Como egresado de una universidad pública estoy muy consciente del rol que juega en la sociedad. Igual que todos los que recibieron, reconozco que su papel no se limita a ofrecer educación superior. Sino que ella encarnan además de modelar la estructura social y económica de las comunidades donde existen. Actualizan la democracia y son responsables del acceso a la educación superior de todos los miembros de la sociedad sin importar su origen económico y social.
Una institución de educación superior está llamada a liderar en las áreas de investigación e innovación para impulsar el desarrollo. Su compromiso con la calidad se consolida en la fortaleza de sus ejes de acción: docencia, investigación y extensión. De ahí se desprenden proyectos de incubación de emprendimientos en todas las áreas del conocimiento que inciden en la economía del país.
El carácter público y abierto de la universidad es una garantía de justicia social, puesto que lucha por erradicar las brechas educativas que distancian a los más vulnerables de una educación superior de calidad.
El aula de la universidad pública se extiende a toda la nación. A través de ella, participa del debate nacional, motivando la participación de todos sus integrantes en las discusiones neurálgicas de la sociedad. Esto promueve que la sociedad se integre a la toma de decisiones de sus dirigentes.
La sociedad plena, como receptora del producto que origina la universidad, es la principal guardiana de su misión y de su compromiso.
El servicio a la comunidad es una extensión natural de su misión educativa. Desde proporcionar atención médica y asesoramiento legal, hasta apoyar a organizaciones sin fines de lucro, las universidades públicas contribuyen a mejorar la calidad de vida de la gente. Comprometidas con la sostenibilidad, estas instituciones son líderes en la investigación ambiental y en la formación de profesionales capacitados para enfrentar los desafíos del cambio climático y la gestión de recursos naturales.
Cosidero que la universidad pública es mucho más que la suma de sus centros de formación; son motores esenciales de desarrollo social, cultural y económico. Su misión es mejorar continuamente la sociedad a través del conocimiento y la innovación. En última instancia, representan una inversión en nuestro futuro colectivo.
La sociedad plena, como receptora del producto que origina la universidad, es la principal guardiana de su misión y de su compromiso. Es quien cuida y exige a su universidad pública que le aporte los insumos tangibles e intangibles para el beneficio de todos. Es por eso que, consciente importancia de la universalidad pública, en nuestras aspiraciones de dirigir la más prestigiosa académica pública del país, me comprometo a fortalecer su rol fundamental en la ejecución de las propuestas para alcanzar un mejor futuro.