La música siempre tuvo un lugar muy especial en la vida de Raúl Pérez Peña (Bacho). En lo personal, como periodista, y como gestor cultural, Bacho desarrolló un amor por el son, el bolero, la nueva trova y el jazz. Organizó múltiples festivales de música como el FestiSon (en seis ediciones), el FestiJazz, el Festival de la Guitarra Bohemia. Bacho también dedicó gran parte de su trabajo al periodismo cultural, promoviendo a muchos artistas, dominicanos y extranjeros. Cada uno de esos escritos, lo vivía con gran emoción. Eran parte de su lucha por un país mejor, más justo y más hermoso. El siguiente texto de 1986 es un tributo a la intérprete Maridalia Hernández, con quien desarrolló una amistad sincera durante décadas, siempre con la misma admiración y cariño. Lo publicamos aquí en homenaje a la fe de Bacho por la buena música como clave del avance de los pueblos, y a su amistad con Maridalia.

 ¿Cómo pudo ser que nacieras, Maridalia?*

(Publicado originalmente en 1986, en la columna Circular del Listín Diario).

 Raúl Pérez Peña (Bacho) 

¿Dónde tú naciste, muchacha?

¿Dónde tú te criaste?

¿Dónde te formaron?

Te pregunto pensando en Don Julio[1].

Te pregunto porque, sinceramente…

No fue que me sacaste de quicio,

sino que me hiciste pasar del quicio, pero hacia adentro.

De pronto me di cuenta de que estaba bajo techo.

El techo de tu voz.

Afuera caía la lluvia.

Y se deslizaba por tu voz.

Digo, por mi techo.

Era tu cantar.

Con fuerza de poema.

Con alas de gaviota.

Con divinidad de labios de mujer.

Entonces me vi enclaustrado.

Y sin salida.

Pero ¿para qué salida?…

¡Si aquello no debió terminar nunca!

Porque fue un concierto en el verdadero sentido de la palabra.

Concierto de grandes aciertos.

Acierto en la producción.

Acierto en la selección de las canciones.

Acierto en el acompañamiento musical.

Acierto en la coreografía.

Con punto y aparte para Patricia.

Acierto en la escenografía.

Acierto en el audiovisual.

Acierto en la introducción.

Maridalia Hernández.

Por este concierto de aciertos, yo no sé cómo terminar.

Pero tú dijiste, Maridalia,

Que todo comienzo tiene un final.

Y que todo final tiene un comienzo.

De ahí que, parodiando a Pablo,

Quiero terminar como logré comenzar:

¿Dónde tú naciste, muchacha?

¿Dónde tú te criaste?

¿Dónde te formaron, Maridalia?

¿Cómo pudiste ser ese destello de música y de luz?

¿Cómo?

*[Esta publicación es parte del Proyecto por la Memoria Histórica Raúl Pérez Peña (Bacho), auspiciado por sus hijos Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez Vargas].

[1] Se trata de su abuelo, el compositor Don Julio Alberto Hernández.