Island (Governors Island Accord) con Dante Caputo como mediador en julio de 1993. Este acuerdo, bajo el auspicio de las Naciones Unidas y la OEA, contó con varios actores claves, entre ellos, el depuesto presidente Aristide y el teniente general Raoul Cedras.

En general, Governor’s Island sentó las bases para volver al orden constitucional. El retorno del presidente Aristide, el funcionamiento del parlamento haitiano, la designación de un primer ministro y, la creación de una nueva policía haitiana, una amnistía otorgada por el presidente haitiano. Además, la suspensión de la Resolución 841 del Consejo de Seguridad de la ONU, así como de las medidas tomadas por los ministros de relaciones exteriores una vez el primer ministro fuese confirmado por el Senado de la Republica de Haití.[1]

Echémosles una mirada retrospectiva a algunas de las medidas tomadas por la comunidad internacional:

En diciembre de 1992, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), João Baena Soares designó al Sr. Dante Caputo como su Enviado Especial en Haití. Este mandato especial no surtió los efectos esperados, lo cual llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a imponer un embargo en armas en 1993.

Según los informes de expertos y del propio secretario general de la ONU, Haití estaba sumida en el caos y rampante violación de los derechos humanos. [2]

En 1993, con la primera aprobación de una misión conjunta entre la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la OEA, a requerimiento del presidente Aristide, surge la Misión Civil Internacional Conjunta de la ONU y la (OEA) para vigilar la situación de los derechos humanos, principalmente[3].

Dada la continua gravedad de la situación. El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Misión de las Naciones Unidas en Haití (UNIMH) el 3 de julio de 1993.

Esta misión tenía objetivos muy específicos, preservación de la democracia, entrenamiento profesional de las fuerzas armadas y la fuerza de seguridad pública haitiana.

Más adelante, el 30 de julio de 1997, con la aprobación de la Resolución 1123 del Consejo de Seguridad, es aprobada la Misión de Transición de las Naciones Unidas en Haití (UNTMIH). Esta es la tercera de las operaciones de mantenimiento de paz, caracterizándose, entre otras cosas en el entrenamiento de la Policía Nacional Haitiana (PNH), la supervisión y asesoramiento de esta.

Como hemos dicho anteriormente, no todas las misiones incluían componente militar. Entre 1997 y 2000, dada la inminente necesidad de organizar y fortalecer la fuerza pública, fue aprobada la Misión de Policía Civil de las Naciones Unidas en Haití (MIPONUH). De hecho, esta misión se caracterizó por no tener componente militar, su función era más bien la estructuración y correcto funcionamiento de la naciente policía haitiana.

Ya con una policía haitiana entrenada e instalada, la MIPONUH había llegado al final del su mandato. Pero, había que mantener la esperanza, vendría otra resolución.

Esta vez, la Asamblea General de la ONU adopta la resolución S/RES 944 (1994).  la Misión Internacional de Apoyo en Haití (MICAH). Esta fue la sucesora de la MINOPUH, aprobada por la Asamblea General de la ONU, mediante resolución A/54/193 de 17 de diciembre de 1999.

¡Otra vez, se esfuma la esperanza!

El presidente Aristide es derrocado. El 29 de febrero de 2004. El presidente haitiano fue expulsado del poder y llevado a Jamaica, luego a la República Centroafricana y finalmente exiliándose en Pretoria, Sudáfrica.

Bajo la resolución 1542, el consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (MINUSTAH), después de la intervención militar de febrero 2004 que derroca a Jean Bertrand Aristide. Esta misión fue liderada por Juan Gabriel Valdés y se queda hasta 2017.

Además de luchar contra la violencia y la inestabilidad en Haití, la MINUSTASH tenía que hacer fuente a los efectos devastadores del terremoto de 2010, que dejo perdidas materiales y de vidas humanas, entre ellas el entonces jefe, Hedi Annabi y muchos de los miembros de la Misión[4],El objetivo fundamental era traer ‘paz y estabilidad’. Lastimosamente, esta misión se vio cuestionada por escándalos de violación y explotación sexual, así como contaminación del cólera. En fin, las acciones de la MINUSTAH contrastaron con su mandato.

El Consejo de Seguridad decide poner fin al mandato de la MINUSTAH y es aprobada una misión más modesta, la MINUJUSTH. Esta misión culminó en 2019, dando paso a la Oficina Integrada de la ONU en Haití (BINUH), esta también sin componente militar.

Hoy día, el escenario es bastante complejo, pero esta vez agravado por el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Según informes de la ONU, en Haití hay zonas controladas por actores no estatales que esparcen la violencia e inseguridad ciudadanas. Las pandillas controlan gran parte del territorio haitiano. La ‘industrialización’ del secuestro, escases de alimentos y combustibles, forman parte del diario vivir.

Ante tal situación, una vez más, mediante la resolución 2699 el Consejo de Seguridad de la ONU ha adoptado el despliegue de una Misión de Apoyo Multinacional a la Seguridad en Haití[5]. La Misión de Apoyo Multinacional a la Seguridad en Haití, estará liderada por Kenia, y enviaría 1000 agentes policiales para asistir a la PNH a combatir las pandillas. Esta fuerza estará también apoyada con contingentes policiales de Bahamas, Jamaica, Antigua, España, Senegal y Chile.

Kenia es un país ubicado en África oriental, es una de las diez economías más importantes del continente. En cuanto a operaciones de mantenimiento de paz, los kenianos cuentan con vasta experiencia, que se remonta a 1979.

Desde entonces, las contribuciones de Kenia incluyen su rol en el Grupo de Observadores Militares Irán-Irak de la ONU (UNIIMOG) de 1988 a 1990.

Adicionalmente, Kenia ha desplegado contingentes de tropas, entre otros, en el Grupo de Asistente de Transición de las Naciones Unidas (UNTAG) en Namibia, la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (UNPROFOR) en Croacia, las dos misiones de las Naciones Unidas en Liberia (UNOMIL y UNMIL), la Misión de las Naciones Unidas en Sierra Leona (UNAMSIL), la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL), la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí, por citar algunas.[6] Sin embargo, esta experiencia arrastra consigo serios cuestionamientos en relación con los derechos humanos.

Sin ánimos de adivinar, habrá que esperar cuáles serán los resultados definitivos de una misión reducida, sin personal militar y poco apoyo político y diplomático y limitaciones idiomáticas, los kenianos hablan inglés y suajili. En misiones anteriores, con componentes militares no lograron paz ni estabilidad duradera, mucho menos lo harán con un contingente reducido. Tomando en cuenta que, solamente Brasil envió más de dos mil tropas, sumándose más tarde, Argentina, Chile y Uruguay. En total, el número de tropas llegaba a las diez mil.

Cabe resaltar que, hasta el momento no se vislumbra un apoyo político directo, como lo recibió la MINUSTAH en su momento, que contó con el amparo directo de la ONU con el despliegue de los casos azules. Además, en aquella ocasión, las visitas de Lula y Batlle en 2004 a Haití, y por supuesto la selección de fútbol de Brasil en aquel histórico partido en Puerto Príncipe para promover la paz y el desarme.[7] Sirvieron de respaldo moral a las operaciones.

En esta ocasión, con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, la ONU ha sido más cauta al no desplegar personal militar o cascos azules, principalmente por la reputación legada por la MINUSTAH y el fracaso de Bill Clinton como enviado Especial de la ONU para Haití tras su designación por el secretario general Bank Ki Moon, entre otras.  No cabe dudas que, durante este largo camino de resoluciones y misiones, ha habido aciertos y desaciertos, cargando el pueblo haitiano con el precio de estos últimos.

Finalmente, durante un lapso de aproximadamente treinta y tres años; desde el derrocamiento del presidente Aristide hasta la fecha, Haití ha visto desfilar un número considerable de resoluciones y misiones de diferentes naturalezas, en ocasiones con el apoyo de la ONU y la OEA.

Evidentemente la situación haitiana va más allá de lápiz y papel. Porque- como hemos dicho anteriormente- la crisis de Haití es un problema complejo y crónico que requiere de una respuesta exhaustiva, contundente y simultánea que debe incluir por lo menos a las instituciones Breton Woods, la Unión Europea, Naciones Unidas y organismos regionales y subregionales,[1] pero siempre con y para el pueblo haitiano.

Hoy, la comunidad internacional y los socios de Haití reciben con beneplácito la aprobación de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad. Pero, por lo que se atisba, esta misión no aparenta ser suficiente, si no congrega una propuesta más amplia de seguridad como la MINUSTAH, para ello deberá al menos contar con:

La implementación de un gran acuerdo político de los diferentes sectores de Haiti (ya discutido) para facilitar las elecciones generales libres en el país;

Adaptar un plan de desarrollo integral para Haití con haitianos, con apoyo técnico de organismos multilaterales para construir infraestructura vital;

Asistencia de las instituciones Breton Woods, la Unión Europea, y las propias Naciones Unidas y organismos regionales y subregionales para apoyar en el rediseño de la arquitectura de financiación para el desarrollo de Haití;

Además, la adopción de una (otra) resolución del Consejo de Seguridad que sea más abarcadora, que contemple el envío de una fuerza multinacional liderada por un país francófono, bajo la bandera de la ONU con un mayor apoyo político de los P5. Para que las resoluciones y misiones traigan paz, renazca la esperanza con instituciones democráticas duraderas y el desarrollo a largo plazo’[8] y mueran las frustraciones.

[1] Ver Peace Agreements Database. Disponible en https://www.peaceagreements.org/view/27 consultado el 23 de octubre de 2023.

[2] Ver Decisión de 16 de junio de 1993 (3238a. sesión): resolución 841 (1993)

[3] Le Nouvelliste, 2018: MINUHA con 6000 militares de diferentes países: Algeria, Bangladesh, Canadá, Estados Unidos, Francia, Mali, Pakistan entre otras

[4] Le Nouvellliste 2012: Terremoto que sacudió el país el 12 de enero 2012 y que causo más de 220000 muertos incluyendo el Jefe de la misión (Hedi Annabi y más de 95 Soldados.

[5] Ver Resolución 2699 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Aprobada por el Consejo de Seguridad en su 9430ª sesión, celebrada el 2 de octubre de 2023  https://press.un.org/en/2023/sc15432.doc.htm Consultada el 23 de octubre de 2023.

[6] Ver misiones de paz de Kenya https://mod.go.ke/kenyas-peace-keeping-missions/ 26 de octubre de 2023.

[7] Selección de Brasil jugará partido contra Haití para promover desarme. https://news.un.org/es/story/2004/06/1037341 Consultado el 23 de octubre de 2023.

[8] Ver informe de la CEPAL. Disponible en https://www.cepal.org/es/publicaciones/4943-haiti-antecedentes-economicos-sociales  Consultado el 23 de octubre de 2023.