Para mejorar nuestra República Dominicana, nos toca sembrar en lo profundo, y además accionar de diversas maneras, para una cultura de género de paz, de igualdad: dentro de los partidos políticos, en las relaciones sociales, de parejas, ex parejas, con las hijas e hijos, con la música, redes sociales, en las religiones, comunidades espirituales aconfesionales; ONG y distintas instituciones de servicio-técnicas, las juntas de vecinos/as, organizaciones gremiales de profesionales-sindicales, de mujeres; la sociedad civil, en general; y también  en los organismos públicos como es el Congreso; en los sistemas, educativo, de salud, seguridad social, de justicia (policía, fiscalía, jueces/juezas), ayuntamientos, el Estado en general y sus diversos quehaceres.

Como trabajadora social profesional, he estado en Fiscalía de Santiago desde el año 2005, soy integrante de la Unidad de Atención a la Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales (UAVGIDS) de la Fiscalía de Santiago, Procuraduría General de la República. Y también formo parte por muchos más años, del Núcleo de Apoyo a la Mujer -NAM-, del Movimiento Vida sin Violencia -MOVIDA-, entre otros espacios de los que formo parte en Santiago; vivo interactuando en labores de cambio de las personas, a nivel grupal, comunitario, político.

Y en este accionar profesional, de activismos diversos, me llevo agradables sorpresas, que llenan de esperanza, porque surgen desde lo espontáneo.

En este artículo quiero compartir una experiencia que llegó al nivel de denuncias a la UAVGIDS de la Fiscalía en varios años, 2016, diciembre del 2017, sobre hechos sucedidos en otro municipio diferente al de Santiago, de la Provincia del mismo nombre, RD.

UNA MENOR SOBREVIVIENTE DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ACOMPAÑADA POR LA COMUNIDAD

La madre de la menor, de unos 39 años, ha puesto varias denuncias de violencia psicológica, física grave, ya que el padre le dio golpes a la jovencita con un alambre y marcó la piel de la púber desde cuando tenía 12 años, ahora tiene 14 años. Ha estado impelida por la comunidad y las escuelas a actuar. El padre ha estado encerrado, recibiendo terapias; pero luego cuando está libre, la violencia vuelve y se repite hasta volver a golpear a la menor de manera fuerte.

Hay un componente cultural que permanece: el padre está formado en la idea de control, de serla autoridad de la casa y que para hacerlo puede ejercer violencia, y la madre ha venido creyendo igual. Parte de la comunidad más consciente viene rompiendo con ese paradigma.

El padre, de 41 años, consume alcohol, estupefacientes…En la última violencia denunciada se origina porque La menor sale a hacer un mandado, tarda unas 4 horas, la madre le cuenta al padre, y este arremete de nuevo contra la menor.

Esta vez, se unieron más consistentemente, las escuelas donde ella ha estudiado, un abogado líder comunitario ofrece servicios gratis, la acompaña emocionalmente, todos acompañan a la jovencita, se reúnen con la madre, y le advierten que el padre no está apto para tratar las conductas de una adolescente, que no tiene ética para que ella crea que puede corregirla, y que ella cuando le cuenta a éste, la expone a maltratos, pues ha sido frecuente en esos 2 años, que él la golpee.

La comunidad, las escuelas, los grupos, están vigilando tanto a la madre como al padre. La madre ha ido comprendiendo que esa figura paterna no está en capacidad de corregir por las razones que venimos describiendo.

La madre ha ido desarrollando su capacidad económica: hace sanes, vende productos, y el padre está recibiendo terapia de desmonte de masculinidad violenta cuando estuvo en la cárcel y actualmente. Pero la relación terminó, los vecinos y vecinas vigilan a la madre y que el padre no viole la Orden de Alejamiento. Les ha sido difícil a todos/as que el padre rompa con la dependencia de sustancias alienantes.

La relación terminó, pues es débil con el consumo de sustancias que lo alienan como es el alcohol, y las drogas. Tiene Orden de Alejamiento, y aunque con pocos avances trabaja en la terapia. Durante 20 años este señor y la madre tuvieron 4 hijos/hijas.

La jovencita está estudiando, recibiendo apoyo desde las escuelas y del liderazgo comunitario. Están conscientes de que aunque ella forme pareja la van a seguir apoyando para que no abandone los estudios, y no sea víctima de violencia de una pareja.

El padre sabe que está vigilado, y que no puede acercarse a ese hogar ni pretender ejercer control y conductas violentas. La madre, el padre, las y los vecinos vienen dejando de naturalizar la violencia y saben que la misma tiene consecuencias.

La violencia que acompaña a la masculinidad exagerada es un poco continua, suele se naturalizada si lo hace el padre, porque es el hombre de la casa.

LA LABOR DEL TRABAJO SOCIAL PROFESIONAL Y UNA CULTURA DE PAZ

En la labor de Trabajo Social que se viene haciendo desde la Unidad de Atención a la Violencia de Género, en este caso se hizo, por ejemplo, la labor de peritaje de investigación, visitas y entrevistas sociales al liderazgo social, profesional, a la dirección de las escuelas, a la madre, al padre, a las y los vecinos y se da soporte emocional a todas las partes para que asuman la comprensión de no ver como natural la violencia.

Se hacen las conexiones institucionales para las terapias, para que la madre rompa con la idea de que el padre es la autoridad, aunque sea abusiva; para que desarrolle iniciativas económicas y también se ha hecho concientización sobre el papel de la comunidad para ser veedores, soporte continuo de todos los cambios que se tienen que hacer para superar la violencia y la violencia de género en la República Dominicana. Pues el padre cree que puede golpear a su hija, la madre le cuenta al padre: la cultura de poder centrada en el poder abusivo de la figura masculina.

El Trabajo Social Profesional para la investigación, seguimiento de los casos, visitas, entrevistas, coordinaciones interinstitucionales, educación, etcétera, La educación en una cultura de paz e igualdad es necesario se desarrolle en RD. La misma facilita el empoderamiento de las sobrevivientes y debilita el tejido de poder de la persona que ejerce violencia.

La investigación social es fundamental para los casos que ameriten claridad, para que se iluminen los hechos, y también para de manera cercana aprovechar los contactos para ir cambiando valores de agresividad, discriminación… Es perentorio que universidades, Estado, ONG desarrollen el Trabajo Social a nivel profesional en la República Dominicana, para lo cual se necesitan recursos para asumir ese accionar interdisciplinario junto a otras disciplinas profesionales, en los distintos niveles de los sistemas sociales.

La END, los ODS, la Constitución y las leyes, demandan comunidades con relaciones cohesionadas y un quehacer renovado con paradigmas de bondad, de objetividad y de ciudadanía consciente.

Hasta el próximo domingo en este ejercicio ciudadano de escribir y de compartir informaciones, criterios, experiencias…