En estas elecciones programadas para este 18 de febrero del 2024 en la República Dominicana, estarán participando 34 partidos y 8 movimientos, superando la cifra récord de 20 mil aspirantes a posiciones electivas, resultando ser el proceso electoral con la mayor cifra de partidos y movimientos políticos y con más candidatos en nuestra historia republicana.
La Ley 157-13 regula el voto preferencial a través del método D’ Hondt para la determinación de la cantidad de escaños obtenidos por cada partido o agrupación política en una demarcación electoral. Pero para comprender la diferencia del número de regidores por territorios, tenemos que ir a la Ley 176-07 que regula la política de los municipios, la que, en su artículo 35 establece una tabla de selección de regidores por número de habitantes, siendo el número 5 la cantidad mínima de regidores en una población de 25,000 personas; de 7 regidores, cuando la población llega hasta cincuenta mil (50,000); de nueve regidores cuando la población llega a 75,000 habitantes y así, sucesivamente.
En esta ocasión serán elegidos 3, 849 candidaturas municipales, distribuidos en 158 alcaldías y 158 vice alcaldías, 1,164 regidores y 1,164 suplentes, 235 directores municipales, 235 sub directores y 735 vocales, para una conformación de 798 formatos de boletas diferentes. Habrá 4 niveles de elección: 1 de alcaldes y vice alcaldes; 2 de regidores y suplentes; 3 de directores de los distritos municipales y 4 de vocales.
En el escrutinio, se irán asignando los escaños a los partidos de manera proporcional, en base a la sumatoria de los votos obtenidos por cada candidato. Luego que se haya determinado el número de escaños obtenido por cada partido, la Junta Municipal distribuirá los ganadores, según los más votados del listado de cada partido, en igual cantidad de escaños ganados. Podría ocurrir que un candidato resulte ser uno de los más votados y no logre pasar frente a candidatos con menor número de votos que pertenecen a partidos que lograron quedar dentro de la distribución de puestos ganables.
Hay diferentes ejes importantes que tendrán que tomar en cuenta los partidos, dirigentes y candidatos para obtener los mejores resultados electorales. Siempre he insistido en la importancia que tiene en los partidos, la formación de su militancia en materia de ética, educación cívica y manejo de las funciones públicas, tal como lo establece la ley de Partidos 33-18.
- Cada partido debe asegurarse de que cada votante tenga identificado el colegido electoral en que le toca votar;
- Que el votante cargue con su Cedula de Identidad y Electoral;
- Que posea el conocimiento de votar de forma precisa por el partido y su candidato en cada boleta que le entreguen. (marcando una X en el partido y una X solo en la cara del candidato preferido). Si marca dos candidatos, el voto no tiene validez para ninguno, solo para su partido.
- El votante debe saber diferenciar los tipos de boletas en cada circunscripción.
Es de suma importancia que los partidos inviertan en educar a su membresía, sobre todo a los candidatos, en cuanto a que, en principio, el voto partidario es el que garantiza los escaños que ocuparan los candidatos que alcancen mayores puntuaciones. Si el partido no obtiene los votos necesarios en la distribución de representación proporcional entre los partidos participantes, no hay posibilidad de que puedan existir ganadores en la boleta. Primero gana el partido y luego gana el candidato de ese partido. se aplica la regla de equipo, todo por el partido y el partido por el candidato.
Es de vital importancia contar con delegados preparados en cada Colegio Electoral, capaz de defender el voto en el escrutinio y tener dominio del método aplicable a la hora del conteo de los votos y posteriormente a la hora de la asignación de los escaños.
El tema del voto preferencial, escenario en que al candidato se le mide, primero por los votos obtenidos por su partido y segundo, por los votos que él logre conquistar, se le suma el ingrediente de la depuración en base a las alianzas concertadas, con la limitante de que solo tendrán un delegado por los partidos aliados, lo que le agrega complejidad al certamen y crea desconfianza en aquellos candidatos de partidos que no encabezan la alianza, cuyos delegados quedan suprimidos.
En estas elecciones se rompe totalmente con el tradicional arrastre de los candidatos a alcaldes, ahora nos encontramos con la lucha por elevar el posicionamiento del partido y las luchas individuales de cada candidato por quedar en uno de los primeros lugares. No hay posibilidad de que al candidato a alcalde se le computen los votos de los regidores, ni los regidores resulten beneficiados con los votos del candidato a la alcaldía, lo mismo ocurre entre el candidato a director con sus vocales. El Partido es el único que se beneficia de la sumatoria de los votos de sus candidatos en cada nivel de elección, que de antemano son totalmente independientes uno de otro, y se votará en boletas separadas.
Estas elecciones municipales son el preámbulo de las elecciones de mayo, los partidos tienen que esforzarse por ganar la mayor cantidad de escaños posibles, sobre todo en las provincias de mayor caudal de votantes, como es el caso, del Distrito Nacional, la principal demarcación electoral, la provincia Santo Domingo conserva el caudal de votos más grande del país, que incluye el Municipio Este, con el mayor aporte de votos y le sigue en tercer lugar, Santiago. El partido que logre tener dominio de estos escenarios, estará enviando un mensaje de poder electoral.
Es por ello, que existe gran expectativa de que estos resultados de febrero puedan servir como marco de referencia para las elecciones de mayo, bajo la creencia de que podría influir en la percepción de los votantes. Esto radicaliza la posición de los diferentes bandos enfrentados, toda vez que cada partido redoblara sus esfuerzos por demostrar ser el partido más votado, en una lucha que traspasa la confrontación entre los propios aliados, en procura de lograr supremacía de resultados por partidos, lo que arrojará el posicionamiento en el poder municipal y la perspectiva de que los resultados puedan transferirse a las congresuales y sobre todo, la posible incidencia de este certamen en la escogencia presidencial.