Existe una divergencia en la forma en que se escribe (y se pronuncia) el segundo nombre de pila del dictador. En algunos casos aparece como Leónidas; en otros, como Leonidas. Cabe preguntarse cuál es la causa de esta diferencia ¿Se trata de un error del  mismo dictador, de su entorno o de los que lo declararon? ¿Se trata, por el contrario, de un error cometido tanto por los dominicanos que vivieron durante la Era de Trujillo como los que vivieron luego de ella? En caso de que se trate de un error, ¿Cuál es la forma correcta?¿Leónidas?¿Leonidas?¿Es una palabra esdrújula?¿Es, por el contrario, una palabra llana? Finalmente, habida cuenta de que se trata de un nombre propio, ¿Puede hablarse de error?

Hemos encontrado un documento escrito en un papel timbrado donde aparece el nombre completo del sátrapa, en minúsculas: Rafael Leonidas Trujillo Molina. En consecuencia, el segundo nombre del dictador no es el mismo que el del rey Leónidas I de Esparta, que sucumbió con sus trescientos valientes en el paso de las Termópilas. Acaso lo usan los dominicanos conocedores de la historia de la Grecia clásica. Cabe también preguntarse si esta diferencia existe desde el principio, es decir, si aparece en el acta de nacimiento de Trujillo.
Consultándola, hemos hecho un sorprendente descubrimiento.

Trujillo fue declarado el once de diciembre de 1891, es decir, aproximadamente mes y medio después de su nacimiento, acaecido el 24 de octubre, día de San Rafael, de ese mismo año. En la declaración se hace mención del declarante, el presbítero Marcelino Borbón y Peralta, cura de San Cristóbal; de sus padres, José Trujillo Valdéz (sic) y de Altagracia Julia Molina de Trujillo; y de los testigos, los señores Saturnino Sánchez y Juan Mateo, ayudante de plaza de la jefatura de San Cristóbal y comisario de la policía municipal de esa común, respectivamente. Llama la atención que se mencione en calidad de madrina a Silveria Valdez, su abuela paterna, habida cuenta de que se trata de un documento civil y no religioso.

El descubrimiento a que nos referimos es que el nombre real no es ni Rafael Leonidas ni Rafael Leónidas sino Rafaël Léonidás Trujillo Molina ¿Como explicar esta extraña forma de escribirlo? La respuesta es inequívoca: así se escriben dichos nombres en francés. A pesar de que el primer nombre no aparece escrito como Raphaël, con ‘ph’ en lugar de f, sí posee una diéresis sobre la e, tal como lo requiere la ortografía francesa. Por otro lado, vemos que, en la primera sílaba del segundo nombre, aparece un acento agudo, pero no sobre la o, como es de esperarse en español, sino sobre la e. En francés, este acento no denota una sílaba tónica sino una e abierta; este acento diferencia la misma de la e (e cerrada) y de la è (e semiabierta). Ninguno de estos dos últimos sonidos existen en español pero sí en francés. Más extraño aún es el segundo acento de Léonidás ¿Cómo es posible que una palabra tenga dos acentos? Acaso lo utilizó el oficial civil porque en francés todas las palabras son agudas (para los belgas, no somos Pablo sino Pabló). En definitiva: el nombre del dictador no es español sino francés.

¿Cómo explicar este hecho? La clave de este misterio se encuentra en el apellido del oficial civil: Pedro Bernabé Février. En efecto, este apellido significa, literalmente, febrero en francés. De nuevo, el acento sobre la primera e no denota una palabra esdrújula sino una e abierta, a diferencia de la segunda que es cerrada y no existe en español. En consecuencia, el nombre del dictador es francés porque fue escrito por un oficial civil francófono.

De este hecho surge una pregunta adicional: ¿Era el oficial civil francés o haitiano? Nos inclinamos por la segunda posibilidad. En primer lugar, porque existe evidencia de que, luego de la Independencia, muchos haitianos se quedaron residiendo en el área de San Cristóbal. Por otro lado, hemos encontrado un documento que parece confirmarlo. Se trata de la renovación de un permiso de residencia, emitida en 1941 por la Dirección de Migración a Emilia Février. En dicho documento se especifica que la misma nació en Haití. Se especifica además que su lugar de residencia es el Central Romana, de lo que puede deducirse que su oficio estaba ligado al cultivo y corte de la caña de azúcar.

Nótese que el nombre de la señora Février ha sido hispanizado. Habiendo nacido en Haití, lo más probable es que su nombre fuera Émilie y no Emilia. Quién sabe si en lugar de Pedro Bernabé Février, el verdadero nombre del oficial civil fuera Pierre Bernabé Février. Quedaría por determinar cómo un ciudadano no dominicano ejercía estas funciones oficiales. Podemos concluir, finalmente, que en el nombre del dictador no intervinieron faltas ortográficas: se registró siguiendo normas propias de la lengua francesa.

Trujillo diezmó la población haitiana en 1937. Trujillo renegó de su sangre haitiana, pretendiendo que su abuela Ersiná Chevalier era francesa y no haitiana. Trujillo hizo mudar a San Cristóbal, hombres y mujeres del Cibao, para “blanquear” la población de su ciudad. Es por eso irónico que el nombre oficial de Trujillo fuera haitiano: Rafaël Léonidás.