Es altamente frecuente que las familias, a todos los niveles sociales, eduquen y formen a sus hijos en valores morales que, por muchas generaciones, han sustentado como principios en el tiempo. Sin embargo, no ocurre así respecto a la educación económica y financiera de nuestros hijos. Son muy pocos los hogares que lo hacen. Por lo general, dejamos a nuestros hijos que corran con su propia suerte en ese complejo, cambiante y delicado mundo de la economía y las finanzas. Igualmente, esto suele ocurrir en otros aspectos importantes de la vida.

El mundo atraviesa por una gran inflación y a ciencia cierta no sabemos el desenlace a futuro del precio de los productos y servicios que diariamente utilizamos en nuestras familias y en las propias empresas. Sí conocemos las causas producidas por los efectos del período pandémico. Ahora debemos agregar otras causas adicionales derivadas por la presente guerra provocada más allá del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania. Lo cierto es que la capacidad de la campaña mediática de las potencias, les permite a éstas esconder sus propias responsabilidades en este conflicto.

Nosotros hemos dicho, en otras ocasiones, que los dominicanos hemos perdido la capacidad de ahorro desde hace varias décadas. Gastamos en alimentos y pago de servicios, muchas veces, más de los ingresos percibidos como pago por nuestra condición de asalariados. Hablando en lenguaje popular, diríamos que "estamos viviendo como si nos comiéramos el dinero" en los supermercados y otros lugares de expendio de productos de primera necesidad o de la canasta familiar.

Expresamos lo anterior como preámbulo al tema del peligro que enfrentamos de perder o reducir, casi a nada, nuestros ahorros de años

de sacrificios, muchas veces sometiéndonos a grandes privaciones personales. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

La estabilidad cambiaria no es sinónima de estabilidad y garantía económica familiar. Una cosa es el valor cambiario nominal y otra cosa es el valor real de la moneda para adquirir los productos necesarios para vivir una vida familiar digna.

En tiempo de inflación mundial, los ahorros solo se garantizan invirtiéndolos en negocios o bienes inmobiliarios, con la asesoría necesaria que proteja legal y financieramente la inversión que se realice con dicho dinero. Invertir el dinero guardado -que pierde el valor real de compra con los días en un mundo muy cambiante en relación con los precios- en tierra urbanizada o a urbanizarse, es una decisión inteligente que multiplica tus ahorros invertidos. Puedes hacerlo en las grandes ciudades o en tu propio municipio, siempre que te asesore con un entendido en el asunto. A muchos, en lo particular, nos ha dado excelentes resultados…!