
La BBC inglesa ha realizado el reportaje de fondo al caso Rusia y Ucrania titulado Cómo nació Ucrania y cuáles son los vínculos históricos con Rusia, disponible en el siguiente enlace: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60494983 , que nos informa que esos lazos y sus malquerencias vienen desde hace ocho siglos. Además, su reportaje gráfico ¿Cuál es el origen del conflicto entre Ucrania y Rusia? se encuentra en este otro enlace: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60494983
Dice la BBC: «Como otras naciones vecinas, los dos países tienen una herencia compartida que las une tanto como las separa. Se remonta al siglo IX cuando Kiev, la actual capital ucraniana, era el centro del primer Estado eslavo, creado por un grupo de escandinavos que se hacían llamar Rus. Ese gran Estado medieval, que los historiadores llaman Kyivan Rus, fue el origen tanto de Ucrania como de Rusia. En el siglo XII se estableció Moscú, en lo que entonces era una extensa frontera nororiental».
«La fe que se profesaba era la cristiana ortodoxa, aceptada en 988 por Vladimiro I de Kiev o San Vladimiro Sviatoslávich "El Grande", quien consolidó el reino Rus desde la actual Bielorrusia, Rusia y Ucrania hasta el mar Báltico. A partir de la gran cantidad de dialectos eslavos orientales que se hablaban en el territorio eventualmente se desarrollaron los idiomas ucraniano, bielorruso y ruso».
Esta historia contada hasta aquí es a la que recurre Putin para justificar la unión de los dos pueblos. «Esa historia entrelazada parece darle razón al presidente de Rusia Vladimir Putin, quien recientemente declaró que "los rusos y los ucranianos son un solo pueblo, un todo único"».
Pero los expertos señalan que, a pesar de ese origen común, durante los últimos nueve siglos la experiencia de los ucranianos ha sido distinta, pues sus destinos fueron dictados por las distintas potencias que se repartieron el país. Para el doctor Andrew Wilson, profesor de estudios ucranianos en la University College London, «es importante ver a Ucrania, tanto su territorio como su identidad, más como un "rompecabezas cambiante" que como unidad coherente».
Para terminar la historia aquí: «A mediados del siglo XIII, la federación de principados de la Rus fue conquistada por el imperio mongol.» Principalmente, se diferenció cuando Moscú fue el único Estado mongol en Europa luego de la proeza de Ghengis Kahn al lograr el imperio de mayor extensión de la historia, quedándose en China con la dinastía mongol. A partir de este punto comienzan las diferencias en el mundo eslavo y Moscú comienza a quitarle preminencia a Kiev, como sigue el texto de la BBC.
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Iniciando, muestro las definiciones de los complejos que incluyo en el título de estas “Divagaciones”: «El complejo de Electra y el de Edipo son conceptos que se desarrollan desde el psicoanálisis freudiano. Ambos se refieren a la cantidad excesiva de deseos amorosos que tiene una niña hacia su padre (complejo de Electra) y un niño hacia su madre (complejo de Edipo).» ¿Será posible aplicarlas a las personalidades y las relaciones de colectivos como Rusia y Ucrania? ¿Quién es la madre o el padre en el nacimiento de la cultura eslava? ¿Quién desarrolló un complejo con respecto al otro?
De este origen común, la cultura eslava –recordemos, fundada por los vikingos que bajaron por Eurasia, mientras que otros lo hicieron por mar y llegaron hasta Sicilia– se partió creando un feudo entre Kiev, que era el Metropolita de la Iglesia Ortodoxa, y Moscú era subalterna (en términos de la jerarquía del cristianismo ortodoxo). En un giro de la historia, Moscú se convirtió en el mimo rango y trató desde entonces de subordinar a Kiev. Por lo tanto, ¿quién es el padre o la hija, o al contrario, la madre –por aquello de la “Madre Rusia”– y quién el hijo? Ahora Putin quiere una sola sede ortodoxa con Moscú como el Vaticano de toda la fe surgida del Cisma de Oriente en clave eslava.
Si nos damos cuenta, los pacifistas rusos brillan por su ausencia, porque –a pesar de la falta de encuestas– los rusos recurren a estos lazos psicogénicos profundos que, como resortes, impulsan a Putin y a los rusos. Por otra parte, los ucranianos –aunque señalados como el David en este enfrentamiento– parecen haber detenido a sus “odiados” vecinos solo con balas contra los tanques, a pesar de que al final podrían ser “sacrificados” por Occidente en aras de un “cese al fuego” sin llegar a involucrarse.
Dicen los terapeutas que el tratamiento de estos complejos es el enfrentamiento entre los pacientes involucrados (lo que en el argot de la Terapia de Familia llama la “constelación familiar”). Pero, sin tratamiento, el más amenazado, o el que más odio acumule puede llegar a acabar tomando la vida del otro.
¿Cuál es la actitud de todos los no rusos y no ucranios ante este pleito familiar entre eslavos? Una actitud ¡de espectador insensible! Entonces nos convertimos en parte de la constelación, sea en la de versión de Edipo o de Electra.