En cuanto a la clase media, ella se cree rica y defiende con uñas y dientes su estatus. Tan engañada está que no sabe que su descripción sería “pobre de derecha”. Se considera con derecho a todos los privilegios porque trabaja y genera riqueza. Que se lo crea, parecería una cuestión mental, pero no lo es.
Buena parte de su vida paga al banco préstamos para todo lo que le da valor a su vida de clase media. Puede que gane una millonada y cuente con una apreciable cuenta bancaria fruto de su trabajo. Todo bien. Pero ¿quién paga las cuentas de una enfermedad catastrófica, o si se queda en sillas de ruedas, o la falta de un sentido vital?
La economía dominicana es saludable, sí. Sin embargo es una riqueza que no se distribuye y a esa clase apenas le cae una boronita. ¿Tenemos una seguridad social digna? ¿La seguridad ciudadana es saludable? ¿Nuestra educación escolar y universitaria es inclusiva? ¿Nuestros hospitales están sanos? ¿Y en el medio ambiente? ¿Y en saneamiento donde anualmente mueren más de 500 niños por la mala calidad del agua?
Pues bien. Pensar que se es rico o que se es de alta clase, es apenas una idea producto del inconsciente, porque no se piensa de manera individual sino de manera colectiva de clase.
En la visión de un filósofo: A la clase media, sobre todo a la más acomodada y que no tiene militancia política, cuando no tiene a su candidato en el gobierno, le encanta decir que el país en su conjunto no es una democracia, no es una república, que no es un gobierno serio, etc. Nada funciona. El país no funciona bien, no es como en Estados Unidos, o Francia, etc. Basta que el gobierno no sea de su simpatía para afirmar de boca llena que RD en su conjunto no sirve.
La clase media pequeño burguesa no hace vida política partidaria y cuando suele hacerlo es por moda y/o vivir a costa del Estado, sirviendo sí, pero siempre que no haya sacrificio de por medio. ¿Por qué será que le es fácil cambiar de color partidario e ir a levantar la mano jurando por un partido donde estén sus iguales?